La eliminatoria del siglo, la mejor final que se puede ver, la revancha para el mejor equipo de la Historia. Mil y un calificativos acompañan a las Finales de la NBA, que desde el pasado jueves están disputando los Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers. Dos modelos que chocan, pero que han dominado sus conferencias, la Oeste y la Este respectivamente, con mano de hierro. En las eliminatorias por el título sólo han perdido un partido entre ambos, el que Boston le arrancó a los de Ohio en la final del Este.

Baloncesto coral, movimiento constante y un tiro de larga distancia que roza lo infalible. Los Warrios lo tienen todo para triturar un rival tras otro con un juego (casi) imposible difícil de defender . Por contra, Cleveland se basa en lo que sean capaces de generar Kyrie Irving y, sobre todo, LeBron James, de los que depende casi totalmente sus posibilidades de victoria.

Unas Finales -sí, con mayúsculas- tienen muchísimas cosas que ver, cientos de detalles en los que fijarse. Es muy fácil distraerse entre los miles de focos, las primeras filas llenas de celebrities como Rihanna o Jay Z, y de todo el glamour de la NBA. Estas son las cosas que no hay que perderse:

Kevin Durant vs LeBron James

Con permiso de Stephen Curry, dos veces MVP, este es el duelo que todo el mundo quiere ver. Tras fracasar una vez tras otra en Oklahoma City Thunder, Durant firmó el pasado verano por los Golden State Warriors sumando al mejor equipo de la historia uno de los tres mejores jugadores del mundo. Es apagar el fuego con gasolina. Los Warrios han cambiado al mediocre Harrison Barnes por el estratosférico Durantula, y eso se nota mucho.

Pero es que enfrente está LeBron James. El mejor jugador sobre la faz de la tierra -¿el mejor de la historia?- es el único capaz de defender al anotador más voraz que campa por la liga. Durant es un jugador de 210 centímetros que se mueve como uno de menos de dos metros. Es tan grande que los pequeños no pueden defenderle, y tan rápido que los grandes no logran seguirle. Ahí entra LeBron.

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King James es el único que puede hacer sombra a Durant, pero entonces ¿quién defiende a Draymond Green? La teoría de la manta define a la perfección a estos Warriors: cuando tapas un brazo se te queda una pierna al aire. LeBron tendrá que multiplicarse atrás para frenar a un KD enrabietado tras recibir muchísimas críticas por fichar por los de San Francisco.

En el primer partido, que ganó Golden State en la madrugada del pasado jueves, ambos comenzaron emparejados pero luego LeBron pasó a ocuparse de Green. Durant acabó el partido con 38 puntos y un 54% de acierto en tiros de campo, haciendo básicamente lo que le daba la gana en la pista.

El duelo de estrellas

Kyrie Irving, Kevin Love y LeBron James por un lado. Stephen Curry, Kevin Durant y Draymond Green por el otro. Dos tríos de estrellas que no tienen nombres chulos como la BBC o la MSN, pero que funcionan bastante mejor. De su rendimiento depende la final ya que son los encargados de generar juego, fabricar sus propios tiros y llevar el peso anotador. También serán los que más tiempo estén en cancha.

El duelo, de momento, es para los de Golden State Warriors. A los 38 puntos de Kevin Durant hay que sumar los 28 de Stephen Curry (6/11 en triples) y la tremenda influencia defensiva y ofensiva de Green, generador de juego y protector de aro a partes iguales. A eso hay que sumar a Klay Thompson, que no está demasiado acertado en estos Playoffs pero que en cualquier momento entra en uno de sus flujos de anotación y revienta un partido. A los Kings les metió 37 puntos en un cuarto, récord de la NBA.

Enfrente LeBron James, Kyrie Irving y Kevin Love, que no es poca cosa tampoco. King James anotó 28 puntos, capturó 15 rebotes y repartió 8 asistencias, todo muy en su línea, e Irving protagonizó grandes jugadas y terminó con 24 puntos, a lo que hay que sumar los 15 puntos y 21 rebotes de Love. Pero no es suficiente. Entre los tres perdieron 13 balones, frente a los apenas cuatro que dejaron escapar todos los Golden State Warriors. Complicado.

