El nuevo director del Museo del Prado, Miguel Falomir, ha asegurado que "nunca" bajo su dirección se solicitará la vuelta del cuadro 'Guernica', de Picasso, actualmente en el Museo Reina Sofía, a diferencia de lo que ocurrió bajo el mandato de su predecesor, Miguel Zugaza.
"Por lo que a mí respecta, nunca bajo mi dirección el museo va a solicitar que el 'Guernica' vuelva. Creo que está magníficamente bien en el Reina Sofía y soy el primero que está deseando ver la exposición que se va a hacer allí con motivo del 80 aniversario", ha señalado en una entrevista con Europa Press el nuevo director.
Falomir ha lamentado que "a veces se olvide" que tanto el Reina Sofía como el Prado son museos nacionales y que, por lo tanto, "lo importante" es que el cuadro esté en un museo español. "El 'Guernica' es una obra magnífica y a cualquier director de museo le gustaría tenerlo, pero ese no es el caso aquí. Desde luego, mientras yo sea director ni se va a pedir el cuadro ni se va a entrar en competencia (con el Reina Sofía)", ha zanjado.
Mis mayores objeciones eran de tipo profesional, pensaba que tenía que dejar a un lado mi carrera como historiador del arte"
Tras aprobar el Patronato por unanimidad su candidatura, el dirigente ha afirmado afrontar este reto "con responsabilidad pero sin miedo", a pesar de reconocer que en un primer momento rechazó el ofrecimiento de dejar su puesto de director adjunto. "Mis mayores objeciones en ese momento eran de tipo profesional, pensaba que tenía que dejar a un lado mi carrera como historiador del arte para pasar a la gestión", ha señalado.
No obstante, el apoyo de varias personas dentro del museo -Falomir ha destacado el respaldo tanto del anterior director Miguel Zugaza como del presidente del Patronato, José Pedro Pérez-Llorca, quienes le ofrecieron el puesto- le hizo cambiar de opinión. "Me hicieron ver que estaba siendo maximalista y que no todo era blanco o negro", ha afirmado.
Respecto al tiempo que su predecesor estuvo al frente del museo, ha recordado que sus 15 años fueron "la excepción" a la regla. "Espero ser útil los próximos años y tener ideas para alimentar esta locomotora extraordinaria, pero no son puestos vitalicios y lo ideal es que dependieran del éxito o no de la gestión", ha especificado.
El director de la pinacoteca ha abordado distintos retos que deberá afrontar en su mandato, entre ellos la entrada de financiación, el aumento de visitantes o la apuesta por artistas contemporáneos. "Tener cada vez más público es extraordinariamente positivo, pero hay que intentar que ese flujo no salga desilusionado", ha aseverado, tras destacar la ayuda 'extra' que supone el hecho de que los museos también se hayan convertido en "destinos turísticos".
Precisamente por el hecho de ese nuevo concepto del museo, para Falomir, el número de los visitantes no puede ser "un indicativo" de la gestión, pues en los periodos de crisis la pinacoteca se resiente en el número de visitas al igual que el turismo. No obstante, las previsiones para este año son optimistas, puesto que se igualan prácticamente a día de hoy las cifras del año anterior --cuando se superó los 3 millones de visitantes-- sin haber tenido exposiciones durante un mes y medio.
La autofinanciación del Prado se sitúa en el 72%, a niveles del Metropolitan de Nueva York"
Respecto a los precios de entradas, ha indicado que son "difíciles de fijar", si bien ha defendido que más del 50% de los visitantes no pagan al acceder en horarios gratuitos y un 20% se benefician de descuentos. Las entradas son el porcentaje más importante de los ingresos de la pinacoteca, a los que se suma la aportación del Estado, los patrocinadores privados y otras aportes de la sociedad civil, como los Amigos del Museo, que ya son 25.000. Con todo ello, la autofinanciación del Prado se sitúa en el 72%, a "niveles del Metropolitan" de Nueva York, un porcentaje que, coincide con Zugaza, genera "estrés". "Lo ideal sería bajar el nivel de estrés. Un 60-40 (de financiación privada y pública) sería el porcentaje ideal", añade Falomir, que señala a una futura y reiteradamente anunciada Ley de Mecenazgo como una "solución ideal" para facilitar la inversión privada.
Respecto al arte contemporáneo, ha explicado que ha entrado en los años de Zugaza en el Prado y que lo ha hecho "para quedarse", pero siempre a través de proyectos ligados a la propia pinacoteca, como el que presentó la pasada semana el artista chino Cai Guo-Qiang. "Es nuestra obligación invitar a artistas contemporáneos a repensar la colección del Prado. Seremos nosotros los que les llamaremos --ha recalcado--. Lo que no vamos a hacer es comprar un Rothko. Primero, porque no tenemos dinero y segundo, porque no es nuestra misión. El arte contemporáneo entrará en la medida en que esté relacionado con el del museo".
Aún así, Falomir quiere abrir más el museo a la sociedad mediante "nuevas narraciones". "Estamos en una sociedad cada vez más compleja, más diversa y lógicamente demanda unas aproximaciones de nuestro museo que sean distintas. No podemos seguir con una estructura y una programación decimonónica, dividida por escuela, por siglos... Evidentemente, se van a seguir haciendo monográficas sobre pintores, pero hay que alentar y proporcionar discursos que hagan referencia a mujeres, inmigración, a la exclusión social. Todos eso forma parte de la sociedad", ha insistido.
Bicentenario y Salón de Reinos
Precisamente, considera que la celebración del Bicentenario de la Pinacoteca en 2019 es una ocasión "fantástica". "Haremos un programa de actividades que presentaremos en breve con exposiciones y congresos, pero la idea es que no sea una efeméride autocelebrativa y que lo que sirva es para abrir el museo a la gente", ha recalcado.
Para esa fecha, le gustaría que hubiesen empezado las obras del Salón de Reinos, cuya finalización calcula para el año 2021 o 2022. "Estamos hablando de un edificio histórico que sabes cuando empiezas pero nunca cuando acabas", ha dicho en relación a esta reforma que correrá a cargo de Norman Foster y sumará unos 2.500 metros cuadrados. Es una obra, a su juicio, "relativamente económica", de unos 45 millones de euros, cuya tercera parte como mínimo deberá adquirirse mediante financiación privada.
Finalmente, respecto a la posibilidad de que su puesto hubiese sido ocupado por una mujer, ha recalcado que se debería tener a todas las mujeres capaces que lleguen a los sitios más altos. "Soy consciente de que eso no ha sido así durante muchísimo tiempo", ha dicho para recordar que una de las dos direcciones adjuntas del Museo del Prado está ocupada por Marina Chinchilla.
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