Turismo y cine, y curiosidad. Vivir sin horarios ni planes estrictamente predeterminados, desayunar los huevos revueltos con bacon que solo se desayunan en un hotel, y convertirse en una estrella de cine por un día cargando la mochila de ‘por si acasos’ y un mapa en el que ir tachando los lugares más emblemáticos de esa película que ha acabado por decidir las vacaciones de este año. Porque sí, el impacto turístico de los éxitos de la gran pantalla es evidente.
Desde los años cincuenta, España ha sido el plató donde rodar grandes producciones cinematográficas. La luz, el clima y la gran riqueza geográfica, entre otras cualidades, convierte al país en escenario de numerosas películas que hacen crecer el interés del público por visitar esos lugares y seguir los pasos de los rostros que los habitan, aunque solo sea en la ficción.
Las rozas convertidas en Pekín o el acantilado de los gigantes en la Grecia Mitológica, cada vez más los destinos compiten por atraer rodajes, a sabiendas de que éstos les granjearán nuevos visitantes: «El turismo cinematográfico, o turismo inducido a través del cine y la televisión es una nueva tipología de turismo que crece en todo el mundo y constituye un elemento esencial de la promoción de numerosos países», apuntan desde la Spain Film Commission, entidad precursora de analizar y evidenciar la relación entre las industrias audiovisual y turísticas.
'Palmeras en la Nieve', 2015
Basada en la novela homónima de la altoaragonesa Luz Gabás, Palmeras en la Nieve es, con un presupuesto de 10 millones de euros y una recaudación en taquilla de cerca de 17, una de las grandes producciones del cine español de los últimos tiempos. El filme se rodó entre Gran Canaria, Huesca y Colombia a lo largo de 14 semanas, aunque si hay un escenario que ha traspasado retinas y convertido en una ruta turística, ese es el Pirineo aragonés.
Se conoce como ‘la ruta por los escenarios de Palmeras en la Nieve’ y organizada por profesionales del turismo, transcurre entre las localidades altoaragonesas de Bielsa y Benasque. Des del Museo de la Bolsa de Bielsa o el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, hasta el Parador de Bielsa o una cena en el Hotel Restaurante Pañart, donde se dejaban caer los protagonistas de la película durante el rodaje en la provincia.
La película, protagonizada por Mario Casas, Berta Vázquez y Adriana Ugarte, es sinónimo de una ineludible visita que suma la magia del cine, la agreste belleza del Valle de Pineta y el encanto del turismo rural.
'Vicky Cristina Barcelona', 2008
Recorrer los escenarios por los que paseaban Rebecca Hall, Scarlett Johansson y Javier Bardem, es cada año motivo de visitar la ciudad condal.
Dirigida por Woody Allen, la película Vicky Cristina Barcelona forma una verdadera ruta turística por la capital catalana que transita la Sagrada Familia, el Parque Güell, la Fundación Joan Miró, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, la Casa Milà 'La pedrera', el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau o el Tibidabo, entre otras. Pero el director también escogió Oviedo y Avilés como escenarios de su película. En Oviedo, Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo, San Julián de los Planos o el Hotel de la Reconquista, donde se alojó el propio Woody Allen, forman parte de Vicky Cristina Barcelona. Y en Avilés, el Faro de San Juan o el Parque Ferrera son las localizaciones de las escenas más románticas de la película.
'Ocho apellidos vascos (y catalanes)', 2014
La historia de amor de Rafa y Amaia encandilo a más de 400.000 espectadores en su primer fin de semana de estreno en la gran pantalla, y a miles de turistas que desde entonces, cada año recorren el País Vasco en busca de los pueblos principales donde se rodó la comedia española.
Organizada por profesionales del turismo ‘la ruta de los Ocho apellidos vascos’ recorre la cuna de Zumaia, la población con “un color especial” a grito de megáfono que comenzó a descubrir los parajes más importantes donde se rodó la película, así como el pueblo costero de Getaria, Zarautz, o los famosos restaurantes donde disfrutar de las 'antxoas' y el atún preparado al estilo tradicional.
