El pasado 2 de marzo el Primavera Sound y el Sónar de Barcelona anunciaron su aplazamiento hasta 2022. Además, el Sonorama de Aranda de Duero (Burgos) devolverá las entradas de 2020 a esperas de aclarar el futuro de la edición de 2021. Los festivales de música y todo su tejido se encuentra en jaque por la pandemia. La música factura mas del 1% del PIB a nivel estatal y emplea a más de 300.000 personas. En perdidas de facturación por el Covid, el presidente de la Federación de la Música de España Es Música, Quim Martínez, calcula 1.000 millones de euros junto con 7.000 de forma indirecta.

Francisco López, presidente de la Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo (A.R.T.E.), detalla a El Independiente lo que es una situación "completamente catastrófica". "Si ya en 2020 se cancelaron absolutamente todos, con aquellos que siguen anunciados este 2021 va a pasar lo mismo. Sabemos que no habrá un formato entendido como antes", detalla. "Dos años seguidos para algunos grupos o artistas va a ser muy duro, van a tener que colgar la guitarra, es clave una continuidad".

Un festival en una playa en verano con gente bañándose

Un festival de veranoCC

Como no haya festivales en 2022 va a ser un varapalo brutal, esta industria se va por el desagüe"

Francisco López, presidente de la Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo (A.R.T.E.)

"Varios escenarios, con miles de personas y un cartel de 50 nombres no va a existir. Está por ver que existan en 2022, muchos ya tienen sus fechas y artistas reservados", indica López. Las pérdidas son "incalculables e infinitas", ya que la industria musical "está trabajando pero "bajo mínimos" con las estructuras financieras y producción "muy dañadas". Además, cualquier confección del cartel requiere una planificación previa, imposible con la situación actual. "No tenemos confort ni seguridad jurídica. En cuanto un festival termina ya se está preparando el siguiente", asevera Francisco López.

"Como no haya en 2022 va a ser un varapalo brutal, esta industria se va por el desagüe". Con la sucesiva posposición del evento, asegura que en 2020 "mucha gente" conservó su entrada, algo que no ha pasado este año. "No ha sido tanto el nivel de fidelidad, guardarlo es algo casi psicológico. Mucha gente piensa en recuperar el tiempo perdido", detalla López. También asegura que si la industria musical logra sobrevivir a este terremoto será gracias a la "perdida de profesionales y una bajada en la calidad", algo que "ha constado afianzar". Además, las bajas en este sector afectan de forma transversal al turismo y a la hostelería, entre otros.

Sin compensaciones para artistas y organizadores

Llueve sobre mojado, se ha visibilizado la precariedad del sector, hemos sido los primeros en parar y vamos a ser los últimos en volver"

Quim Martínez, presidente de la organizador del festival O Son do Camiño y presidente de la Federación de la Música de España Es Música

Quim Martínez, presidente de la organizador de los festivales O Son do Camiño —celebrado de forma anual en Santiago de Compostela— y PortAmérica —en Caldas de Reis, Pontevedra— explica a este periódico cómo la gran fuente de ingresos "es el directo". Sin estos las "promociones de los discos y todo su tejido" se complican. "Llueve sobre mojado, tan sólo se ha visibilizado la precariedad de este sector y la ausencia de normativas o protocolos de seguridad unificados entre las diferentes comunidades autónomas. Hemos sido los primeros en parar y vamos a ser los últimos en volver", confiesa Martínez.

Desde su punto de vista, una medida acertada sería unificar los criterios normativos a la hora de desarrollar esta actividad por parte de la administración. Quim expresa que también sería correcto un plan de compensación por todas las pérdidas sufridas. A esto se le sumaría una flexibilización de las licencias, tributación a la seguridad social ante una "situación extraordinaria". "No se puede empezar de un día para otro. Necesitamos soluciones", recalca Martínez.

Un escenario de un festival

O Son do CamiñoO Son do Camiño

Artistas, los peor parados

Nuestra actividad se financia básicamente con los directos, se van a arruinar muchos festivales por la situación de este año"

maría talaverano, voz y teclado de cariño

María Talaverano, vocalista y teclado de Cariño, detalla que hasta que los directos "no se recuperen con normalidad" es "imposible" vivir con los ingresos de las plataformas. "Nuestra actividad se financia básicamente con estos. Se van a arruinar muchos festivales por la situación de este año. Al final toda la producción es muchísimo más cara", indica a El Independiente. Tras haberse recorrido el pasado 2019 toda España, tocando en festivales de talla como el BBK de Bilbao y otros ya mencionados, la situación ha obligado a María a volver a vivir con sus padres.

Sonido Muchacho

"Si no fuera por ellos tendría que haber dejado la música, yo ya estaba buscando vacantes en marketing digital, en lo que trabajaba antes. Es una situación inviable tanto como para promotores como para bandas". Asimismo, Cariño ha sido de las pocas agrupaciones afortunadas en tocar en directo en estos tiempos de pandemia. "La cultura es segura, es de los sectores que más medidas pone y se cumplen. Hay un enorme esfuerzo, con un público súper respetuoso, y mucha colaboración entre organización y artistas", detalla. "Nunca he visto nada raro en ninguno de estos conciertos".

