La línea de investigación "más consistente" sobre la muerte del joven Pablo Sierra, cuyo cadáver ha sido hallado este viernes en el río Guadiana, apunta a "un fatal accidente", si bien los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad mantienen abiertas el resto de posibles causas a la espera del resultado de la autopsia.

Un posible accidente del joven en el río, cuyas aguas registraban bajas temperaturas en la madrugada del 2 de diciembre, día en el que desapareció, podría ser la causa de su fallecimiento, aunque será la autopsia la que determine con exactitud la misma, según han expuesto en rueda de prensa portavoces de Policía Nacional y Guardia Civil.

Acompañados por la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, ambos representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han remarcado que, a pesar del hallazgo del cadáver, se mantiene el secreto de las actuaciones decretadas por el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz. 

Desde el día de su desaparición, la línea "más consistente" estaba relacionada con "un fatal accidente" cuando Pablo, al parecer, se dirigía a la Residencia Universitaria en la que se alojaba y por motivos que se desconocen se dirigió hacia el río, han apuntado.

No obstante, la investigación abrió diversas líneas de trabajo sobre la posible causa de su desaparición y numerosas pesquisas, desde la visualización de cámaras de seguridad en numerosos lugares de la capital pacense y el análisis de móviles que permitieran obtener alguna información a la toma de declaración de posibles testigos y de personas que "creían haber visto a Pablo".

"No se han escatimado horas de trabajo ni medios", ha remarcado García Seco, quien ha reconocido la labor "sin descanso" de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que han "batido toda la ciudad" y el río, con la participación de Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, bomberos, Cruz Roja y Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), así como unidades caninas.

De hecho, la localización del cadáver del joven ha sido "marcada" desde una embarcación por uno de los perros que este viernes participaba en el operativo de búsqueda del joven.

También han explicado que al inicio de la investigación ya se barajó la posibilidad de que, en el caso de que el cuerpo sin vida de Pablo Sierra estuviera en el río, el cadáver tardaría en salir a flote alrededor de quince días, como así ha ocurrido. 

García Seco ha expresado también que uno de los trabajos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional en estos días ha sido mover la vegetación y los sedimentos cerca de la zona donde se encontró el móvil del joven por si el cuerpo “estuviera enganchado o en el fondo que pudiera desprenderse más fácil y aparecer, como ha ocurrido al final”.

El cadáver ha sido ya trasladado al Instituto de Medicina Legal de Badajoz, donde se realizará su autopsia lo antes posible para confirmar su identidad y poder entregarlo a la familia “para que, por fin, le den descanso después de tantos días de angustia”, ha dicho la delegada.