Cómo se siente una reina cuando sale a pasear para ver la ciudad desde la ventana de su coche? ¿O para ir de compras a unos grandes almacenes sin tener que preocuparse de llevar las bolsas luego hasta casa? ¿Qué sensación tiene una persona que viaja en un coche más cómodo que el salón de su mansión? Pues debe ser algo parecido a lo que sentí yo cuando me monté en el nuevo Mercedes Maybach Ultimate Luxury. Un coche que solo puedo imaginarme por las anchas carreteras de la ostentosa Dubai o en un garaje de un coleccionista chino que apuesta por la tecnología de última generación, pero sin perder el glamour y los brillos deslumbrantes. Cada pieza de este coche es única, tratada con mimo y con cuidado, como cuando te compras un bolso de piel y cada día, después de usarlo, lo metes en su bolsa de seda para que no se arañe ni se deforme.
¿Qué ha pasado con Maybach?
Para situarnos rápidamente, Maybach era la marca de superlujo de Mercedes, pero como es normal, eran muy pocos los que podían acceder a este tipo de vehículos, y mantener una compañía con tan pocas ventas no era fácil. Para que se hagan una idea, Maybach perdía cerca de 330.000 euros por cada coche que vendía, que es más de lo que costaba comprarlo. En resumidas cuentas, insostenible. Entonces la casa Daimler, sin querer dejar de cubrir este segmento, decidió que Maybach debería pasar a ser una división más dentro de Mercedes para convertir a la marca de la estrella en el máximo líder mundial de coches premium. Así que en el año 2013, Maybach desapareció como tal, y Mercedes cubrió este segmento tan exclusivo con el poderoso Clase S. Y como ahora lo que manda en el mercado son los SUV, hemos podido ser los primeros en sentarnos en el nuevo Mercedes Maybach, que cubre este segmento.
Esperando para empezar a rodar dentro de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el Mercedes Maybach estaba parado justo delante de nosotros y enchufado a la corriente –recordemos que es un modelo totalmente eléctrico– y era casi imposible acercarse. Nadie que pasara por allí podía seguir de largo sin asomarse a verlo. “¿Esto qué es?”. “¿Es de verdad?”. “¡Mira que coche, papá!”. Todo el mundo quería acercarse a hacerse una foto con él. Y no es de extrañar. Desde fuera impone por su altura y su anchura. Además sus formas cuadradas ya te llevan a intuir que no es un coche para conducir, es un coche para que te lleven. La llamativa parrilla cromada del radiador con sus finas barras verticales acentúa la elegancia del frontal y recuerda a un traje de raya diplomática. Las tomas de aire de gran formato a los lados y la toma de aire horizontal con lamas cromadas integradas subrayan el cariz deportivo de este híbrido de SUV y berlina de lujo y le otorgan una nota dinámica. Y es cierto que, viéndolo rodar, no parece que se mueva mal. También hay que tener en cuenta que era un prototipo, andaba a duras penas y no estaba al 100% en orden de marcha, por lo que es difícil sacar conclusiones a este respecto.
En la parte inferior de las puertas se insinúan estribos de aluminio pulido. Estos elementos están iluminados en color blanco y ostentan el logotipo de Maybach. Un discreto elemento de adorno cromado por encima de los estribos y en la sección inferior del frontal y la zaga acentúan el noble carácter del vehículo. Las manillas de las puertas, integradas en la superficie lateral, se extienden por vía eléctrica.
Las luces traseras con tres elementos reproducen fielmente el diseño de los faros delanteros. Por encima de las luces se encuentra la luneta trasera, dividida ópticamente en sentido vertical. Otro atributo llamativo es la protección de bajos, con una configuración tridimensional en efecto de difusor. También aquí se recoge un elemento del frontal, el clásico diseño en panal de Maybach.
El lujo pasa por lo eléctrico
No pudimos conducirlo, como contaba antes, todavía es un prototipo. Pero los detalles del motor sí podemos contarlos. El Mercedes-Maybach Ultimate Luxury ha sido concebido como automóvil eléctrico. Sus cuatro motores compactos —síncronos de imanes permanentes— impulsan el vehículo con una tracción integral completamente variable. Su sistema de propulsión desarrolla una potencia de 750 CV. La batería plana está integrada en los bajos del vehículo. Tiene una capacidad útil de 80 kWh, que otorga al automóvil una autonomía de más de 500 kilómetros en el ciclo normalizado europeo. La velocidad se limita por vía electrónica al alcanzar los 250 km/h.
La función de carga rápida resulta especialmente confortable. La recarga con corriente continua está basada en el estándar CCS y se realiza con una potencia de hasta 350 kW. Con ello se consigue, en tan solo cinco minutos, recargar suficiente energía para obtener una autonomía adicional de unos 100 kilómetros. La batería puede recargarse por medio de cables —conectándola a estaciones de carga públicas o a una toma de corriente doméstica— o de forma especialmente cómoda, por inducción. En ese caso, la corriente se transmite por medio de un campo electromagnético debajo del automóvil.
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