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Que no te la den congelada: cómo distinguir las croquetas caseras

Los ingredientes y la forma de esta famosa receta pueden darnos señales sobre su procedencia.

Las croquetas de Echaurren Relais&Chateaux.

Las croquetas son un clásico en los bares de tapas españoles. Las hay de jamón, de morcilla, de pollo, de gambas y merluza y otras más vanguardistas que utilizan ingredientes asiáticos. Sin embargo, cuando las consumimos en restaurantes puede darse la posibilidad de que la croqueta no sea artesana y esté congelada. Pero, ¿cómo podemos diferenciar unas de otras?

Antes de nada, es necesario conocer cómo se prepara la masa de las croquetas caseras: se hace una mezcla de harina y una grasa, que puede ser con mantequilla y aceite, y se le echa la leche. Posteriormente, se remueve para conseguir una buena masa y, como paso final, se incorpora el jamón, atún, setas o el ingrediente favorito.

Tal y como señala a El Español, la especialista en seguridad alimentaria Beatriz Buitrón, una señal para saber cuál es la verdadera procedencia de la croqueta es fijarnos en su forma. "Las empresas cuentan con equipos que diseñan el producto final, de ahí que su forma sea perfecta. Cosa que no pasa con las caseras", explica.

En cuanto a los ingredientes, Buitrón detalla las diferencias entre las caseras y las industriales. Por ejemplo, el huevo. La industria alimentaria no suele rebozar las croquetas con huevo para no tener problemas de seguridad alimentaria y lo sustituyen con encolante. Además, la leche tampoco es la misma ya que utilizan una mezcla de leche deshidratada con agua.

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