51. No se trata de un guarismo, sino de una daga. Son las mujeres asesinadas a manos de hombres en lo que va de 2023 en España. Dos más que en todo el ejercicio precedente. Y 1236 desde el 2003, fecha en que se comenzó a recopilar datos. Cualquier cifra distinta a cero será insoportable. De las que mataron en 2022, el 57,1% no había puesto denuncia, según datos del Gobierno de España; toda vez que el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 8,3% ese año, hasta 32.644, atendiendo al Instituto Nacional de Estadística (INE). Es 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. No en vano, hay quienes a diario perseveran con el Alma para combatir el espanto.
“Todos llegan diciendo que han sido denunciados falsamente, sin excepción”, afirma Sol Romero, educadora social en Alma contra la Violencia de Género, para El Independiente. Ella ve los rostros de los maltratadores a diario cuando han cumplido condena. Su misión, en el marco del Plan Regenera, es que no reincidan en la siembra del horror para “salvar a mujeres” cuyas vidas no hayan sido horadadas. Con todo, ¿es posible reeducarlos en su vuelta a la sociedad? Cierto es que de no existir causantes tampoco habría consecuencias; las mujeres víctimas.
Laura Salgado es psicóloga en la misma asociación, que interviene en Extremadura y Castilla-La Mancha. Ella, por su parte, trabaja en la herida de las víctimas. ¿Manará esta tortura perpetuamente? ¿Cómo se trabaja el hondo y perverso sentimiento de culpa? ¿Por qué resulta tan complejo escapar de una agresión? “Cuando nos vemos en una situación de peligro suelen darse tres respuestas...”, avanza Salgado para este medio. Hablamos con ambas al alimón de la crudeza de la causa, con una ventana de suspiro al fondo.
Pregunta: ¿Es posible reeducar a un maltratador machista?
Sol Romero: Al menos, lo intentamos. Muchos llegan tras la imposición de su condena. Para reeducar es fundamental ver dónde han cometido sus actos y cómo evitarlo. La gran parte de violencias son celos, manipulación, control de la otra persona, creer que es de su propiedad… Hay que hacerles entender que la violencia no es el camino. Que siempre hay elección. El Plan Regenera es un proyecto nacional. En mi caso, trato con quienes han infligido daño psicológico o malos tratos físicos. Mentalmente no soportaría hacerlo con un asesino.
P: Las personas con que trabajas ya son causantes de dolor…
S.R: Lamentablemente, así es. Por eso, apostamos por la intervención para salvar al máximo número posible de mujeres; ese es el objetivo. El mal ya está hecho. Una vez que cumplen condena, ¿les dejamos sin más? Entonces, siguen con sus mismas conductas. ¿Cuántas mujeres más los sufrirán? Es muy probable que el maltratador sea reincidente. Velamos por que las mujeres con las que se relacione futuramente no sufran esos malos tratos que ocasionó a otra(s) en su pasado.
P: ¿Cuáles son los perfiles del maltratador?
S.R: El perfil es uno: maltratador. Pero tenemos diferentes derivaciones. El maltratador que tiene discapacidad, el que por educación ejerce una conducta, el que tiene trastorno mental, el que es alcohólico o dogrodependiente. Pero también está el que lleva esa conducta porque se siente poderoso y cree que tiene que mandar sobre la mujer. En las sesiones he aguantado muchos gestos machistas diariamente. Obviamente, nadie les ha hablado tan claro.
La sociedad está basada en un modelo patriarcal, la supremacía del hombre
Sol Romero, educadora social
P: ¿Por qué los maltratadores son hombres?
S.R: La sociedad está basada en un modelo patriarcal, la supremacía del hombre. Si vives en un contexto familiar en el que el padre impone la autoridad y que trata de una determinada manera a tu madre, pues, cala. Lo interiorizan de tal manera que la mayoría repite patrones. Cuando la educación machista viene del contexto familiar es muy difícil cambiar ciertas cosas.
Pero no vale decir que me he criado así porque siempre hay elección. Las mujeres también perpetuamos al machismo. La educación machista distingue cómo se enseña al niño o a la niña. Hay que educar a adultos funcionales, sea hombre o mujer.
Machismo y nuevas generaciones
P: En pleno siglo XXI, los datos sobre machismo en edades tempranas son evidentes. Esto no se agota con las nuevas generaciones…
S.R: Hoy existe una nueva forma que se llama violencia de género digital. "Si no me das tu contraseña es porque tienes algo que esconder", por ejemplo. Se ha incrementado y se ha normalizado. Intervenimos en ESO y Bachillerato. Es alarmante ese pensamiento en la generación del futuro.
P: ¿Cómo se explica esta realidad?
S.R: Por la manera de vender en los medios de comunicación el feminismo, que es la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres,. Realmente, están vendiendo un hembrismo. Los jóvenes perciben que ahora el mundo está en contra de ellos, que por cualquier cosa se les puede denunciar y que prevalecerá la palabra de la mujer sobre la de un hombre. Incluso muchas chicas así lo ven también…
P: ¿Y los políticos/as? ¿Es adecuada la inversión en educación?
