Los Mossos d'Esquadra junto con la Policía Nacional y la Policía Judicial Portuguesa, coordinados por la Europol, han detenido este jueves a nueve personas en las provincias de Málaga, Murcia y Alicante, acusadas de secuestrar a un empresario de 82 años en Portugal, que apareció atado a un árbol en Collbató (Barcelona), y de otro intento de secuestro frustrado.
De los nueve detenidos, cinco han sido arrestados en Torremolinos (Málaga) y los otros cuatro en Alicante, Sucina (Murcia) y Málaga, y se les atribuyen los delitos de secuestro, robo con violencia y pertenencia a un grupo criminal.
La investigación de la llamada operación Luso se inició el pasado 25 de agosto de la mano de la Europol a partir de un primer secuestro de un empresario de 82 años en Almacil (Portugal), al que lograron sustraer unos 100.000 euros.
Según ha informado este jueves en rueda de prensa el inspector de los Mossos d'Esquadra Rafael Montes, la víctima explicó que le habían asaltado y obligado a pasar a la parte trasera de su coche, para que los atacantes pudiesen conducir el vehículo.
Durante las aproximadamente 20 horas que tardaron en cubrir los 1.200 kilómetros que separan Almancil de Collbató los secuestradores golpearon y amenazaron al hombre para conseguir sus claves bancarias e iniciar grandes movimientos de dinero.
La víctima, que fue encontrada desorientada por un vecino de Collbató en una carretera secundaria, presentaba contusiones, lesiones superficiales y hematomas, cosa que alertó de inmediato a las autoridades locales.
La víctima, una vez superada la barrera del idioma, explicó que los secuestradores le habían dejado atado a un árbol después de trasladarle desde Portugal.
El vehículo fue encontrado días después correctamente aparcado en un aparcamiento del Aeropuerto de Barcelona, lo que permitió obtener imágenes de los autores y acceder al vehículo para que la policía científica pudiese analizarlo en busca de huellas.
El inspector Rafael Montes ha hecho hincapié en la importancia del estudio de transferencias continuadas de dinero a diferentes cuentas, porque los delincuentes operaban con entidades bancarias, todas a través de internet, abiertas con documentos falsos, para intentar dificultar el rastreo del dinero.
Además, los detenidos, de nacionalidad brasileña y de entre 24 y 25 años, utilizaron las tarjetas de crédito de la víctima para hacer compras en locales de restauración y tiendas de electrónica.
100.000 euros robados
Los cuerpos de seguridad cifran en alrededor de 100.000 euros el dinero sustraído a la víctima, y están en trámites judiciales para recuperar parte del capital, que se transfirió a entidades ubicadas en Francia y Lituania.
A lo largo del secuestro, los autores realizaron hasta 52 transferencias bancarias, además de diferentes paradas en cajeros automáticos y tiendas en las que usaron las tarjetas de crédito de la víctima.
El inspector de la Policía Judicial Portuguesa Batista Correira ha explicado que la banda seleccionaba víctimas con un patrimonio muy elevado y con dinero en la cuenta corriente y seguía sus pasos durante un periodo de tiempo, además de buscar información exhaustiva.
Las detenciones se desataron con un intento de secuestro frustrado el 11 de diciembre a una mujer cuando antes de llegar a su domicilio en Setúbal (Portugal), apareció un vehículo, del que bajaron dos personas, y la amenazaron con un arma de fuego para intentar introducirla en la parte posterior del coche de ella.
Alertada por los gritos de la mujer, su pareja salió y forcejeó con los secuestradores, que acabaron renunciando al secuestro, pero que huyeron con el vehículo de la víctima.
La mujer denunció el robo de su vehículo y, gracias al GPS del mismo, el coche se pudo localizar en Torremolinos, junto con los cinco autores de la tentativa de secuestro.
Tras este suceso, los cuerpos de seguridad llevaron a cabo siete registros de domicilios en los que encontraron una arma de fuego, dos armas de fuego simuladas, teléfonos, documentación falsificada, bridas, ropa del día del secuestro y una impresora especializada en la impresión de documentación.
El inspector de la Policía Nacional de la Udyco de Alicante Juan Castillo ha explicado las dificultades que encontraron para hacer los registros y las detenciones, puesto que los criminales "nunca estaban en su domicilio ni juntos, iban a Francia, a Portugal".
Entre los nueve detenidos se encuentran dos de los tres autores materiales del primer secuestro, que han ingresado en una cárcel de Alicante, mientras que el tercero ya estaba en prisión por un intento de robo con violencia en un prostíbulo de Alicante.
Los otros integrantes de la banda, considerados como grupo de apoyo y encargados de los movimientos bancarios fraudulentos, han sido puestos en libertad con cargos.
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