La música en televisión ya no es lo que era. Escala en Hi-Fi, Rockpop, La edad de oro, Aplauso, Música sí, Tocata, Séptimo de caballería, El conciertazo... A lo largo de la historia de la televisión pública no han faltado programas dedicados a la música. Eso es una realidad que no necesita demostración. De pronto, llegó internet a nuestras vidas y mató a la estrella de la televisión. El consumo de la música cambió con la llegada de los soportes digitales. Como las televisiones privadas surgieron en España casi de manera paralela a la red, ellas ni siquiera pueden vivir de la morriña de este tipo de espacios. Los programas musicales en las cadenas privadas han brillado por su ausencia. Ojo, no cuentan ni los talent ni los concursos. Estamos hablando de la auténtica música en televisión, la purista.
Con la intención de reivindicar la música en televisión, el canal #0 de Movistar ha estrenado un programa de producción propia POP, una historia de música y televisión, en el que espectador realiza un viaje por la historia de la música, de la industria discográfica y de la televisión, en definitiva, un viaje por la historia reciente del país. "Este programa no es sólo un homenaje a los músicos y a los cantantes españoles que han escrito canciones que son parte de la banda sonora de nuestras vidas, este programa permite dar voz a los músicos y convertir en personal un clamor que lleva tiempo en el aire: la importancia de los programas de música en televisión. Es un acto de justicia con los músicos, con nuestros artistas", confiesa Jorge Ortiz, jefe de programas de factual y actualidad de #0.
Este programa resalta la importancia de los programas de música en televisión"
A través de más de 80 entrevistas con músicos de todas las épocas y profesionales de la televisión, la serie, que consta de cuatro capítulos, realiza un recorrido nostálgico por la historia de la música en España, del pop y el rock de los años 50 hasta nuestros días.
Se trata de un ejercicio de músculo televisivo donde han sido capaces de unir a músicos de diferentes épocas y estilos, con los programas y los presentadores míticos de la historia de la televisión y con las canciones que han marcado la memoria colectiva del país. ¿Cuál es su valor? ¿Qué les diferencia de Ochentame, por ejemplo? Pues que se han convertido en el altavoz de grandes músicos con el que reivindicar la música en directo en televisión.
“Digo música en directo porque un programa de vídeos ya no tiene sentido. Los jóvenes no están acostumbrados a esperar para ver a los vídeos de sus grupos favoritos, se van a YouTube y punto. Hay nuevos soportes y nuevas formas de consumo. Reivindico el placer de poder ver música en directo. Es cierto que no se puede igualar a un concierto, pero como alguien que ha crecido viendo esta televisión, como alguien que ha abierto su mente viendo estos programas, creo que son necesarios”, explica Ortiz.
Música en directo
El responsable de programas de #0 confiesa que le gustaría poder ver espacios con música en directo en televisión. “Echo de menos algo que sí ofrece la cultura británica desde hace más de 40 años. La BBC tiene programas de música en directo, realizados con mucho mimo y cuidado. Telecinco y Antena 3 no son el altavoz, creo que es una responsabilidad de la cadena pública. Cuando vives en una gran ciudad no eres consciente de que en las más pequeñas no tienen esa facilidad que tenemos. La música no es solamente cultura, es la banda sonora de tu vida”.
Todos los amantes de la música echan de menos un espacio de música. La paradoja surge cuando la audiencia no acompaña y es capaz de acabar con programas como el Top of the Pops que desapareció de las pantallas británicas después de más de 42 años de existencia. El programa de hits musicales ya no pudo competir con los canales de música de 24 horas ni con internet. En los años 70, Top of the Pops contaba con unos 15 millones de espectadores y murió con apenas un millón.
En las islas no se achantan y a pesar del cierre de Top of de Pops mantienen musicales consolidados. Destaca Later... with Jools Holland, programa dirigido por Jools Holland, fundador de la banda Squeeze. En su programa entrevista a todo tipo de artistas, de estrellas a debutantes, pasando por músicos de segunda fila. Pero la marca de la casa son sus conciertos, aquéllos en los que sus invitados tocan en directo tres temas de sus últimos trabajos.
Heredero de Holland
Séptimo de caballería fue un claro heredero de este magnífico espacio británico y el ejemplo de lo que los artistas echan de menos. “Séptimo de caballería era un programa de culto, que todo el mundo dice que lo vio, pero nunca estuvo acompañado por la audiencia”, explica Toñi Prieto, directora de programas de entretenimiento de TVE.
El 14 de septiembre de 1998, de la mano de Pilar Tabares como directora de programas de entretenimiento, Miguel Bosé irrumpía con su Séptimo de caballería en el erial televisivo de los espacios musicales en directo. El artista ejercía de anfitrión en un banquete musical de 90 minutos. De espaldas a la audiencia, el cantante aguantó el envite sólo dos temporadas. En abril de 1999 decía adiós definitivamente. A pesar de que la fama de Tabares llegó con Operación Triunfo, sería una injusticia no nombrar su empeño para que la música tuviera un hueco en la televisión pública. Su gran pasión siempre fueron los programas musicales. De hecho participó en la producción de espacios emblemáticos como La Edad de Oro, Tocata, Jazz entre amigos y Música Sí.
Cuando más música suena en todas partes y más iniciativas hay en la industria por los formatos en directo, más abandonada está en la parrilla. El problema, para la directora de programas de TVE, son “las bajas cifras de audiencia”. “La música es cultura y como tal hay que tratarla. En una televisión pública tenemos que tener programas culturales, pero también estamos obligados a valorar la audiencia. Como servicio público nos debemos a la audiencia. Comparto la idea de que lo más puro es hacer programas de música en directo. El melómano le da mucho valor, pero la mayoría no consume este tipo de programas. Nuestra obligación es seguir intentándolo y por eso en la noche del sábado vamos a apostar por un programa de variedades, No es un sábado cualquiera, en el que habrá música en directo. Se trata de la actualización de un formato de variedades de los de toda la vida”.
La música se ha convertido en un problema por culpa de la gestión de los derechos de autor
Toñi Prieto, que también ha crecido entre las bambalinas de espacios musicales como Rockopop, recuerda que en Navidad TVE siempre emite un musical especial, “con duetos y actuaciones que funciona fenomenal”. Lo sorprendente es que fuera del paraguas festivo los mismos programas no seducen igual. “El de Alejandro Sanz alcanzó un 20% de cuota de pantalla y cuando lo repusimos, cuatro meses después, no hizo más que un 8%. El motivo lo desconozco, pero es así. Las cifras son lo que son”, añade.
A esta supuesta falta de audiencia se suma otro factor. Posiblemente el definitivo. La música se ha convertido en un problema por culpa de la gestión de los derechos de autor. Desde las productoras reconocen que el alto canon que las entidades ponen en la gestión de los derechos lleva a no apostar por este tipo de programas. De hecho, cuentan con sus propias librerías musicales para ahorrarse el pago. Con todo esto, jamás habíamos estado tan mal en televisión musical.
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