S.R: Hoy por hoy no es la correcta. Para mí, una asignatura fundamental sería trabajar la igualdad. Que sepan diferenciar el porqué de la violencia de género, de la vicaria… Es invertir en respeto, somos personas iguales. Punto. Pero no se invierte. Nos cuesta Dios y ayuda. Este año, hemos contactado con todos los centros educativos de Badajoz para intervenir y sólo nos han respondido dos. Cada vez tenemos más usuarias más jóvenes en la asociación, rango de edad del que hablábamos antes por su protagonismo, lamentablemente, en el machismo.
Así siente una mujer víctima de violencia machista
Pregunta: ¿Es factible la recuperación en una mujer víctima de violencia machista?
Laura Salgado: La respuesta es depende. Cuando hablamos de violencia psicológica y violencia física encontramos diferenciaciones funcionales. La recuperación depende de cada caso, pues entran muchos factores. Si una mujer ha vivido maltrato, pero ha tenido apoyo social, por parte de familia, la han validado emocionalmente o cuenta con educación emocional previa será mucho más fácil una recuperación más rápida y completa que si no se da. Depende igualmente en qué área haya afectado. Cada mujer tiene síntomas distintos, y cada síntoma, abordajes distintos. Más aún si hablamos de estrés postraumático o trauma complejo. No obstante, al 100% recuperarse es difícil.
P: ¿Siempre deja huella?
L.S: Desafortunadamente, sí. Al final, es un aprendizaje. Y lo que aprendemos nunca se borra. Puede ocupar más o menos espacio. Podemos tener más o menos estrategias, pero nunca se borra.
P: En ese momento, sospecho, la senda se adivinará repleta de zarzas, pero hay que seguir adelante…
L.S: Claro que sí. Y hay salidas. Como dices, no es una salida fácil ni rápida, pero las hay. Lo importante no es borrar o no borrar, sino encontrar las estrategias para encontrar la vida que merecemos, a pesar de todo lo que nos ha pasado.
P: El maltrato conlleva diferentes expresiones
L.S: Por supuesto. Y, además, hay otras que no se identifican como tal. En los medios, se suele visibilizar una violencia muy explícita con situaciones muy evidentes porque se salen de la norma, pero hay muchas situaciones de maltrato que están dentro de la norma. Ha habido usuarias que me han dicho el primer día que “no son víctimas de violencia de género porque a mí no me pasa lo que dicen en la tele”. La violencia psicológica es el pan de cada día en muchas relaciones.
P: En referencia a esto último, en la web de Alma se resalta la importancia de “tomar conciencia a tiempo”…
L.S: Gran parte de nuestras intervenciones se enfocan a la educación en violencia de género. Hay quien no tiene las herramientas para reconocerlo de manera completa. Parte del proceso es tomar conciencia de qué está viviendo y, una vez consciente de las situaciones que vive, es el momento de hablar de qué tipos de violencia de género hay y cuáles se dan en su caso.
P: ¿La baja autoestima puede acarrear mayor posibilidad de sufrir maltrato?
L.S: Es fácil, sí. Aparte de la educación en violencia de género, contribuye a que se evite una buena autoestima. Al final, aceptamos el amor que creemos merecer y el amor que conocemos. Y ahí se es más proclive a aceptar estas situaciones o, incluso, a buscarlas. Muchas mujeres que llegan por una relación de maltrato no fue esa primera vez con la pareja. Esto es, han normalizado, en muchas veces, relaciones jerárquicas.
P: ¿Por qué, en muchas oportunidades, cuesta el paso de denunciar?
L.S: Principalmente, por miedo. Porque, por una parte, muchas veces no identifican qué está pasando y, por otra, el miedo de no ser entendidas, acompañadas... Y, a veces, muchas mujeres no dan el paso por no hacerle daño a él. Existen muchos mecanismos que contradicen esto de "debería de haberse dado cuenta antes". Mecanismos como la habituación, la indefensión aprendida… Llega un punto en el que no tienen o no reconocen la capacidad en ellas mismas de salir de ahí. Los seres humanos necesitamos compresión y cariño para tener buena calidad de vida, igual que necesitamos agua. Si la fuente de agua que conocemos está envenenada, vas a seguir bebiendo. Con las emociones lo mismo. Hay casos en que la fuente de afecto es fuente de maltrato y eso genera mucha confusión y mucha dificultad para dar el paso.
La parálisis suele darse cuando interpretamos que no tenemos recursos suficientes ni para luchar ni para huir
Laura salgado, psicóloga
P: ¿Escapar de una agresión es complejo?
L.S: Cuando nos vemos en una situación de peligro suelen darse tres respuestas: la lucha, la huida y la parálisis. La parálisis suele darse cuando interpretamos que no tenemos recursos suficientes ni para luchar ni para huir. Es decir, a nivel funcional de supervivencia nos sale más rentable quedarnos quietas que las otras dos opciones y es algo prácticamente evolutivo. Esta reacción es muy frecuente. Aquí entra la posibilidad de haber vivido situaciones parecidas antes y se interprete que ante situaciones así tú estás indefensa hagas lo que hagas y lo que realmente experimenta la víctima es el deseo de que acabe cuanto antes y cree que quedándose quieta es la situación más sencilla de que eso termine sin salir más perjudicada de lo que ya estás saliendo.
P: Y, por ahí, aparece, posteriormente, la culpa…
L.S: Muy corrosiva. Y más habitual de lo que podamos pensar. De hecho, es uno de los objetivos que después se trata en terapia con más dedicación.
El 016 es el teléfono que atiende todas las formas de violencia contra las mujeres. Por WhatsApp es el 600 000 016.
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