Todo tiempo tiene su banda sonora. El siglo XX parecía despedirse acomodado en la cumbre del brit pop y la revisiones del punk. Inglaterra apuraba sus días de gloria musical, en cuyo imperio no se ponía el sol desde los años sesenta. Cuando la centuria parecía despedirse en un suave aterrizaje, Radiohead publica Ok Computer.
“Fue el apagón que estábamos todos esperando”, señala Roberto Martínez, director del programa Bienvenido a los 90 de la FM madrileña Radio Utopía. Ahora acaba de embarcarse en la aventura de publicar un doble vinilo titulado Ok Computer Revisited en el que 17 bandas españolas reinterpretan los temas aquel disco de 1997.
Hace ahora dos décadas, “igual que pasó al rock americano, el brit pop se encontró con que no podía avanzar, se convirtió en una música fácil de escuchar; Oasis, Blur, etc. se repetían”. Radiohead era una banda consolidada tras The Bends. Pero prefirieron poner música a un germinal tiempo de vidas interconectadas y robots. La revolución de internet iba en serio.
Su guitarrista Ed O’Brien dijo en una ocasión que les aseguraban que venderían “seis o siete millones de copias si lanzábamos The Bends II. Así que hicimos lo contrario”.
El sencillo, Paranoid Android, se publicó en mayo de 1997. Seis minutos irradiables. Una estructura anticomercial y un título que evoca distopías poco confortables. Radiohead estaba poniendo al mundo cara a cara frente al siglo de interfaces que estaba a punto de empezar. A Napster le quedaban menos de dos años para nacer.
“Recuerdo que era un sábado de mayo y sonó en RNE”, evoca Martínez, “lo puso Paco Pérez-Bryán, y dijo algo como que este grupo llevaba meses al margen de toda corriente, se habían metido en el estudio”.
Es el propio Roberto Martínez quien hoy interviene en ocasiones en esta misma emisora pública, en su espacio 180 Grados, a la par que realiza semanalmente su programa en Radio Utopía, donde se puede escuchar ya Ok Computer Revisited.
El disco se financia mediante micromecenazgo en Verkami. Está en la recta final de su captación de fondos, que se destinan a la elaboración de las copias. Nadie se lleva un duro extra.
“Hicimos el llamamiento [a las bandas colaboradoras] a través de las redes sociales. Los grupos reaccionaron muy bien”, apunta Martínez. “Hoy es muy fácil que los grupos hagan música en su casa o sus estudios. Tuvieron total libertad para reinterpretarlas y grabarlas”. Después de eso “me las iban haciendo llegar por email”.
Del mp3 al vinilo
El correo electrónico era la aplicación más popular, junto a la web, de el internet noventero. En mp3 había sido inventado hacía poco. La combinación de ambas tecnologías y el advenimiento del P2P pondría para siempre patas arriba la industria musical. “Radiohead parecía intuirlo entonces”, apostilla Martínez. La música estaba a punto de no ser igual.
El proceso de construcción del Revisited ha tenido capítulos memorables como la colaboración de Superskinny. Se encontraron al líder de la banda “intentando pillar cobertura en medio del campo”, camino del Festival In Situ (cerca de Medinaceli, Soria). Subió al coche de Roberto, entre eras, “le propusimos ahí que hiciese una versión y aceptó. Y nos entregó una de las mejores”.
La banda inglesa grabó la mitad de Ok Computer en el campo. Una extravagancia, entonces, que hoy es de lo más común gracias a las redes de fibra óptica o el satélite. La mitad de un estudio de entonces prácticamente cabe en un Mac Book Pro de un par de kilos de hoy. Se editó en CD (formato rey), pero el disco estaba concebido para ser escuchado linealmente. Airbag (pista 1) enlaza con el arranque de Paranoid Android (pista 2). En eso sí que no se anticiparon al consumo hiperfragmentado de música de 20 años después.
Los músicos nos propusieron sacarlo en vinilo
Roberto Martínez se la jugó con el formato: “En un principio, Ok Computer Revisited se iba a quedar en algo digital, pero el propio músico siempre tiene la idea de sacar un formato físico. ¿Por qué no el vinilo, que es lo más potente? Parece que es ideal para mostrar el arte gráfico”.
Si la portada de aquel CD de 1997 mostraba una carretera anónima, ahora esa autopista es la recién rescatada Radial 4, por obra de la ilustradora Cristina Sánchez. Imágenes de móviles, redes sociales y líneas de código nos recuerdan que la distopía de 1997 (con permiso de 1984), ya es una realidad. Y no es para tanto, salvo por la crisis del ladrillo (llámese de la industria deslocalizada en Reino Unido).
A eso quiso jugar James Watkins en el capítulo de Black Mirror titulado Cállate y baila (Netflix, 2016), donde suena Exit Music...
En una semana, si todo va bien en el Verkami, empezará el proceso de producción de los vinilos. Exóticos analógicos que, en el mundo imaginado por Radiohead, son los oasis físicos donde escuchar la música del futuro perfecto simple.
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