Pelo largo, bíceps de boxeador y piernas de pantera. Intensidad, pasión y pantalones pirata. El 5 de junio de 2005, Rafael Nadal ganó en París el primero de sus 12 títulos de Roland Garros, el primero de sus 19 Grand Slam. Han pasado ya 15 años y hay un dato que habla de la dimensión de este tenista: si mañana empezara un nuevo Roland Garros, sería de nuevo el máximo favorito. Una década y media después, sigue siendo el rey.
Mi cabeza lo asimiló bien, con tranquilidad, había recibido la educación adecuada para restar preparado si algo así ocurría"
Rafael Nadal
Con 19 años y dos días, Nadal derrotó en la final al argentino Mariano Puerta por 6-7, 6-3, 6-1 y 7-5 en casi tres horas y media y dio inicio a una era de dominio que no tiene prácticamente comparación en el mundo del deporte. No hay deportista que haya avasallado de esta manera en un mismo torneo. Nadal es casi invencible en tierra batida al mejor de cinco sets. Son 12 títulos en París, con 93 victorias y solo dos derrotas en el segundo Grand Slam de la temporada. Si se suman todos los partidos que ha disputado al mejor de cinco sets en arcilla, la estadística abruma: 118 triunfos y solo dos derrotas.
Y eso que no se consideraba a sí mismo un especialista de tierra batida. "A mí me gusta más la pista cubierta o hierba que jugar en tierra, aunque en tierra también me gusta", decía con 16 años en una entrevista con TeleVigo en la que le preguntaron qué torneo le gustaría ganar. "Wimbledon, pero está muy difícil y hay que trabajar mucho".
Nadal trabajó y ganó dos veces Wimbledon (donde alcanzó otras tres finales), pero donde dejará una huella imborrable el día que se retire será en la superficie naranja. "Vencer a Rafael Nadal al mejor de cinco sets en tierra batida es como lamerte el codo. ¡Es imposible!", llegó a decir el mítico John McEnroe.
Convertir lo increíble en una rutina
"Que haya pasado tanto tiempo y siga siendo el favorito se explica desde el compromiso que tiene con lo que está haciendo, desde la pasión, que le gusta la competición. Han pasado muchos años, pero tiene la misma ilusión por seguir estando ahí", reflexiona en una entrevista con El Independiente Toni Nadal.
Entrenador de Nadal durante casi tres décadas, su tío recuerda perfectamente aquel primer título de Roland Garros. Era su primera vez en la catedral de la tierra batida y su sobrino llegaba lanzado después de ganar Montecarlo, Barcelona y Roma. No fue una sorpresa que conquistara también Roland Garros. Lo alucinante vino con el paso del tiempo, cuando convirtió lo increíble en rutina.
"Cuando llegué a Roland Garros en 2005 por primera vez, era consciente de que si conseguía seguir jugando al nivel de los torneos anteriores podía tener una oportunidad", comentó el propio Nadal hace unos años. "Era muy joven, tenía la energía de sobra, tenía la inconsciencia de cuando uno es muy joven y era capaz de llegar a pelotas muy difíciles y devolverlas siempre con fuerza e intensidad. Jugaba con una pasión muy grande".
La nota de Toni Nadal por debajo de la puerta
Tras la final ante Mariano Puerta, que después daría positivo por doping, Toni Nadal tenía la sensación de que su sobrino no había jugado mejor que su rival. Era el momento de celebrar, pero Toni había hecho unas anotaciones sobre cosas a mejorar. Su pupilo había ganado en una de las mecas del deporte con 19 años recién cumplidos y él ya estaba pensando en cómo hacerlo mejor la próxima vez. "La realidad es que no era el momento para decírselo porque había que disfrutar de la victoria. Pero si no recuerdo mal, le metí la nota por debajo de la puerta del hotel para que la leyera después".
"La meta que tuvo siempre Rafael era mejorar", comenta Toni, de 59 años. "No tuvo otra meta. La victoria es la consecuencia de la mejora, no ganas de casualidad", añade su tío, director ahora de la Rafa Nadal Academy en Mallorca.
Sin embargo, esas ganas de querer seguir mejorando y ese carácter de hombre indestructible no le hubieran llevado al olimpo si no fuera por la cabeza. La mente que ha sostenido todo: asimilar enormes victorias y aceptar lesiones y derrotas dolorosas. Aquellos meses de 2005 fueron claves para saber que Nadal estaba preparado para todo.
"Todo pasó muy rápido. Pasé de estar el 50 del mundo a luchar por Roland Garros en dos meses. Mi cabeza lo asimiló bien, con tranquilidad, había recibido la educación adecuada para estar preparado si algo así ocurría", señaló Nadal en 2015. "Esa fue una de las claves de poder continuar con la misma ilusión, intensidad de trabajo y motivación".
La cuenta de Nadal en París está parada de momento en 12 y quién sabe cuándo volverá a la capital francesa para intentar aumentar el botín. En teoría, la Federación Francesa retrasó el torneo de este año para septiembre, pero es todo una incógnita. "No sé si jugaremos a tenis o no este año", admitió esta semana el propio Nadal en una videoconferencia con periodistas. Sea cuando sea, algo hay claro: "Mientras siga ganando, seguirá siendo el favorito", sentencia Toni Nadal.
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