Ya bien entrada la 1 de la madrugada, seis horas menos en Nueva York, Adam Silver apareció en el escenario del Draft de la NBA para anunciar la tercera elección, propiedad de Atlanta Hawks. Era el momento de Luka Doncic -MVP y campeón de todo en Europa con el Real Madrid y Eslovenia esta temporada-, pero quedaba por ver con qué camiseta iba a jugar la próxima temporada.
La suerte, aliada imprescindible en el mundo del deporte, se puso del lado de Doncic una vez más. Se puso la gorra del equipo de Georgia, pero los Dallas Mavericks cumplieron su palabra y cambiaron elecciones con Atlanta, mandaron algo de dinero rumbo a la ciudad de la Coca-Cola y el traspaso quedó hecho.
La diferencia entre jugar en Atlanta Hawks y hacerlo en Dallas Mavericks puede ser la que hay entre un paso mediocre por la liga o convertirse en una estrella. Doncic tiene mucho trabajo por delante, pero ha caído en el entorno perfecto para desarrollar su considerable talento. ¿Qué le espera al ya ex jugador del Real Madrid en Texas?
Buena organización
Dallas Mavericks es la mejor organización dentro de las cinco elecciones más altas, tanto por estructura como por implicación de la cúpula directiva. Desde el año 2000 propietario del equipo es Mark Cuban, un rico de la era .com que además es propietario de la productora de cine Magnolia y aparece en programas de televisión.
A Cuban se le pueden achacar muchas cosas: su factura de multas por críticas a los árbitros y a la propia liga es enorme, es demasiado bocazas y le encanta estar en el día a día del equipo. Pero lo que no se puede negar es que no escatima en medios para ganar y que ha dado estabilidad a una franquicia ganadora.
Aficionado al cine -apareció en la serie El Sequito e interpretó al presidente de Estados Unidos en la demencial Sharknado 3-, Cuban es un dueño modélico. Va a defender a sus jugadores hasta el final y se va a gastar todo el dinero que haga falta para reforzar el equipo. Mejor imposible.
La principal cabeza pensante de los despachos en Donnie Nelson, hijo del legendario entrenador Don Nelson, al que Cuban se ha entregado para volver a ganar un título con el que ya se hicieron en el año 2011 contra los primeros Heat de LeBron, Wade y Bosh.
Las cosas para Nelson no han terminado de salir del todo bien, atrapado en la obligación de crear una plantilla para pelear por todo. Renovaciones algo cuestionables y fichajes con contratos demasiado inflados -vease Matthews, Wesley- que no han terminado de despegar han afectado al equipo, pero no se le puede culpar de no intentarlo. La apuesta por jugadores como Nerlens Noel lo demuestra aunque, una vez más, la cosa no acabó bien.
Un entrenador de lujo
Para un novato es vital el entrenador del equipo en el que cae. De las cinco primeras elecciones del draft, pues Doncic no iba a salir de ninguna manera del top 5, Rick Carlisle es el mejor técnico con una diferencia sideral.
Gran motivador, ganador y con experiencia, Carlisle lo tiene todo. Como jugador fue una pieza importante saliendo desde el banquillo en los Boston Celtics de Larry Bird, al que une una importante amistad, y como técnico ha pasado por equipos como Indiana Pacers o Detroit Pistons, a los que ha hecho mucho mejores.
Nacido en Ogdensburg, en el frontera entre el estado de Nueva York y Canadá, Carlisle llegó al cargo en el año 2008 y tiene contrato en vigor hasta 2020. Pese a tener temporadas con balances pobres, Cuban tiene una confianza ciega en él y le ha entregado las llaves del futuro deportivo de la franquicia. Hace bien.
Carlisle es un entrenador duro, de la vieja escuela, y más de una bronca en condiciones le va a caer a Doncic. Pero no hay un jugador que tenga una mala opinión sobre él, ni a nivel deportivo ni mucho menos a nivel personal.
