No hay operación mediática en España sin que aparezca su apellido. "La mayoría de veces involuntariamente", matiza, rápido de reflejos, Jaume Roures, cofundador de Mediapro, grupo audiovisual que cumple 25 años y del que reivindica que "construimos desde cero y sin padrinos, algo difícil en este país".
Mediapro, fundada en Barcelona en 1994 con la gestión de Roures y Tatxo Benet, ha cumplido un cuarto de siglo con una mirada hacia el mercado asiático y otra hacia una eventual salida a bolsa como hipótesis de un futuro no necesariamente demasiado lejano.
"Empezamos siendo cuatro y hemos llegado a siete mil personas. Nos construimos desde cero, sin tener padrinos, algo que en general es muy importante y en nuestro país muy difícil", asegura en una entrevista con Efe con motivo de este aniversario.
Con implantación en 36 países de cuatro continentes, Mediapro se ha convertido en un grupo audiovisual europeo de dimensión internacional que cerró 2018 con una facturación de 1.967 millones y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 222 millones.
Cuando no hace ni un año que se incorporó a su accionariado el fondo chino Orient Hontai con un 53,5 %, la empresa sigue barajando nuevos horizontes de crecimiento.
"Cuando tienes un accionista importante que es un fondo siempre aparece en el orden del día una salida a bolsa. Esto no quiere decir que sea inmediata, pero sí que estará sobre el tablero en los próximos meses. Pero todo el proceso está muy verde", afirma.
Mercado asiático
Más clara está la apuesta por el mercado asiático y, principalmente, el chino, donde Orient, además de estabilidad financiera, les ha ayudado a abrir puertas. "Hemos reforzado nuestra presencia en Asia en general, y hemos abierto en China, donde llevamos seis meses con importantes avances", asegura.
Roures explica que en China han empezado principalmente con servicios audiovisuales y producciones deportivas como las finales de baloncesto chino, donde tienen "una experiencia que aportar".
Y en Asia aguarda otra oportunidad inmensa: el mercado de "eSports" o deportes electrónicos.
"Hemos encontrado en China un campo de colaboración inmenso con una organización universitaria de eSports. Y estamos comercializando los Asian Games en Filipinas", explica el empresario catalán.
Pero el punto de mira de Mediapro no está sólo en Asia, sino que, en mercados como el latinoamericano y europeo, asegura, están "intentando dar saltos adelante con alguna operación corporativa".
También sigue atento al mercado de retransmisiones deportivas, con una apuesta firme por el fútbol femenino y explorando un acuerdo con la Liga Italiana de fútbol, a la vez que preocupado por la "excesiva regulación" para la industria audiovisual europea, "en beneficio de los Netflix, Amazon y Facebook norteamericanos".
Pero no todo ha sido un camino de rosas. En 2010 Mediapro presentó concurso de acreedores. "Confluyó la brutal crisis económica con un fenómeno de morosidad inédito en el sector, recuerda Roures, que suma a esa coyuntura la "guerra del fútbol" y que "Prisa dejó de pagarnos, lo que nos llevó al concurso como medida defensiva".
Un concurso "no al uso, porque no renegociamos la deuda a la baja, sino los plazos", y del que le queda la "reafirmación de tener siempre los pies en el suelo, algo que siempre hemos hecho".
"Nunca estiramos más el brazo que la manga"
"Nunca estiramos más el brazo que la manga ni dimos pasos en falso", afirma el empresario, quien cuestiona si el país "ha salido del todo de aquella crisis" y no descarta "un rebrote, porque el crecimiento global está prácticamente estancado".
"Pero tenemos bien aprendida la lección y no vamos a hacer locuras", afirma Roures, quien considera que Mediapro está preparada para nuevos retos de expansión internacional, salga o no a bolsa.
"Si no es vía bolsa lo podemos hacer de otras maneras, dependerá de las oportunidades y nuestra capacidad. Cuando la FIFA nos da sus mundiales es porque tenemos reconocido nuestro estatus como uno de los principales actores del mundo en el campo del entretenimiento. Este es nuestro orgullo", subraya.
Preguntado por si le ha quedado "alguna espinita" por su frustrada puja por el diario El Periódico, extrae su lado más pragmático: "A mí los pinchazos se me pasan muy rápido y, por suerte, tenemos mucho trabajo", pero cuestionado por si sigue atento a otras oportunidades, añade: "No creo que haya muchas como ésta".
Y es que uno de los "amos" de la industria audiovisual es un lector habitual de periódicos y sigue de cerca el negocio de la prensa y del papel.
"Tenemos dos problemas aquí, uno global, sobre el papel de la prensa y el papel del papel en la prensa en el siglo XXI, y otro que consiste en la credibilidad que ofreces a tus lectores, que es lo que motiva a pagar o no para tener acceso vía papel o digital".
Y se muestra crítico con el periodismo que se hace en España. "No es casualidad que hayan sido los anglosajones quienes hayan podido dibujar alternativas a la crisis de la prensa más serias y estables, porque seguramente su periodismo es más serio que el que se desarrolla en otros sitios o aquí".
Preguntado por el debate sobre si Barcelona pierde o no peso a nivel internacional, Roures se muestra optimista, aunque avisa de que, "tras el salto de 1992, en los últimos años no hemos sabido salir de la crisis con una oferta cultural del nivel de exigencia que la ciudad debería tener".
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