Madrid cuenta con una Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios integrada por doce establecimientos, cuya historia es la de nuestra gastronomía, pero también la de nuestra política, nuestra literatura, nuestra pintura, nuestra tauromaquia…

El más visitado por los turistas es Botín, que abrió en 1725 junto al Arco de Cuchilleros; la espectacular Posada de la Villa, en la Cava Baja, fundada en 1642, rinde culto a lo castizo; Casa Pedro, en la localidad de Fuencarral, en 1702, comenzó como casa de postas para los viajeros que salían de Madrid en dirección al Norte; Casa Alberto, en la calle de las Huertas, en 1827, donde estuvo la casa donde Miguel de Cervantes escribió el Viaje del Parnaso; la Taberna de Antonio Sánchez, en Mesón de Paredes, fundada en 1839 por el picador Colita; en el mismo año, Lhardy, en la Carrera de San Jerónimo, que es el restaurante más literario de Madrid; Casa Labra, junto a la Puerta del Sol, en la calle de Tetuán, en 1860

A continuación, presentamos una selección de los cinco restaurantes más antiguos de Madrid.

Gran Café de Gijón

Cuando en 1888 el asturiano Gurmensindo Gómez regresó de Cuba, se instaló en Madrid, invirtiendo el fruto de su trabajo en un café que inauguró el 15 de mayo como “Gran Café de Gijón”, en honor a su ciudad natal. Tampoco imaginaba Gurmensindo que su café, ubicado en la zona de la Castellana, acabaría considerándose como “el último café literario de Madrid”.
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Botín

Fundado en 1725 por Cándido Remis, sobrino de la esposa del cocinero francés Jean Botín (cuyo negocio se encontraba también en los alrededores de la Plaza Mayor), el libro Guinness de los Récords lo reconoce como el restaurante más antiguo del mundo. La larga historia de Botín se refleja en su presencia en obras de escritores como Galdós (Fortunata y Jacinta, Misericordia), Hemingway (Fiesta), Graham Greene (Monseñor Quijote), Gómez de la Serna (en sus Greguerías) o, actualmente, María Dueñas (El tiempo entre costuras).


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Casa Alberto

Esta taberna fundada en 1827 en el solar donde estuvo el edificio en el que Miguel de Cervantes vivió y escribió sus dos obras maestras: la segunda parte de “El Quijote” y “Los trabajos de Persiles y Segismunda”, es uno de los locales centenarios más destacados de Madrid, en el que se puede disfrutar de la gastronomía tradicional madrileña con un toque vanguardista y de un vermút de gripo elaborado en la propia taberna.

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Posada de la Villa

Situada en lo que anteriormente fue el único molino de harina existente en Madrid, la Posada de la Villa era un lugar más de alojamiento y comidas de la época. Cuando las casas de hospedaje de la zona decayeron la Posada no fue una excepción. Muchas de estas casas: La Posada del Dragón o la del León por ejemplo no han sobrevivido, pero la Posada, ya en estado calamitoso, fue restaurada por Félix Colomo en 1981. Se transformó en el horno de asar actual, especializado en cocina tradicional, como su cocido madrileño hecho en puchero de barro sobre las cenizas de paja y troncos de encina, o el cordero lechal asado en cazuela de barro en el antiguo horno árabe.

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Casa Pedro

Uno de los mejores restaurantes de Madrid para degustar la exquisita gastronomía madrileña. Desde 1825, uno de los referentes en la cocina castellana tradicional con una gran calidad en su materia prima. Un lugar realmente acogedor con objetos antiguos en las paredes, bodega de ladrillos vistos y una agradable terraza.

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