Con más de 700 victorias en su haber, Carlisle le va a pedir a Doncic defensa, implicación y descaro. Pero le va a dar tiempo y minutos y un novato no puede pedir mucho más que eso.
Una plantilla ¿para pelear?
Una vez más, la de Dallas es la mejor plantilla cuando comparamos con los otros cuatro equipos que tenían una de las elecciones más altas. Phoenix, en el número uno, es un solar, Sacramento, segunda elección, el sitio a evitar a toda costa y Atlanta y Memphis son equipos que han probado el éxito pero están en una decadencia en la que se van a enredar durante al menos un lustro, con equipos caros y viejos.
En Dallas hay un líder evidente de la plantilla que va a acoger a Doncic con los brazos abiertos. Dirk Nowitzki es Dallas, una leyenda andante que, con 40 años, aún va a jugar por lo menos un año más. No está al nivel al que nos tenía acostumbrados -¿Cómo estarlo?- pero todavía está por debutar alguien que pueda parar su tiro en suspensión cayendo hacia atrás. Marca de la casa.
Welcome my man @luka7doncic
— Dirk Nowitzki (@swish41) 22 de junio de 2018
Además de Robin Hood, como le llamaba el fallecido Andrés Montes, Doncic ya tiene a otro compañero deseando que se instale en Dallas. Dennis Smith Jr fue una de las sorpresas del pasado draft y va a formar un tandem de lujo en el perímetro. Calidad, físico y muchos años por delante.
¿Podrá Doncic adaptarse a una posición de escolta con algo menos de contacto con el balón? En principio no debería tener demasiados problemas en compartir la dirección del equipo con Smith, ya lo ha hecho con Sergio Llull en el Real Madrid, aunque habrá que ver como los mezcla Carlisle.
La situación salarial de Dallas tampoco es preocupante, por lo que podrán reforzarse en la agencia libre tanto esta temporada como las que vienen. Este verano tendrán 23 millones disponibles, algo menos tras las firmas de los rookies, para reforzar una plantilla a la que le vendrán bien retoques con un interior reboteador y defensivo y algo de ayuda defensiva desde el banquillo.
Además, lo más probable es que la llegada de Doncic ponga en el disparadero a Wesley Matthews, al que una grave lesión en el tendón de Aquiles ha mermado considerablemente. No es el jugador que fue en Portland, un tirador de tres muy fiable y con capacidad para defender a los escoltas rivales, y tiene un contrato de casi 18 millones este año y de 18,2 millones para la siguiente temporada. Ahora mismo es un problema.
Encontrarle un equipo a Matthews, complicado este año pero sencillo el próximo, y a Harrison Barnes, otro con más de 24 millones a cobrar en cada uno de las próximas tres temporadas, sería vital para Dallas. Son jugadores sobrepagados incluso en el mercado inflado en el que vive la NBA, piezas que no merecen lo que cobran y lastran a un equipo. La base tienen que ser Doncic y Dennis Smith Jr y hay que construir el equipo por y para ellos.
Sumando todo, Doncic no podría pedir mucho más. Ha escapado de la locura que es Phoenix Suns, del pozo que es Sacramento Kings y de los muertos andantes que son Atlanta Hawks y Memphis Grizzlies.
Por si fuera poco, el jugador criado en el Real Madrid va a seguir un camino que ya ha dado el éxito a un jugador al que va a tener cerquita, en el mismo estado de Texas. En el año 2001 Pau Gasol fue elegido en el número tres por Atlanta Hawks, se hizo la foto con la gorra, igual que Doncic, y fue traspasado inmediatamente.
Seguramente Luka firma conseguir la mitad de los éxitos de Pau, pero su techo es mucho más alto. Tras destrozar Europa, Doncic va a medirse a los mejores jugadores del mundo en la mejor liga del mundo y tiene todas las armas para ser una estrella más de la constelación NBA.
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