Hay automóviles que van mucho más allá de su propia concepción, de su razón de ser, transformándose en auténticos iconos. Iconos que a veces derivan en objetos de deseo que no necesariamente tienen que resultar inaccesibles para el más común de los mortales. En otras ocasiones se transforman en un genuino fenómeno social, se lo compra tanto el que no puede acceder a la compra de otro vehículo por motivos presupuestarios como quien por su poder adquisitivo puede permitírselo todo. Estas aseveraciones forman parte de la esencia, de la filosofía que impulsó el nacimiento del legendario y a la vez actual Fiat Cinquecento.
Nació el siglo pasado, en 1957, con la finalidad de motorizar a todo un país. El pequeño pero capaz Fiat 500 cumplió con creces su cometido para con la ciudadanía italiana de aquellos años, a la que permitía además de desplazamientos urbanos recreativas salidas fuera de la ciudad. Desarrollado como coche pequeño (2,97 m de longitud), barato, urbano y práctico también jugó un papel crucial a la hora de descongestionar los ya por aquel entonces frecuentes atascos de tráfico de algunas ciudades italianas.
Pero antes del Cinquecento ya se encargó de abonar el terreno su antecesor, el Topolino (ratoncito). El Topolino (1936-1955) era un microcoche de dos plazas propulsado por un motor de 4 cilindros y 600 cc de cilindrada montado por delante del eje anterior, en voladizo, para dejar mayor espacio al habitáculo. En contraposición, para el Cinquecento, el célebre ingeniero y diseñador de automóviles, Dante Giacosa, cambió el motor de 4 cilindros refrigerado por agua por un sencillo 2 cilindros refrigerado por aire y situado detrás, una fórmula que ya empleó en el Fiat 600 de 1955.
Las primeras unidades del Fiat 500 tenían el techo de lona, eran muy espartanas
Las primeras unidades del Fiat 500 eran muy espartanas, carentes de cromados, lucían un techo de lona y solo contaban con dos asientos y una banqueta trasera por lo que solo podían transportar a dos personas. Carencias que propiciaron una fría acogida por parte de la clientela italiana, a lo que también contribuyó la falta de potencia de su motor de 13 CV. Sin embargo la reacción de Fiat no tardó en llegar. De inmediato se puso enmienda a estas deficiencias gracias a un aumento de la potencia del motor (15 CV), a la aplicación de detalles cromados en la carrocería, a un mayor equipamiento y a la incorporación de un asiento trasero homologado que ya permitía acoger a cuatro pasajeros. Con estas mejoras empieza el auténtico boom del 500, que pasó a gozar de los favores del público italiano a la par que se disparaban las ventas. Un boom que ya pasó a la historia por la puerta grande (1957-1975), escribiendo muchos capítulos de la misma con letras de oro.
Reencarnación
Pero esta historia no podía terminar así, debía continuar. Se reencarnó en 2007, 50 años después de su nacimiento, en el nuevo Fiat 500, un vehículo que reproduce fielmente cada perfil de su carrocería, aunque con unas dimensiones mayores (3,57 m). Como resultado surge un nuevo producto más adecuado para el usuario del siglo XXI, que sin embargo ha sabido conservar toda la esencia, la idea original de su ilustre antepasado, aunque abandone el tradicional esquema mecánico de motor trasero de 2 cilindros para dar paso a un motor de 4 cilindros ubicado delante y con tracción delantera.
Es la hora de la puesta en escena de conceptos como 'glamour' o estilo de vida
Las necesidades de estos usuarios han cambiado bastante con respecto a las de aquéllos años, pero siempre hay un punto de encuentro o de acercamiento. La congestión de las grandes ciudades siempre ha sugerido el uso de automóviles pequeños tanto por su agilidad en los desplazamientos como por su facilidad para aparcar. Además, ahora, también hay que contar con la incorporación al escenario de nuevos actores, de nuevas tendencias que llegan pisando fuerte y reivindican su buena porción de protagonismo.
Aparte de las necesidades, los gustos de la clientela evolucionan, demandando algo más que un pequeño a la par que práctico utilitario. Es la hora de la puesta en escena de conceptos como glamour, estilo o modo de vida, sin olvidarse de esa fascinación que ejercen los productos de corte retro. El rico legado del Cinquecento no ha caído en saco roto, lo ha sabido recoger el nuevo Fiat 500, un vehículo de mayores dimensiones que reproduce su inconfundible silueta adaptándola a los tiempos modernos o, lo que es lo mismo, un glamuroso utilitario que se ha transformado por derecho propio en un apreciado objeto de deseo.
Diseño intemporal
Este auténtico mito urbano se renovó en 2015, tras ocho años de permanencia en el mercado. Y lo hizo sin estridencias, de forma sutil como corresponde a un diseño intemporal que queda fuera del alcance de las dictatoriales modas. Remodela ligeramente su frontal a base de unos nuevos faros, una doble bigotera cromada y una toma de aire de efecto tridimensional que sugiere una tercera bigotera. Los pilotos inferiores acogen unas atractivas luces diurnas de LED en forma de cero. Detrás, la tónica se repite, aparecen unas ópticas en relieve de formato trapezoidal con su núcleo vacío pintado en el color de la carrocería. Las dimensiones exteriores no aumentan, por lo que la carrocería sigue midiendo 3,57 m de longitud. El salpicadero, de exquisito corte retro, integra una innovadora pantalla de 5 pulgadas (táctil en el nivel de acabado Lounge) para el manejo del sistema multimedia. Por otro lado, el cuadro de instrumentos (analógico de serie) está disponible opcionalmente con pantalla digital TFT de 7 pulgadas, con su sección central configurable según las preferencias del conductor.
El afán por la personalización pone a disposición del cliente un auténtico traje a medida
El Fiat 500 se ofrece tanto en carrocería berlina como en versión convertible (500C), así como con los niveles de acabado Pop y Lounge. Pero en ese afán de personalización pone a disposición del cliente la llamada segunda piel, un auténtico traje a medida con todas las garantías de fábrica que le confiere un aspecto distintivo basado en una serie de adhesivos que dan lugar a seis colecciones: Small, Medium, Lord, Comics, Navy y Camouflage.
Este amor por la exclusividad alcanza su máxima expresión con el recién presentado Fiat 500 Riva, una edición especial inspirada en los yates de lujo de la firma italiana Riva. Incorpora numerosos detalles náuticos en carrocería e interior. La carrocería adopta un característico color azul Sera, mientras una moldura en color aguamarina similar a la de las embarcaciones rodea su perímetro. En el interior, la sofisticación llega de la mano de los asientos tapizados en cuero de la firma Poltrona Frau y del salpicadero en madera de caoba. La gama Fiat 500 está disponible con tres motores de gasolina: 1.2 (69 CV), 1.2 GLP (69 CV) que puede funcionar con gas licuado del petróleo y gasolina, y 0.9 TwinAir (105 CV). Como primicia en su categoría ofrece un propulsor diésel, el 1.3 Multijet (95 CV).
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