Nada es lo que parece. En Félix cada capítulo crece como una bola de nieve. La primera aventura televisiva de Cesc Gay rezuma calidad, es una historia inclasificable y poética al mismo tiempo. Protagonizada por Leonardo Sbaraglia convertido en un antihéroe, en un personaje naif repleto de sorpresas cuya ternura y sufrimiento conmueven al espectador, Félix se estrena en Movistar + el 6 de abril.
Se trata de una serie de seis capítulos en la que se mezclan el suspense y el amor con unas pequeñas dosis de humor, una serie que narra las desventuras de un argentino (Leonardo Sbaraglia), que busca desesperadamente a una chica con la que tuvo varios encuentros fortuitos. Enajenado y acompañado por su vecino Óscar (Pera Arquillé), Félix persigue el rastro de la mujer de la que cree estar enamorado. Convertidos en una pareja quijotesca del siglo XXI, juntos juegan a los detectives en un thriller romántico en el que nada es lo que parece. “Todo el mundo cree en algún momento que Félix ve molinos de viento, cuando en realidad está viendo cosas de verdad. Y el personaje de Pere es tan Sancho Panza…”, comenta Sbaraglia.
Convertidos en una pareja quijotesca del siglo XXI, juntos juegan a los detectives en un thriller romántico
Confiesa Cesc Gay que se pasó toda la promoción de Truman pensando en Félix. “Ya me habían hecho el encargo y yo ya estaba en un lugar nuevo. En la gala de los Goya yo ya estaba dando forma al guión. Cuando estrenas una película te quedas vacío y siempre te agobia el pensar qué vas a hacer después. A mí no me dio tiempo”, añade el director.
Lo primero que sorprende de la ópera prima televisiva del director de Truman son las dosis de humor absurdo que rezuma la serie. “Es un thriller, sí, pero quiero que la gente sea feliz. Como en las película de Hithcock o en algunas cintas de los hermanos Coen en Félix surgen momentos de desconcierto y en las situaciones más extremas siempre ocurre algo inesperado”.
Leonardo Sbaraglia y Cesc Gay se reencuentran seis años después del estreno de Una pistola en cada mano. “Creo que ya había algo de Félix en el personaje que hizo Leo en Una pistola en cada mano. Había algo de ese personaje frágil y sentido que salía angustiado de un ascensor”, explica Cesc Gay.
El problema fue convencer a Sbaraglia puesto que el actor se había propuesto no moverse en todo el año de Argentina. “Llevaba trabajando una temporada en Uruguay con El hipnotizador. Estaba cansado de estar fuera de casa y quería pasar todo un año en casa, en Buenos Aires. Justo entonces llegó la oferta de Cesc”. La historia de Félix le sedujo tanto que pospuso un año su decisión. “Confieso que también pesó que fuera Cesc, si hubiese sido otro director, no sé si hubiera aceptado”.
Rodada en Andorra y dada la pasión que manifiesta en director por las películas de los hermanos Coen, la comparación con Fargo resulta inevitable ya que, como en la película, la nieve se convierte en un personaje más en la serie. “Quería rodar en Andorra, quería la montaña, quería un paraíso fiscal, quería fronteras, quería gente que esconde dinero… Me pareció un lugar fantástico. Es verdad que podríamos haber rodado en verano, pero la nieve es interesante, me gustó”.
Quería rodar en Andorra, quería la montaña, quería un paraíso fiscal, quería fronteras, quería gente que esconde dinero"
Sostiene Sbaraglia que para dar vida a Félix lo único que tuvo que hacer es salir de su zona de confort. “Procuré estar todo el tiempo incómodo, como si me resbalara. Me puse en una situación emocional cercana al ridículo. Cesc me dio la clave durante las lecturas del guión: ‘Ponte en el lugar donde nunca estarías’, me dijo”.
El actor argentino fue la primera opción del director. “Esto de pensar en actores para tus historias es como buscar pareja en una aplicación del móvil. Hay algunos con los que no trabajarías nunca y viceversa, otros con otros generas mucha complicidad”.
Vivimos en una burbuja televisiva en la que asistimos a un cambalache de actores y directores entre el cine y la pequeña pantalla. Lo que hace unos años resultaba impensable hoy es una realidad. Directores que renegaban de la tele o actores que despreciaban las series actualmente protagonizan muchas historias. ¿Por qué aceptó dirigir para la televisión? “Para pagar la hipoteca”, espeta de manera impulsiva. “¿Quién ve ahora cine en las salas? Todos estamos enganchados a las series gracias las plataformas en streaming. Además, nos vienen a buscar y, encima, sin presiones y con una libertad absoluta de creación. ¡Qué más queremos!”, concluye.
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