La situación epidemiológica lo impide

Patricia Guillem, catedrática en epidemiología por la Universidad Europea de Valencia, explica a El Independiente que la única opción posible a día de hoy son los directos acondicionados a las medidas sanitarias. "Hay que pensar que en un festival hay salidas y entradas de forma constante junto con aglomeraciones", asevera Guillem. "Toda esa mezcla de personas, el corear las canciones, estar bebiendo implica un riesgo de transmisión muy alto a través de aerosoles".

Necesitamos que la vacunación esté más avanzada para volver a ver multitudes en festivales o partidos de fútbol"

PATRICIA GUILLEM, CATEDRÁTICA POR LA UNIVERSIDAD EUROPEA DE VALENCIA

Preguntada por la posibilidad de que en un futuro se pueda entrar a un festival tras acreditar la inmunidad o haber recibido la vacuna, la epidemióloga subraya que "es una fotografía del estado de salud". "Esto no es un reflejo real de la carga de la enfermedad del propio paciente. Todo indica a que se van a producir más olas", asegura. "Necesitamos que la vacunación esté más avanzada para volver a ver multitudes en festivales o partidos de fútbol".

A pesar de "no contar con una bola de cristal", la experta indica que haya festivales presenciales o no en 2022, dependerá de "cómo y cuándo lleguen más vacunas a España". "Pensábamos que la vacunación iba a estar más anticipada. Según las previsiones de la OMS para el 14 de julio de 2021 tendríamos que tener a un 70 % de la población vacunada", explica Patricia Guillem. "Pero para el año que viene, yo creo que la situación habrá cambiado y seguro que se podrán realizar conciertos como los que estábamos habituados".

El streaming no es suficiente

Según Francisco López, presidente de A.R.T.E., han aumentado un 24% los ingresos a través de ventas digitales por reproducciones de streaming. Pero los derechos que obtienen los artistas por esta vía son "mínimos". Quim Martínez, presidente de la Federación de la Música de España Es Música, indica que así solo pueden vivir "los artistas internacionales". "El reparto no es igualitario ya que el porcentaje recibido va a una bolsa de los más escuchados", confirma.

Ciclos y festivales reconvertidos

El único modelo viable actualmente son los ciclos, conciertos que se extienden durante un mes, por ejemplo Las Noches del Botánico de Madrid. A esto se le suma un cartel reducido, con artistas menos populares y en un recinto acotado a un 75 % según las directrices de la Comunidad de Madrid lanzadas en octubre. Los asistentes al concierto permanecen con la mascarilla puesta en todo momento y pegados a su asiento sin poder bailar ni consumir bebida o comida.

Las medidas de seguridad fueron el trabajo más tedioso. Hacíamos test de antígenos a todo el equipo, contratamos a enfermeras para ello"

ALEX GRANERI, ORGANIZADOR DEL INVERFEST

Es el caso del Inverfest, que tuvo lugar del 8 de enero al 7 de febrero de 2021 en los Teatro Price y Coliseum de Madrid, entre otras salas. Además de darle un nuevo uso a las salas de teatro, su organizador Alex Graneri explica a El Independiente el "esfuerzo de sacar adelante" el evento. "Te confieso que estábamos muertos de miedo, no lo teníamos muy claro", asevera. "Con la reducción el Price se quedaba con 1200 localidades. Fuimos más restrictivos y únicamente ocupamos el 65 %".

FOTO CORTESÍA: INVERFEST

Graneri asegura que "con 1000 entradas se puede pagar" la producción. "Los costes de alquiler del recinto no son baratos, junto sonido, iluminación y publicidad. Las medidas de seguridad fueron el trabajo más tedioso ya que requieren más tiempo", asegura el organizador del festival. "Hacíamos test de antígenos a todo el equipo, contratamos a enfermeras para ello. No se produjo ningún contagio entre las 30.000 personas que acudieron. Teníamos datos para hacer un seguimiento y poder avisar a las autoridades".

La actitud del público fue "ejemplar", en las salidas y entradas escalonadas al recinto. "Me quedo con la gratitud que demostraron los artistas y el personal que les acompañaba", asevera Alex Graneri. Su perspectiva para el futuro es optimista y realista, ya que los festivales a pesar de ser "una pata importante del negocio, no es la única". Nombres tan sonados como el Primavera Sound ya han celebrado este pasado verano su propio ciclo con las Nits del Forum.

El presidente de la Federación de la Música de España Es Música, Quim Martínez, lanza la reflexión de que a pesar de las condiciones "limitadas" de la pandemia, la cultura es uno de sus "grandes estandartes y bastiones". "No quiero pensar qué habría sido del confinamiento sin un libro, sin canciones y sin el streaming".