Cuando regresó la casa se le había quedado pequeña. La había conocido como director quince años atrás (1996-2002) y pese a que mantenía el prestigio y el potencial intacto, pronto descubrió que las costuras apretaban demasiado. En su mirada se incluía la experiencia de haber estado quince años al frente del palacio de los museos, el Museo del Prado que por su trayectoria, sus dimensiones y sus números poco se parecía a lo que ahora tenía entre manos. Con la experiencia y contactos adquiridos en estos tres lustros, a Miguel Zugaza le han bastado dos meses para dejar su sello en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Se puso al mando a finales de marzo y tras un primer diagnóstico de situación ha comenzado su pequeña revolución.
Y lo ha hecho por uno de los frentes más débiles que su antecesor, Javier Viar, siempre lamentó, los problemas de financiación y de espacio. El Bellas Artes de Bilbao debía crecer y fortalecer su músculo financiero, pero ni una ni otra han sido posible hasta ahora. Menos en tiempos de crisis. De incuestionable valor artístico, en estos años siempre ha vivido a la sombra del cercano Museo Guggenheim pero sabiendo asomar y hacerse oír con muestras exitosas. Ahora Zugaza ha llegado con ganas de dar un nuevo impulso y prepara al museo para una nueva etapa, la suya.
En sólo dos meses Zugaza ha incorporado tres nuevos patronos a la Fundación del Museo y augura nuevas incorporaciones este año
En sólo dos meses, el flamante ex director del Prado y actual responsable del Bellas Artes ha logrado convencer a tres grandes compañías para que se impliquen en su plan, para que le respalden financieramente y hacer más grande el museo bilbaíno. En este tiempo, Zugaza ha convencido a tres nuevas compañías para que apoyen económicamente al Bellas Artes con desembolsos que van desde los 450.000 euros que aportará Petronor, a los 240.000 euros que desembolsarán la Fundación Banco Santander y la Fundación Gondra Barandiarán a lo largo de los próximos cuatro años. A ellos ha sumado haber reforzado la colaboración de la Fundación BBVA, que tras su llegada se ha visto mejorada. En la lista de patronos también aparece otro gigante vasco; Iberdrola, miembro del patronato desde 2001.
Más patronos en 2017
Y sólo es el principio, el Museo asegura que “habrá más” compañías que este mismo año se incorporarán a la lista de una decena de patronos con los que ya cuenta el Museo. Zugaza confirma a El Independiente que trabaja ya con nuevos potenciales aliados para hacer más grande el Museo y que estarían dispuestas a desembolsar el mínimo de 60.101 euros anuales -por un periodo mínimo de cuatro años- que se exige para adquirir tal condición.
Actualmente el sustento financiero del Museo se soporta fundamentalmente en las aportaciones de las instituciones públicas (4,3 millones de euros) y de la BBK Fundazioa, ‘patrono de honor’ que aporta cada año más de 600.000 euros. A ello se suma la aportación de la decena de patronos y la treintena de empresas “amigas” y colaboradoras.
El director del Museo es consciente de que las dimensiones del Bellas Artes poco o nada tiene que ver con las del Museo del Prado, (30 patronos y 45,3 millones de presupuesto) pero está convencido de que el potencial de la pinacoteca vasca es mucho mayor. El presupuesto del Museo de Bellas Artes apenas rozará este año los 8 millones de euros. Una cantidad con la que desde hace años a duras penas hace sostenible sus cuentas. El Museo confía este año en mejorar de modo notable sus visitas y rebasar la cifra de 270.000 visitas logradas el el año pasado. Captar y atraer a muchos de los que a escasos 200 metros visitan el Guggenheim (casi 1.000.000 el año pasado) es sólo uno de los objetivos.
Se ha fijado lograr una relación más fluida con la sociedad, las instituciones y ampliar las visitas
Pero no será el prioritario. A su llegada a Bilbao para iniciar su segunda etapa al frente del Bellas Artes, Zugaza aseguró que sería un error medir el éxito o fracaso de un museo en función de sus visitas. En su opinión, adquieren mayor relevancia valores como la conservación y educación cultural de una sociedad. Sin embargo, no olvida que uno u otro reto, el cuantitativo o el cualitativo requerirán de una “fluida relación” con la sociedad, con las instituciones y con el resto del organismos museísticos y culturales.
La gran apuesta y primera apuesta museística de Zuagaza será la exposición que a partir de julio exhibirá en el Museo. Será la mayor muestra de obras de la colección privada de Alicia Koplowitz jamás vista. Serán 92 piezas, muchas de ellas expuestas por primera vez en nuestro país, y con la que confía en poder dar un nuevo impulso a las aspiraciones de crecimiento con las que ha llegado.
Ampliar el museo, un reto en marcha
Además de la captación de nuevos patronos dispuestos a empujar en el frente económico, Zugaza trabaja ya en la ampliación de espacios para el Museo. Actualmente cuenta con una planta baja, con amplio espacio expositivo y dos alturas más que suman un total de 33 salas. El director del Bellas Artes ha comenzado a mostrar los planos que heredó de su predecesor, Javier Viar, y que contemplan la posibilidad de ampliar las instalaciones expositivas en una de las plantas, la subterránea, destinada actualmente a funciones administrativas. Es tiempo de fraguar apoyos y alianzas para que esta opción, que requeriría de apoyo financiero e institucional, prospere.
Ha comenzado a mostrar los planos de ampliación de la pinacoteca para incorporar una planta subterránea al espacio expositivo
La fórmula para implicar a la iniciativa privada en el sostenimiento de los museos es una de las vías que el Gobierno Vasco lleva potenciando desde hace años. El lehendakari Iñigo Urkullu siempre se ha mostrado partidario de la colaboración público-privada como una alianza necesaria para el impulso de multitud de ámbitos de la economía vasca, también la cultural. En ese esquema encaja uno de los objetivos de la Fundación del Museo, que pasa por “contribuir decisivamente a la educación de la sociedad y a la proyección de los valores culturales de la Comunidad Autónoma vasca”. Durante la presentación del último patrono, Petronor, el propio Zugaza reconoció que “la corresponsabilidad entre lo público y lo privado es la senda que queremos andar” y que quiere liderar para “sincronizarlo” de modo adecuado.
El Museo de Bellas Artes actual es una institución fundada por tres instituciones públicas, el Gobierno vasco, la Diputación Foral y el Ayuntamiento de Bilbao. El 15 de noviembre de 2000 acordaron la creación de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao. En realidad, el origen de la pinacoteca se remonta a más de un siglo atrás, cuando el primer museo de Bellas Artes, fundado en 1908 y que se inauguró en 1914, y el de Arte Moderno, que se inauguraría una década después, se fusionaron. Una fusión estructura y de colecciones que fue efectiva en 1945, cuando se levantó el edificio antiguo actual al que en 1970 se le sumó el complejo que lo amplio de modo notable. Toda la estructura fue reformada en 2001. Sin embargo, pese a las sucesivas ampliaciones, tanto Viar, el director saliente, como Zugaza quieren ampliarlo.
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