Fueron 11 minutos los que transcurrieron desde el aviso hasta el desenlace. Lo que paso en ellos no se lo imaginaron ni los protagonistas del grave accidente ni quienes les salvaron la vida. Ocurrió el pasado miércoles en aguas vizcaínas, a media milla náutica -casi un kilómetro- de la playa de Laga (Ibarrangelu).

El sol empezaba a ser historia y la visibilidad se diluía por segundos. El aviso que llegó el Servicio Marítimo a las 22.19 horas sólo hablaba de una embarcación a la deriva, de un posible hundimiento con dos personas a bordo. La patrullera Río Lea, atracada en el puerto de Bermeo, salió disparada hacia el punto indicado. Al llegar, no tardaron en localizar la embarcación de 4,8 metros de eslora. Le quedaba poco, muy poco, para irse al fondo. Apenas sobresalía 10 centímetros de la superficie. El mar estaba a punto de tragársela. ¿Y los dos tripulantes?

El mar no ayudó en la intervención; marejada evolucionando a marejadilla y el sol... despidiéndose. A bordo de la embarcación auxiliar del Río Lea, los agentes de Salvamento Marítimo procedieron a apagar el motor y valerse del silencio para intentar escuchar algún posible grito de auxilio. No se veía apenas nada, pero lograron escuchar a lo lejos unos gritos e identificar unas sombras. Eran dos personas aferradas a un tablón y a un remo y haciendo gritos para que les rescataran. Estaban a la deriva y a 50 metros ya de la embarcación que habían visto hundirse ante sus ojos.

Los náufragos fueron rescatados inmediatamente. Tenían ya leves síntomas de hipotermia por el tiempo pasado a la deriva en el mar. Pero no eran los únicos síntomas que detectaron los agentes. Ambos parecían estar bajo los efectos del alcohol, mostraban signos de embriaguez. Ya en puerto, tras el chequeo médico y alertar a una unidad de la Ertzaintza fueron sometidos a pruebas de alcoholemia que arrojaron un resultado positivo.

El rescate terminó de modo positivo, los náufragos salvaron sus vidas por muy poco. La rápida operación de los servicios marítimos evitaron en sólo 11 minutos que la tragedia irrumpiera la noche del pasado miércoles en la costa de Bermeo.