El martes 29 de agosto, a las diez de la mañana, llegaba la misión del Museo Nacional de Arqueología Subacuática al puerto de Cartagena. Lo hacía victoriosa. Volvía con dos cañones de gran tonelaje procedentes del pecio de Nuestra señora de La Mercedes, fragata hundida por la Armada británica, en 1804, con 249 marineros a bordo.
Esta es la tercera misión española para recuperar el pecio. La expedición estaba organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECyD), en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Armada española. Un despliegue de siglas institucionales que dan buena cuenta del esfuerzo para recuperar el patrimonio del barco. Y es que, con la Mercedes, se ha recuperado algo más que algunos objetos: el orgullo científico herido por unos piratas del siglo XXI.
La fragata fue expoliada en el año 2007 por la compañía privada Odyssey. Una empresa cazatesoros que, obligada por la justicia estadounidense, devolvió al Reino de España el cargamento que había extraído del pecio, de manera ilegal e irrespetuosa con el patrimonio: un cargamento de 595.000 monedas y lingotes de oro y plata.
Los cazatesoros disponían de tecnología que les permitía acceder a barcos españoles y España no era capaz
La victoria legal de Cultura no resolvía el principal problema: empresas privadas de cazatesoros disponían de una tecnología que les permitía acceder a barcos españoles hundidos y España, propietaria de éstos, no era capaz.
Iván Negueruela, director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, empezó a cocer la sopa de letras institucional convenciendo al Ministerio de Cultura para pelear la batalla científica y consiguiendo que al MECyD se sumaran CSIC, IEO y Armada.
El resultado ha sido un hito arqueológico: hacer una excavación a gran profundidad, llegar hasta el pecio, mapear la zona, grabar y recuperar objetos. “Ningún país ha hecho antes una excavación arqueológica a tanta profundidad, nosotros hemos hecho tres campañas, y estamos aplicando una tecnología que nos permite sacar una sola moneda o fragmentos más pequeños, como un diente de un tenedor, o sacar objetos enormemente pesados y difíciles, como un cañón de cuatro metros y medio de largo y de tres toneladas de peso. Objetos que no se habían sacado nunca antes a 1.137 metros de profundidad”, explica el arqueólogo.
Ningún país ha hecho antes una excavación arqueológica a tanta profundidad, nosotros hemos hecho tres campañas
Según Negueruela esto posiciona España a la cabeza mundial de la arqueología subacuática. “A día de hoy no hay ningún país que lo esté haciendo”. Una buena muestra del estado de esta forma de arqueología fue la inclusión el pasado mes de junio, por parte de la Unesco, de cuatro excavaciones subacuáticas españolas entre las primeras siete buenas prácticas del cuidado del patrimonio cultural subacuático.
Jaque a los piratas
Ahora los cazatesoros ya saben que “tenemos la última tecnología para hacer recuperación de patrimonio común, esto es, historia. Que sepan los cazatesoros que se les ha acabado el monopolio para siempre”, apela el director del museo.
“Esto ha sido un jaque mate a los cazatesoros, hasta ahora el territorio de las altas profundidades de los océanos, donde hay naves españolas, era territorio exclusivo de los cazatesoros. España ha bajado tres años consecutivos a una profundidad de 1.137 metros en tres campañas de arqueología extremadamente cuidadosas y concordantes con la Convención Mundial de la Unesco", continúa.
Hay uno o dos centenares de pecios de Galeones y naves con interés histórico del Imperio Español
Según el director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, se estima que hay hasta un millón de pecios españoles, que pueden ir desde una barca hasta un gran barco. Galeones y naves con interés histórico del Imperio Español "es posible que haya uno o dos centenares, si no más, pero no tenemos el dato exacto”, reconoce Negueruela.
El arqueólogo asegura que existe voluntad política porque España lidere la recuperación de patrimonio náufrago, para lo que no cree que hagan falta muchos recursos, más bien que la cooperación institucional se mantenga. “No necesitamos grandes dispendios, necesitamos instrucciones del ministerio para que sigamos buscando galeones y seguir buscando patrimonio”, mantiene.
Tiene claro que el año que viene habrá otra expedición para recuperar otro pecio en aguas internacionales. Aunque tiene más claro aún de quién es el oro y la plata que hay en el fondo del mar: “El patrimonio es propiedad de todos los españoles, todos y cada uno de los españoles, nosotros lo que hacemos es gestionarlo, cuidarlo, estudiarlo y difundirlo”.
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