Comida rápida y saludable. Probablemente detrás de estas dos palabras se esconde gran parte del éxito del poke, el plato que ha conseguido poner de moda a la comida hawaiana en España. En una de las cadenas responsables de esa expansión, TastyPoke Bar, hemos probado algunos de los platos que prometen ofrecer una opción equilibrada, económica, deliciosa y rápida. Ahí es nada.
El “pokebowl” es el plato principal, que el cliente puede personalizar a su gusto. Primero, una base de arroz, quinoa o mezcla de lechugas, a lo que se añade una proteína de pescado (dados de atún, salmón o pez mantequilla crudos y macerados) o tofu. Por encima, se pueden añadir toppings ilimitados que van desde wakame o algas nori a mango, pasando por cebolla crujiente, tomatitos cherry o jengibre. Otros, como el aguacate, o la salsa de trufa se pueden añadir con un coste adicional.
Pero para los no iniciados o quienes no quieran arriesgar a equivocarse en la combinación, TastyPoke ofrece distintas especialidades ya definidas, como la de Míster Salmón, que combina los dados del pescado macerados con trufa, edamame, mango, aguacate, sésamo, cebolla crujiente y salsa de soja.
Aunque en la carta también ofrecen algunos entrantes, zumos y postres, para una comida rápida a uno le basta con el bowl, que en su talla más pequeña (M) ya resulta difícil de terminar, a tenor de lo que se observa en las distintas mesas del local. Son destacables también su opción vegana (con tofu) y sin gluten, todas ellas pensadas especialmente para llevar.
Lo que está claro es que la receta hawaiana está al alza (no sólo en España, también en otros mercados como EEUU) y que TastyPoke Bar es una de las compañías que están sacando partido a este nicho de mercado. Los amigos Jaime Farto y David Salvador junto a la hermana de éste, Gema Salvador, son los jóvenes emprendedores que abrieron el primer local en 2017 (calle San Bernardo, 119). Desde entonces, ocho locales en España (otros ocho pendientes de apertura) y su primer local internacional en Brasil este mes de abril. “Nuestra idea siempre fue expandirlo rápidamente", dice David Salvador, uno de los fundadores, que añade que las campañas a través de redes sociales hicieron que sus primeros clientes fueran fundamentalmente jóvenes. "Pero ahora ha cambiado totalmente, la mayor facturación proviene de empleados de oficinas y la edad media es de entre 35 y 40 años".
Salvador cuenta cómo la idea partió de su hermana, que vivía en Estados Unidos, y vio cómo el poke era un negocio en auge que se podía importar a España. "Lo cogimos y adaptamos a los gustos y costumbres españolas, con sabores algo menos intensos y picantes y con locales aquí más cuidados y no tan exclusivos para llevar", concluye.
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