La posmodernidad que lleva décadas cambiando todo y girando el orden conocido de manera enrevesada y, muchas veces, imperceptible, tiene una nueva víctima. El impulso de la posmodernidad creado por la celeridad de la vida digital ha convertido la creatividad, en otro momento máxima expresión de libertad, en una nueva forma de esclavitud. Esta es la idea central de El Entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital, de Remedios Zafra (Premio Anagrama de Ensayo 2017), que llega esta semana a las librerías.
“La temática del libro es el sujeto precario en la era digital, trata sobre precariedad, trabajo creativo y cultural en el contexto de internet y el mundo conectado”, explica Zafra a El Independiente. El entusiasmo, al que se refiere esta antropóloga y profesora de la Universidad de Sevilla, “en inicio surge como algo característico de muchas personas que nacieron en las últimas décadas del siglo XX. Una generación que no tuvimos grandes relatos a nuestras espaldas pero sí teníamos expectativas creativas”.
La generación a la que se refiere la autora percibía como posible el ascenso social y la posibilidad de convertirse en artista o académico algo que, como señala en el ensayo, antes estaba restringido a clases acomodadas que disponían del tiempo y libertad creadora.
Antes unos pocos escritores escribían para muchos y ahora son muchos escritores los que escriben para muchos
Un entusiasmo que se acrecentó con la llegada de internet. “Vimos que además podíamos convertirnos en productores creativos, pero esto a la vez nos desveló que antes unos pocos escritores -por ejemplo- escribían para muchos y ahora son muchos escritores los que escriben para muchos. Y en ese momento el exceso y la velocidad se convierten en una problemática para poder culminar ese entusiasmo creativo”.
Felices y precarios
Ese impulso creativo que en principio es positivo se ve contrarrestado con el entusiasmo más contemporáneo que se analiza de manera crítica: “Es un entusiasmo impostado, exagerado, que es el que se pide a los trabajadores como un plus de motivación para introducirnos en la maquinaria productiva de la velocidad y se ve como un valor para seleccionar a personas”.
Pero lo cruento del entusiasmo contemporáneo está en el coste social ya que borra con sonrisa y alegría valores fundamentales que costó siglos y mucha sangre ganarlos a los trabajadores. “Hay entusiastas que están dispuestos a trabajar gratis, a trabajar por visibilidad, por unos likes. A hacer justo lo contrario de los que convirtieron su afición en un trabajo, ahora se nos pide convertir un trabajo en una afición, a no valorarla. Esto es vocacional, como te gusta y te entusiasma: hazlo gratis”. Sonríe y compártelo en LinkedIn.
Tomar conciencia
¿Y cómo casa esta visión crítica de Zafra con ese futuro robotizado que está lleno de promesas para las personas creativas? “Este tipo de contradicciones hablan de la complejidad que vivimos. El libro no es una obra concluyente, es una que acota a un tipo de personas a las que se observa y visibiliza una serie de contradicciones que yo quería poner sobre la mesa. Estamos en un contexto con pluralidad de agentes y hay cosas que se están transformando. Pero en este momento hay mucha rémora de la crisis y en el mundo creativo y académico hay mucha precariedad. Ser conscientes de lo que está pasando ahora nos puede ayudar a que ese giro que se vaya a dar en las próximas décadas sea un giro más consciente no sólo por los que manejan las estructuras de trabajo sino por parte de los agentes que trabajan, que sea más emancipador”.
La individualidad es la característica, nos encontramos siempre con personas que están compitiendo
Pese a que el ensayo de Zafra es muy pesimista en su análisis crítico, ella se reconoce “optimista en lo que se pase en el futuro”. “Creo que la toma de conciencia es el primer paso para implicar como agentes activos a los protagonistas en cambios que nos hagan reivindicar una manera más integradora de forma de trabajo. Incluso más colectiva porque hablamos también de formas de trabajo donde la individualidad es la característica, nos encontramos siempre con personas que están compitiendo”.
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