La última película francesa que será sin duda alguna todo un éxito en las salas es La chica del brazalete (La Fille au bracelet, en su título original en francés). Se trata de un drama judicial y psicológico en el que la dirección corre a cargo de Stéphane Demoustier, cuyo estreno en la gran pantalla fue el pasado 12 de febrero. Este thriller gira en torno al asesinato de Flora, una adolescente de 16 años, y el posterior juicio para esclarecer los hechos. ¿La principal sospechosa? Su mejor amiga, Lise Bataille, con una interpretación excepcional de la joven Melissa Guers.
De la mano de Petit Film y France 3 Cinéma, la tensión del juicio es algo que se palpa en toda la sala, desde las butacas del cine hasta en la propia corte que se proyecta. Durante las declaraciones en el juzgado de Nantes, la joven muestra una actitud completamente hierática, algo que establece una línea muy difusa en la mente del espectador sobre la verdadera autoría del crimen. Su hermetismo se agudiza tras su paso por prisión preventiva. En este juego tan sociópata, se llegará a empatizar con la presión que sufre la joven durante los interrogatorios.
La fiscal general, encarnada por Anaïs Demoustier, muestra una actitud inquebrantable en las acusaciones que vierte contra la impotente Lise. Ésta no será sólo juzgada por el tribunal, sino también por su entorno, formado por sus amigos y amigas. La acusada es una chica a la que desgraciadamente su mejor amiga, asesinada a día de hoy, filtró un vídeo sexual en Instagram protagonizado por ella. Por el simple hecho de realizarle una felación a un compañero, será tildada de "puta" por la sociedad.
El lado oscuro del adolescente
"¿Qué sabemos nosotros de nuestros adolescentes de 16 años? ¿Qué sabemos de sus amistades? ¿De sus amoríos?", cuestiona en un momento del largometraje la abogada defensora. Estas preguntas son quizá la mayor reflexión que lanza la película. Esto nos hace penetrar en el mundo de las redes sociales, falsas apariencias, la exploración sexual a una edad temprana y habladurías que todos vertemos sobre otros y sufrimos en muchas ocasiones en nuestras carnes sin pensar en las consecuencias. Especialmente a estas edades.
En declaraciones al Telediario, el director Stéphane Demoustier espetó que su mayor preocupación mientras construía el relato era realizar un trato justo de los jóvenes. "Quería mostrar la incomprensión de los padres hacia la actitud de su hija, y hacer una película que planteara si realmente conocemos a nuestros hijos", detalló. "Es algo muy violento que unos padres descubran así la sexualidad de su hija, enterarse de todo lo que les esconde, cosas que nunca habían tenido en cuenta y desvelar la idea de sexualidad con la edad".
El filme sumerge al espectador en el "lado oscuro" de la adolescencia, faceta que muchas veces queda al margen del control de los padres, que ven como sus propios hijos empiezan a volar. Muchas veces temen que terminen sumiéndose en riesgos, cuya situación a veces se les puede ir de las manos. Sea este caso o no, la narración muestra dos puntos completamente opuestos a la hora de reaccionar, encarnados por el padre de la acusada Bruno Bataille (Roschdy Zem) y su madre Céline Bataille (Chiara Mastroianni).
La intimidad, al estrado
Por una parte el padre "helicóptero" reacciona con un control absoluto sobre la vida de su hija, sobre todo una vez ingresa en prisión preventiva después de conocerse públicamente el homicidio. A pesar de ello, está completamente convencido de la inocencia de su pequeña. Mientras tanto, la madre se esconde en su trabajo y se aleja de la escena familiar por sus dudas, a excepción de su toma de testimonio y las frecuentes visitas que realizan a su casa de vacaciones en la localidad costera de Bernerie-en-Retz.
En una entrevista realizada en 2018 (fecha del estreno en Francia), la actriz detalló que para preparar su personaje se inspiró en su "propia vida". La cotidianeidad de algunos episodios de la adolescencia es algo que la película aborda. Todos hemos tenido 16 años, hemos discutido con nuestra mejor amiga y hemos escondido nuestras andanzas a nuestros padres. Este drama va más allá y explora la filtración de contenido explícito entre jóvenes, con todas las consecuencias que esto puede llegar a tener. La adolescencia está para que seamos libres, no para ser señalados y perder a tu mejor amiga.
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