Tras la Primera Guerra Mundial, los imperios se disolvieron y el nacionalismo, el socialismo y la autodeterminación democrática amenazaban la estabilidad del sistema capitalista global. En respuesta, los intelectuales austriacos buscaron una nueva forma de organizar el mundo. Determinaron que el capital sería protegido mediante reglas internacionales y disfrutaría de una amplia extraterritorialidad.
Los países africanos y asiáticos recién independizados tras la Segunda Guerra Mundial quisieron extender su área económica. En consecuencia, muchos defensores del neoliberalismo, especialmente Wilhelm Röpke, apoyaron regímenes racistas, el apartheid, golpes militares, y se opusieron abiertamente a la democracia de "una persona, un voto" cada vez que clases o razas "inferiores" amenazaban con llegar al poder.
El historiador canadiense Quinn Slobodian analiza en Globalistas. El fin de los imperios y el nacimiento del neoliberalismo cómo esta ideología se convirtió en una postura explícitamente reaccionaria, y a menudo racista, a partir de los años 60, pero es la que rige mayoritariamente el mercado. El experto en historia internacional escribió este libro entre los años 2008 y 2016. En plena crisis económica internacional, Slobodian explica a El Independiente cómo reapareció el "hipercapitalismo" en la década pasada.
Covid-19, aumento de la desigualdad
Con este libro, que sale a la venta este lunes 1 de febrero, Slobodian pretende "disipar" la noción del neoliberalismo como una doctrina de "mercado sin trabas". Desde su punto de vista, sucede todo lo contrario. "No se trata de liberar el mercado, se trata de encerrarlo", afirma. "Es producir un conjunto de regulaciones que conduzcan a resultados que favorezcan al capital y a la libertad económica en lugar de justicia social o igualdad redistributiva".
Inmersos en la debacle producida por el Covid-19, ha sido el momento perfecto para que "aumente y siga aumentado" la desigualdad. Las ganancias, según sus propias palabras, únicamente han ido a parar a "ciertos sectores privilegiados". Todo esto "coexiste" con altos niveles de desempleo, precariedad e incertidumbre. "El golpe sufrido en pequeñas empresas y autónomos ayuda a explicar por qué muchos de los que se unen a las protestas contra las medidas contra la expansión del virus son esta clase trabajadora", asegura.
Asimismo, reconoce que la globalización tan voraz en la que nos veíamos inmersos ha actuado como "un impedimento durante la pandemia". Los mercados financieros interconectados, la elección del consumidor sobre la seguridad laboral y la salud a través de la "aceptación ciega" del libre comercio, la concentración de riqueza en un puñado de tecnológicas que infringen la ley o la sobrealimentación de los viajes aéreos son la suma de la situación en la que nos encontramos.
"Impulso y voluntad" para el progreso
Por otra parte, detalla cómo social, política y económicamente estamos en un "punto de inflexión". "Los desafíos del cambio climático requerirán una respuesta multilateral coordinada a nivel mundial, no hay retroceso en la interconexión, no hay más botes salvavidas", detalla. Junto con la justicia climática, la justicia racial y la igualdad económica están comenzando a ser asumidas por las élites del planeta. Con algo de optimismo, asegura que existe "voluntad e impulso" para progresar.
Los desafíos del cambio climático requerirán una respuesta multilateral coordinada a nivel mundial: no hay retroceso en el multilateralismo, no hay más botes salvavidas
quinn slobodian
Quinn afirma que aún es pronto para afirmar que la Unión Europea haya "evitado" la fórmula de la austeridad, receta protagonista de la anterior crisis. "Podemos ver el caso de Alemania, donde todavía hay fuerzas políticas que todavía se aferran a esta idea y ven la actual crisis nuevamente como una posible salida de la unión monetaria", continúa. Slobodian cree que esta visión esta presente en muchos países del norte de Europa que tensan aún más la unión.
También en clave europea, declara a El Independiente que uno de los mayores peligros actuales en el continente es la extrema derecha. "Dado el daño social producido por la pandemia y las medidas para contenerla existe un profundo resentimiento al que puede recurrir algún político astuto", asevera. "Partidos de extrema derecha como el de Le Pen y la Lega en Italia están más interesados en extraer todo lo que puedan de Bruselas en lugar de salir de la UE por completo".
En último lugar, y con la reciente elección de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos, el historiador advierte que "hay que estar atento a la hipocresía de las élites". Desde su punto de vista, con el ejecutivo demócrata en Washington "volvemos a algo que se parece más al neoliberalismo al estilo Clinton de los noventa". "Como vimos en el asalto al Capitolio, siempre hay elementos organizados en la política estadounidense que están dispuestos a usar medidas extremas para obstruir los procedimientos constitucionales en la elaboración de leyes", explica.
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