Andrés Sopeña Monsalve publicó El Florido Pensil. Memoria de la escuela nacionalcatólica en 1994. Un libro en el que rememoraba, a través de los libros de texto de la época, la experiencia de ser un niño en la educación franquista. Una educación ideologizada y absurda que contada en clave de humor hizo de su libro un superventas. Tres años después el libro se convirtió en obra de teatro y fue, igualmente, un gran éxito.

Fernando Bernués y Mireia Gabilondo dirigieron la obra hace dos décadas. Ahora vuelven a llevar la educación del Franquismo al teatro con una nueva puesta en escena de El Florido Pensil que permanecerá en el Teatro Marquina hasta el 29 de octubre. Pero, esta vez, la escena se traslada a la escuela de las niñas.

“En clase de Sopeña sólo había niños, como nos pasaba a todos los que tenemos cierta cierta edad -explica Fernando Bernués-, y para nosotros siempre fue una tentación hacer una obra con las niñas”.

 

Como en 2017 se cumplen 20 años de aquel éxito teatral, les propusieron volver a hacer El Florido Pensil tal y como era. “Así que les vendimos nuestra asignatura pendiente que era El Florido Pensil versión niñas. Creímos que era mucho más interesante visitar aquella educación en la que a la mujer se la educaba para dar hijos a la patria y ser esposas sumisas y resignadas”, añade.

Dramatúrgicamente, la obra es la misma. Eso sí, está llena de los mensajes de la “continua e insistente dedicación de la mujer a sus labores y hay escenas nuevas como la clase de Hogar, que sólo se daba a las niñas y del ocio de la época, que era muy distinto entre niños y niñas”, cuenta el director.

África Gozalves

Clases social del franquismo

Las niñas de la obra, interpretadas por Nuria González, Chiqui Fernández, Mariola Fuentes, Esperanza Elipe y África Gozalbes, son un reflejo de distintas clases sociales del franquismo. “La función se estructura con cinco tipologías sociales diferentes que son los personajes de la obra. Hay una hija de emigrantes de un entorno rural que huye del hambre con su familia, otra de hija de tenderos de clase acomodada, otra niña hija de catalanes que trabaja con el régimen de Franco y otra cuyo padre es un rojo que está huido en Francia..”, asegura el director.

Todas las actrices son niñas y, a la vez, todas hacen roles de personajes de adultos, como curas, monjas o profesoras.. África Gozalbes se mete en la piel de una de las niñas de El Florido Pensil. “Yo no tuve estas torturas que se cuentan y que son tan explícitas en las escenas”, cuenta la actriz. "El texto a mí me ha sorprendido por la dureza y la crueldad de muchas de las escenas en las que se trata a la mujer como una figura cosificada que no ha de pensar ni tener criterio”, mantiene Gozalbes.

Con todo, asegura que meterse en esa infancia del franquismo ha sido una delicia, “primero porque los directores tenía muy claro qué es lo que querían, lo que facilita el trabajo, y porque a través del humor se puede contar todo y disfrutar todo. Especialmente este humor crítico e irónico de nuestro pasado, que yo creo que va a hacer que el público ría y, posteriormente, reflexione sobre qué educación queremos y qué sociedad queremos”, asegura Gozalvez.