La medalla española tendrá que esperar. Queralt Castellet ha sido 7ª en la final de snowboard halfpipe en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018. Un diploma olímpico que supone un resultado histórico en su cuarta participación olímpica: fue 26ª en Turín'06, 12ª en Vancouver'10 y 11ª en Sochi'14. A la final había llegado con la quinta mejor nota tras la semifinal disputada en la madrugada del domingo al lunes, y no pudo mejorar su puesto.

Castellet (Sabadell, 1989) se tiró por el halfpipe tres veces, pero en ninguna ronda consiguió cerrar un recorrido robusto. Comenzó saltando con altura, su seña de identidad, pero llegó frenada a los últimos trucos, que casi tuvo que abortar. No logró pasar del 67.75 en sus dos primeras tandas, mientras sus rivales ya marcaban notas por encima del 80. Estratosférica la adolescente norteamericana Chloe Kim, que sentenció la final desde el primer minuto.

Con la obligación de arriesgar, Queralt salió en la tercera y definitiva bajada a por todos sus trucos más complicados. Y los estaba clavando, hasta que se fue al suelo en el último tercio de su ejercicio. Acabó decepcionada.

De la familia Fernández Ochoa a los pioneros del Bobsleigh

No obstante, el resultado es muy positivo en perspectiva histórica. Antes que ella, España sólo había conseguido dos medallas y siete diplomas. Los metales son cosa dinástica: el mítico oro de Paquito Fernández Ochoa en el slalom de Sapporo'72, y el bronce de su hermana Blanca 20 años después, en Albertville.

La efímera gloria del diploma olímpico, que ahora disfruta Queralt Castellet, sólo le había correspondido antes a siete participantes españoles. Los pioneros Alfonso de Portago y Vicente Sartorius (4º puesto, Bobsleigh, 1956), Jordi Font (4º, Snowboard Cross, 2006), Javier Fernández (4º, Patinaje artístico, 2014), la propia Blanca Fernández Ochoa (5ª en 1988 y 6ª en 1984), María José Rienda (6ª, Esquí alpino, 2002) y Lucas Eguibar (7º, Snowboard Cross, 2014).

Tragedia personal en 2015

La 'rider' catalana disputaba en Corea sus cuartos juegos olímpicos. Ya estuvo antes en Turín, con 16 años. Y fue finalista en Sochi y Vancouver, donde desfiló como abanderada. Mucha experiencia, y a la vez ninguna.

Castellet perdió, poco después de ser subcampeona del mundo, a su novio, entrenador y mentor desde los 19 años

Queralt disputaba realmente sus primeros juegos desde que volvió a nacer. Fue en 2015, el mismo año en el que se colgó la plata en la Copa del Mundo de snowboard, un éxito sin comparación en la historia 'nacional' de su disciplina. Ese mismo año, en el mes de abril, el que había sido su pareja, entrenador y mentor desde los 19 años, Ben Jolly, se quitó la vida. Lo hizo un año después de que le diagnosticaran dos tumores incurables en el cerebro.

Castellet desapareció del mapa. En el mejor momento de su carrera dejó la tabla, abandonó sus entrenamientos en Nueva Zelanda y Estados Unidos y se recluyó en casa, con sus padres. "Por primera vez en muchos años he pasado el verano enteramente en España. No he cogido una tabla. No he pisado la nieve. No he planificado la temporada, que comienza en pocas semanas. Nadie fuera de mi círculo ha sabido lo que ocurrió", escribió entonces en una emotiva carta pública.

De bordear la retirada al éxito mundial

La hoy finalista olímpica se planteó dejar el deporte. Sus amigos la convencieron de que no lo hiciera en un viaje al glaciar suizo de Saas-Fee. El país había construido una enorme instalación de snowboard y Castellet vio la oportunidad de volver a entrenar sin alejarse demasiado de su familia. Pasó en los Alpes un tiempo, hasta que tuvo la fuerza para regresar a Nueva Zelanda y ponerse en manos de su viejo amigo Benjamin Bright, que la ha guiado en su proceso de recuperación deportiva y mental.

Un camino en el que le ha ayudado su escarceo con la disciplina Big Air, por recomendación de su entrenador, que le animó probar técnicas nuevas para evitar las rutinas interiorizadas antes de la tragedia. "Benjamin hizo que todo pareciera completamente nuevo. Me propuso un cambio radical de la que había sido mi rutina para cambiar mi mentalidad. Cuando volví a la competición fue muy satisfactorio", explicó Queralt a los medios el año pasado.

Castellet ha ido creciendo desde entonces. En 2017 completó cuatro pruebas puntuables para el World Snowboard Tour, con un 7º puesto como mejor actuación. 2018 lo empezó arrasando: ganó en Estados Unidos y fue tercera en Suiza una semana después. Desde entonces se ha centrado exclusivamente en la bajada de esta noche, la mejor en la trayectoria olímpica de una pionera que tendrá ya 32 años en Pekín 2022.

Las otras opciones: Javier Fernández y Lucas Eguibar

La participación de Queralt Castellet, en cualquier caso, no cierra las opciones de medalla españolas en PyeongChang. Quizá la cita olímpica de invierno con más candidatos claros al metal. Durante la semana también lucharán sus bazas el snowboarder Lucas Eguibar y el patinador Javier Fernández.

Eguibar, abanderado el pasado viernes el mismo día que cumplía 24 años, compite en la modalidad snowboardcross junto a sus compañeros Regino Hernández y Laro Herrero. Eguibar fue 7º en Sochi hace cuatro años y plata en el Mundial de Sierra Nevada de 2017.

La modalidad en la que compite es una locura: carreras de seis 'riders' por un circuito repleto de saltos y curvas, en la que los tres primeros avanzan y los tres últimos se eliminan. La competición, que consta de cinco carreras, se realizará integramente en la madrugada del miércoles al jueves.

El patinador Javier Fernández posa en la villa olímpica de PyeongChang. EFE

El fin de semana será el turno de la gran esperanza española, el patinador artístico Javier Fernández, dos veces campeón del Mundo (2015 y 2016), seis veces campeón de Europa (2013, 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018) y cuarto en los Juegos de Sochi 2014.

La medalla olímpica es lo único que le falta a 'Superjavi' para redondear el palmarés del mejor deportista de invierno de la historia de España. En la madrugada del jueves al viernes, el madrileño desplegará sobre el hielo su programa corto inspirado en Charles Chaplin. Del viernes al sábado, a partir de las 2 de la mañana, tratará de redondear la medalla vestido de Quijote.