El escaparate es perfecto. Deporte, estética fresca y gente guapa en el corazón de Biarritz observando las proezas de los mejores surfistas del planeta al surcar el mar en busca de la ola perfecta. Ver y dejarse ver. En una semana la elegante localidad francesa acogerá el Campeonato Mundial de Surf en el que participarán selecciones de todo el mundo. También la española. En Euskadi hace años que sueñan con poder presentar su propia selección a un certamen internacional, pero por ahora tendrán que conformarse con mirar desde la playa. Al menos podrán observar los no pocos surfistas vascos que competirán defendiendo al combinado nacional, a ‘larojasurf’.
Hace casi cuatro décadas que Biarritz no celebraba este evento del surf. Lejos queda aquel 1980 cuando el equivalente a los World Surfing Games atrajeron hasta sus playas a miles de aficionados, muchos de ellos de la cercana costa vasca, la meca del surf en nuestro país. Esta vez volverá a hacerlo. A lo largo de los ochos días en los que se prolongará la cita surfera (del 20 al 28 de este mes) los aficionados de Mundaka, Zarauz, Sopelana o Bakio viajarán hasta la cercana Biarritz.
Y no será por no disponer de surfista de élite. El equipo femenino lo integran tres mujeres vascas y entre la selección masculina otro de sus miembros también es de Euskadi. Por el momento, la Federación Vasca se tendrá que conformar con el nuevo aliento que ha recibido esta semana del Parlamento Vasco mostrado su respaldo a que reclame la oficialidad internacional para disputar como una selección más campeonatos como el que acogerá Biarritz la próxima semana.
La Federación Vasca de Surf se creó en 1989, la española en 2001, tras lo cual la Federación europea expulsó al combinado de Euskadi del circuito internacional
Para ello el Gobierno de Iñigo Urkullu está dispuesto a poner medios económicos, asesoramiento y argumentario para defender la candidatura de la selección vasca para igualarse al combinado de España, en el que por ahora se integran los y las surfistas vascas. La Cámara vasca ha aprobado ser “su compañero de viaje” en la carrera de despachos que le espera y con la que ansía lograr su oficialidad internacional.
Federaciones 'privadas'
La reivindicación se encuentra a medio camino de la reclamación deportiva y la aspiración soberanista. PNV y PSE defienden dar este paso hacia la oficialidad, no sólo en la selección de surf sino en el conjunto de ellas. También lo hacen EH Bildu y Podemos. El PP es la única formación en el País Vasco que se queda al margen de una reclamación así. En el documento que socialistas y jeltzales suscribieron para cerrar su gobierno de coalición en Euskadi no ocultan que el deporte contribuye a proyectar “una imagen positiva de Euskadi y su cultura en el ámbito internacional” y por tanto es una vía a profundizar.
Definida la aspiración y el camino, faltaba el argumento. El Ejecutivo de Iñigo Urkullu lo elaboró la pasada legislatura tras encargar un informe jurídico al respecto y sobre el cual construye su reclamación. En sus conclusiones, el informe señala que las federaciones internacionales son organismos privados, no dependientes de los Estados, y por tanto no se rigen por el derecho internacional público. Por tanto, aceptar o no a una federación “sin Estado” sería una cuestión de voluntad, ya que es ella la que fija propias normas de admisión. Los casos de Gales o Escocia, selecciones habituales en certámenes de carácter internacional, son ejemplo de ello.
Euskadi defiende que las federaciones son organismos privados, no dependientes de los Estados, que no se rigen por el derecho internacional público
En el caso de la federación vasca de Surf se da la paradoja de que existe mucho antes de que se constituyera la federación española. La primera federación de este deporte en nuestro país fue la vizcaína, que tras fusionarse con la guipuzcoana dio origen, en noviembre de 1989, a la Federación Vasca de Surf. Durante doce años los y las surfistas vascas compitieron por todo el mundo bajo su paraguas “haciendo sonar el nombre de Euskal Herria por todo el mundo”, asegura la Federación de Euskadi.
Todo cambió en 2001 con la creación de la Federación Española, que tras presionar a la europea logró que la federación vasca fuera expulsada del organismo y con ello se le impidiera volver al circuito internacional. La próxima semana la mitad del combinado español que compite en Biarritz estará integrado por surfistas vascos (Garazi Sánchez, Ariane Ochoa, Nadia Erostarbe e Imanol Yeregui).
La reclamación para volver a surfear la oficialidad de la selección vasca se retoma en un ciclo relevante para este deporte. En 2020 el surf será deporte olímpico en Tokio. Aún restan tres años y los defensores de la presencia de Euskadi en el panorama deportivo internacional sueñan con que Euskadi tenga alguna selección más que la de Soka-Tira reconocida mundialmente, y que ya ha cpompetido en certámenes internacionales como Selección de Basque Country. El siguiente consuelo es el Montañismo, otro de los puntos sólidos del deporte vasco. Su federación está reconocida como miembro de la federación internacional de Montañismo y Escalda pero sólo con voz, no con voto.
Más allá de ello, por el momento el conjunto de federaciones vascas en Euskadi no muestra gran entusiasmo e implicación por logra la oficialidad. La aspiración se potencia más desde los ámbitos políticos que deportivos, donde las resistencias en muchos casos responden al temor de posibles consecuencias federativas.
Las 50 "naciones sin estado"
En el PNV reiteran que Euskadi tiene derecho, por ser “una nación sin Estado”, a ser reconocida en el panorama deportivo internacional y a hacerlo con normalidad. Insisten en que ya existen medio centenar de naciones sin Estado que compiten con sus selecciones en el mundo. El sueño de poder competir contra el combinado español y de otros países viene de lejos. El nacionalismo vasco hace años que libra esa batalla en el fútbol, sin avances por el momento y con un desgaste importante en el nivel de respaldo social.
Bildu asegura que tener selección propia reconocida internacionalmente debería ser una consecuencia lógica de ser una nación "y lo somos"
Pero el Gobierno de Urkullu se ha propuesto que la voz se escuche en los organismos internacionales. Para ellos contempla poner en marcha esta legislatura acciones que contribuyan a que la oficialidad no sea un deseo incumplido. En la izquierda abertzale tienen a uno de sus grandes aliados. La portavoz de EH Bildu, Rebeka Ubera aseguraba esta semana que pedir una selección vasca de surf con derecho a competir en eventos como el de la próxima semana en Biarritz deberían ser factibles, “no en vano somos una nación”.
En el PNV confían en que la presión finalmente contribuya a quitar el “corsé” que supone la imposición de las federaciones españolas en las distintas disciplinas. Para ello prometen apoyo “técnico, jurídico y económico”. En Podemos apelan a la necesidad de construir una gran “pacto” que aúne a federaciones, partidos e instituciones vascas para avanzar en este camino. Desde la bancada del PP prefieren limitarse a recordar que el amparo de las federaciones españolas sigue siendo el soporte para competir con garantías en el circuito internacional.
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