Pritzker por Pritzker

Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta, de la firma RCR Arquitectes, son los nuevos arquitectos españoles con un Premio Pritzker. Lo sabían desde hace más de una semana, y este miércoles se prepararon para el aluvión de llamadas de felicitaciones, de amigos y de periodistas. El galardón, conocido como el Nobel de la arquitectura, no es para menos.

Rafael Aranda atiende a El Independiente y nos explica que las razones de por qué se lo han dado se ajustan a la idea que ellos tienen de sí mismos. A saber, su arquitectura local y arraigada con un lenguaje global. "Cuando hace 30 años terminamos nuestros estudios en Barcelona, decidimos venir a nuestro lugar de origen, Olot, creyendo que era posible hacer arquitectura desde aquí, desde nuestras raíces. Treinta años después, el jurado del Pritzker valora este hecho, que desde lo local pueda darse mensaje a nivel universal".

Su deseo es, a partir de ahora, seguir por un "camino de continuidad sobre lo que siempre hemos creído. En este sentido tenemos muy claro que se nos valora a nosotros, pero se está valorando una arquitectura española y catalana de las últimas décadas que dentro del ámbito internacional está muy presente".

En RCR Arquitectes son tres pero en su método de trabajo no hay una característica que distinga a cada uno; son un sumando. "No hay personalismo, uno empieza un trabajo, el otro lo recoge y el resultado es la suma de la suma de este trabajo creativo compartido. Cuando nuestras tres miradas llegaban a un resultado había un equilibrio, nuestro equilibrio, con el que queremos crear espacios que puedan llegar a emocionar".

De sus tres miradas han salido algunas piezas de arquitectura contemporánea española y catalana que les han elevado a lo más alto de la arquitectura internacional. Estas son sus obras más significativas, comentadas por el propio Aranda:

 

Bell Lloc

Tiene una característica que tienen muchos edificios nuestros, no tiene una fachada. Nosotros no somos arquitectos de hacer fachadas, no somos arquitectos de una imagen ni de una forma, somos arquitectos para los que cada lugar y cada proyecto da una manera de entender estos espacios. Bell Lloc es esto, un espacio integrado que alberga una bodega.

Museo Soulages

Construido para Pierre Soulages, el museo es una pieza que dialoga mucho con el lugar donde está. Es un parque lineal con un desnivel importante, un talud y ésta es otra de nuestras características; el edificio recoge la singularidad de este lugar, se colocó en este borde en esa diferencia de cota y eso explica la singularidad de este lugar.

 

La Lira

No deja de ser una plaza cubierta que aprovecha un lugar donde había un teatro y crea un escenario; este lugar es donde se junta la ciudad antigua con la ciudad nueva. Esta relación entre el interior y el exterior crea un espacio de confluencia.

Guardería en Belasú

Nos gusta que cada pieza de las que hacemos, además de responder al lugar, responda a su función. Entendemos que un lugar que es para los niños ha de mostrar todo el mundo del juego y el color. Cuando hacemos los trabajos nos informamos y vimos que de 0 a 3 años cuáles son los colores predominantes que escogen los niños a esta edad; no les puedes poner colores fríos y oscuros. Ellos siempre te escogerían estos colores vistosos. Hay que respetar el uso y el lugar. Siempre hemos entendido que la pieza es la suma de interior y exterior, nunca hemos creído que la fachada es una historia y el exterior es otra historia.

Restaurante en Olot

Aquí teníamos que dialogar con una construcción en una casa de payés típica que tenía una gran fuerza. Siempre hemos pensado que las intervenciones tienen que saber dialogar, pero dialogar en equilibrio, sin querer imponerse ni que se te imponga.

Biblioteca de Sant Antoni

Esta pieza quería llegar a ser un lugar de encuentro y conseguimos que fuera un lugar donde, además de cumplir la función de lo que es la biblioteca propiamente dicha, también hubiera un centro de personas mayores y hubiera un lugar para juego de niños. Los lugares cuantas más funciones tengan mejor. Entendemos que la arquitectura es para hacer vivir y para hacer pensar a las personas. Investigamos y vimos qué se necesitaba en el barrio, y hacía falta un lugar que concentrara la vida. Cuando finalizan los niños el colegio por la tarde, allí se une todo, los que van a la biblioteca, las personas mayores , los críos, o sea, es una suma de vida de la ciudad.

Campo de atletismo

El estadio está en un lugar  primordial, se trata de la Zona Volcánica de la Garrocha, y queríamos dialogar con el espacio y el entorno. Lo que hicimos fue que pareciera que corriéramos alrededor de un bosque de robles de la zona, con árboles en el interior del estadio. En aquel momento tuvo mucho reconocimiento internacional.

Su estudio

Aquí está ejemplificado el diálogo entre lo nuevo y lo antiguo, está esa relación entre el interior y el exterior entendiendo que el espacio arquitectónico es la suma y el equilibrio de todas estas componendas.

Un castillo en Francia

Es un pequeño castillo en la pequeña ciudad de Nègrepelisse, en el sur de Francia . Hubo que restaurar el castillo pero primero entender lo que había sido aquel lugar y cómo la nueva intervención dialogaba con su pasado preguntándonos cuál es la esencia del proyecto. En este caso, la esencia era crear este corazón que había sido el castillo, ese exterior e interior que se plantea alrededor de este corazón.

Casas para vivir en ellas

No tenemos una obra preferida, siempre hemos pesado que cualquiera de nosotros nos hubiéramos ido a vivir a cualquiera de las casas que hemos hecho. El momento en el que las hicimos era como si las hiciéramos para nosotros. Así es como entendemos nuestro trabajo.