Los secundarios al rescate

Las estrellas son casi infalibles, pero son humanas. Llegará un día en el que Stephen Curry falle un triple liberado, en el que LeBron no pueda anotar 40 puntos o en el que Kevin Durant, por lo que sea, no ande fino con sus suspensiones de seis metros. Muchos partidos, muchos minutos, y no se puede estar siempre al máximo nivel. Por eso hay 12 jugadores en plantilla.

Salvando el fondo de la rotación, que no pasará por cancha salvo partido decidido o causa mayor, ambos equipos emplearán a unos ocho efectivos por bando. Más allá de los jugadores con rol muy específico, como Javale McGee o Kyle Korver, hay que secundarios que sí deben dar un paso adelante. Son JR Smith, Tristan Thompson y Deron Williams en Cleveland y Shaun Livingston, Zaza Pachulia y Andre Iguodala en Golden State.

Stephen Curry, con el balón ante Kyrie Irving. EFE

JR Smith, que anotó la primera canasta de las finales, será clave con su amenaza desde la larga distancia y una defensa física para secar a Klay Thompson. Por su parte, recae en Tristan Thompson la labor de martillear el tablero rival con la captura de rebotes ofensivos, labor en la que es sin duda el mejor de la competición. Para Deron Williams quedarán unos pocos minutos por choque, pero debe sostener el tono cuando Irving pase por el banquillo.

En el lado contrario, Zaza Pachulia tiene que continuar siendo un seguro debajo de canasta y poniendo bloqueos duros, que liberen al portador del balón. Shaun Livingston, recuperado para el baloncesto tras destrozarse de mil formas la rodilla, va a hacer su tirito de toda la vida: posteo hasta cuatro metros y lanzamiento a media vuelta aprovechando su altura y la longitud de sus brazos. Nada nuevo, pero todo muy efectivo. Andre Iguodala tendrá que recuperarse a toda marcha de las molestias de rodilla que no le han dejado operar al máximo en las finales de conferencia, pero puede encargarse de defender a LeBron y aportar rebote sin muchos problemas.

Mike Brown contra Tyronn Lue

De momento, los rumores dicen que Steve Kerr, el entrenador de los Golden State Warriors, podría estar dirigiendo a su equipo a partir del segundo partido, pero es toda una incognita. Kerr ha estado fuera durante los Playoffs con problemas de espalda por una operación que lleva tiempo molestándole y, aunque puede dirigir los entrenamientos y estar en el vestuario, no puede estar sentado en el banquillo.

Eso significa que las rotaciones y los ajustes sobre la marcha los realiza Mike Brown, su principal asistente y ex entrenador de los Cleveland Cavaliers en la primera etapa de LeBron James en la franquicia. Brown es un entrenador muy clásico, poco dado a florituras. Irá a lo seguro y eso lo puede aprovechar su rival al otro lado del tablero: Tyronn Lue. Brown tiene un complicado papel en estas finales. Si conduce a su equipo a la victoria dirán que cualquiera pudo hacerlo con semejante arsenal en el equipo, mientras que si pierde las críticas no tendrán piedad.

Kevin Durant se dispone a machacar en el aro de Cleveland Cavaliers. EFE

Lue, un ex base que jugó hasta 11 temporadas en la NBA, ya demostró el año pasado estar más que preparado para un reto así. En las anteriores finales diseñó un entramado defensivo con LeBron de líbero que atascó el juego de los Warriors, aunque en el primer partido le han pasado por encima. Queda mucha final, pero Lue tendrá que dar con la tecla para frenar a la mayor maquinaria ofensiva que ha visto en su carrera.

Dos estilos diferentes y siete partidos para decidir quién se lleva el trofeo Larry O'Brien que, hasta nueva orden, está en manos de los Cleveland Cavaliers. Los Warriors amenazan el reinado del rey de la NBA, pero LeBron y sus tropas no lo van a poner fácil. Es la final que todo el mundo quería, la primera vez que dos equipos se encuentra en las Finales tres años consecutivos. La pelea ha comenzado con el 1-0 para los Warriors.

El segundo asalto, la madrugada del domingo al lunes a las 2 de la madrugada.