El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la pena de 14 años, tres meses y un día de cárcel impuesta a un hombre que agredió sexualmente a su hermana durante toda su infancia y adolescencia.
El Alto Tribunal andaluz desestima el recurso de apelación del acusado y ratifica el fallo de la Audiencia Provincial de Almería, si bien sustituye el mes de prisión al que fue condenado por delito leve de amenazas por un mes de localización permanente.
La sentencia, hecha pública este miércoles, recoge que el procesado inició las agresiones los 17 años y que "aprovechó la diferencia de edad con la victima", quien entonces tenía siete años, así como "la relación de superioridad y parentesco al ser su hermano mayor".
El comportamiento del acusado se prolongó durante diez años y, durante ese tiempo, "a fin de conseguir sus lúbricos propósitos con claro ánimo intimidatorio y vencer la voluntad" de la menor, "la atemorizaba con que su familia la iba a regañar a ella si se enteraba porque ella tenía la culpa" al tiempo que la conminaba a que se callara y "no se lo contara a nadie pues tenía un gran problema".
El tribunal señala que esto le que ocasionó "gran miedo y temor" a que se hiciesen "realidad tales males", lo que le hizo quedar "paralizada". Apunta como acreditado que las agresiones se produjeron "de forma continuada y reiterada a lo largo del tiempo", y que el procesado "buscaba los momentos para quedarse a solas con su hermana".
Dicho comportamiento por parte de su hermano cesó únicamente cuando la víctima abandonó el domicilio familiar en cuanto alcanzó la mayoría de edad y se marchó fuera "para estudiar una carrera".
El tribunal indica que la denuncia llegó en 2018 cuando el acusado, en una conversación por aplicación de mensajería instantánea, le envió varios mensajes como "si yo voy a la cárcel a ti te quedan los días contados en esta vida", "te voy a cortar el cuello"; o "Soy capaz de rajarte".
"Esto causó en la víctima tal temor y desasosiego que decidió denunciar todo lo sufrido a lo largo de los años así como las amenazas de que había sido objeto en ese día", concluye.
Como consecuencia de las agresiones sexuales continuadas, la víctima sufre "depresión mínima, sintomatología ansiosa leve, trastorno de estrés postraumático de tipo crónico e inicio demorado cuya causa de origen es violación, abuso o ataque sexual, directamente relacionada con los hechos vividos".
Presenta, asimismo, secuelas emocionales consistentes en el trastorno de estrés postraumático siendo conveniente terapia psicológica. El TSJA confirma, asimismo, la pena de libertad vigilada de ocho años y el alejamiento por periodo de ocho años a más de 300 metros, así como la indemnización de 60.000 euros por los daños morales.
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