Las revueltas de 1968 no se combatieron solo en las calles o en las universidades ocupadas. Se libraron también en los muros y en las pancartas, con palabras y eslóganes reivindicativos. Escritos o gritados, algunos de ellos han sobrevivido después de seis décadas y se escuchan todavía en las protestas actuales.
“Los muros hablan” es una de las frases más famosas del mayo francés. Los dazibao de la China maoísta, las pintadas de la Sorbona, las pancartas de la Primavera de Praga, a menudo expresan las mismas ideas. El rechazo del militarismo, la desconfianza hacia el sistema burgués y elitista, el papel de la cultura y de la educación como herramienta anti-autoritaria, la reivindicación del asamblearismo y de la democracia directa.
Detrás de las protestas de 1968 hay una sociedad pujante: el boom económico en Occidente, las madurez de la sociedad detrás del Telón de Acero, las aspiraciones del continente latinoamericano. Las protestas fueron el primer fenómeno global muchos años antes de la globalización económica.
El poder de la palabra
“Bombardear el cuartel general” era el eslogan con el que Mao emprendió, en 1966, la revolución cultural en China para eliminar a sus adversarios. Dos años después se convertiría en el símbolo de una actitud generalizada en contra del poder constituido.
Las protestas del 1968 fueron el primer fenómeno global muchos años antes de la globalización económica
En Europa oriental se rechazaba al comunismo, en Occidente se combatía en contra del capitalismo. La universidad, la familia, el estado, el sexo, la religión, los partidos los sindicados fueron cuestionados. Ninguna institución se quedó a salvo. Pero la contestación permanente de cualquier autoridad la llevó también al otro extremo: abrió una brecha en favor de la mediocridad en las escuelas y en las universidades. Si todos tienen que ser iguales, destacar es malo.
En un mundo sin jerarquías, no queda más remedio que dejar “todo el poder a la imaginación”. Transgresivos, irónicos, irreverentes, a favor o en contra, los eslóganes recogen este clima de libertad intelectual y creativa. Se gritaban para asustar y para mostrar solidaridad. Servían para reforzar la cohesión del grupo, marcar los objetivos políticos pero también eran un ejercicio poético. Repasamos aquí los eslóganes más famosos de las protestas del 68.
Francia
No a la revolución con corbata
Seamos realistas, pidamos lo imposible
Leer menos, vivir más
La escuela está en la calle
En los exámenes responda con preguntas
Cuanto más hago el amor, más ganas tengo de hacer la revolución
Asaltar los cielos
Queremos todo y lo queremos ahora
Estados Unidos
Haz el amor y no la guerra
La paz es patriótica
Muévete o seguiremos adelante igualmente
Nunca te fíes de un hombre
Hay que joder el poder establecido
México
Mueren los hombres, no las ideas (en referencia a la masacre de Plaza de las Tres Culturas)
Prensa vendida, digan la verdad
No más sangre de estudiantes
Poder al pueblo ya
Checoslovaquia
Vuelve a casa, Iván (en referencia a la ocupación), Natasha te espera. Vuelve a casa y no regreses jamás.
Estados Unidos en Vietnam, la URSS en Checoslovaquia.
Leonid (en referencia a Leonid Breznev, mandatario soviético) manda 10 tanques más. 20 revolucionarios han surgido hoy.
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