Pero eso no es todo. En 2015 llego Ocho apellidos catalanes, y con ello, un nuevo fenómeno cinéfilo-turístico. En su segundo capitulo de amor, el pueblo catalán de Monells, en el Baix Empordà, tiene gran protagonismo. A este se suma la población de Llagostera, declarada Bien de Interés Nacional por su Muralla, o el encantador pueblo de Vulpellac y el costero Palafrugell, cercano al yacimiento íbero de Sant Sebastià de la Guarda.
'El silencio de la ciudad blanca', 2019
De Vitoria-Gasteiz a Lagrán o de Lagrán a Laguardia, la película, basada en las tres novelas de Eva García Sáenz, El silencio de la Ciudad Blanca, Los ritos del agua y Los señores del tiempo, se ha convertido en otras de las rutas que comparten cine y turismo.
Desarrollada principalmente en Vitoria-Gasteiz y la provincia de Álava, el filme recorre las calles de Vitoria con una magia que luce de día o noche, la famosa Confituras Goya, la Catedral de Santa María o Catedral Vieja, el cementerio antiguo de Vitoria, la Ermita de San Juan, la Catedral Nueva, o el Seminario Diocesano, donde transcurre uno de los flashbacks más importantes del filme.
'Lucía y el sexo', 2011
Al margen de la mítica imagen del faro y la cueva agujereada de el Cap de Barbaria, Lucia y el Sexo supone una ruta turística en sí misma por Formentera.
Desde que se diesen a conocer los espacios de rodaje, han sido muchos los aficionados cinéfilos y fans de la película que han querido pasear por Ses Illetes, el escenario ‘de película’ con dos Premios Goya.
La ruta 'de Almodóvar'
Pedro Almodóvar es el director español con más renombre internacionalmente, y uno de los más destacados a la hora de promocionar turísticamente alguno de los lugares que albergan sus más excéntricas escenas. Porque da igual si se trata de su primera película o de la última, y de ahí, que surja, sin distinción de filme, la ruta cinematográfica de Almodóvar en Castilla-La Mancha, que da a conocer Almagro, Calzada de Calatrava, Granátula de Calatrava y Puertollano.
Aunque en todas las películas de Pedro Almodóvar (Ciudad Real, 1949) se transmite la esencia el pueblo manchego, existe un hito que marca cada municipio después de que en 2008 el gobierno regional convocara un Concurso Internacional de Esculturas alusivas a la filmografía del director, y vinculadas a los municipios por donde transcurría la ruta. En Calzada de Calatrava, por ejemplo, el Parque Pedro Almodóvar acoge la obra Encuadre Manchego de Sergio García-Gasco, así como la Plaza de la Constitución en Granátula de Calatrava, la Feminidad II de Enric Plà.
'Las brujas de Zugarramurdi', 2013
Navarra es conocida por su rica gastronomía, sus vinos y tradiciones, pero también por ser escenario de películas nacionales e internacionales, así como de spots publicitarios o videoclips.
La medieval Robin y Marian (1976), Acción Mutante (1992) o Anacleto, agente secreto (2015) han sido testigo de un recorrido por el sur de Navarra, pero también Las brujas de Zugarramurdi (2013), la película de Álex de la Iglesia que ha dado lugar a la 'Ruta de las cuevas' a través de un sendero que evoca aquelarres, mugalaris, leyenda, hogueras y mitos.
La ruta de las brujas arranca en Sara, un pueblo de Lapurdi protegido por la silueta del monte Larrun, continua por el parque megalítico al aire libre que reconstruye los diferentes monumentos creados por el hombre durante la prehistoria, y finaliza en Zugarramurdi, donde se puede visitar el Museo de la Brujería o acceder directamente a las Cuevas de las Brujas.
Ruta por 'la trilogía del Baztán'
Desde que Dolores Redondo escribiera su trilogía con mas de 700.000 copias vendidas, y ésta de trasladara a la gran pantalla, da igual quienes fueran lectores o cinéfilos; las historias de la inspectora Amaia Salazar han sido atractivo turístico: «El bosque más misterioso y mágico que existe. Los grandes robles, las hayas y los castaños cubren las laderas de las montañas, que, salpicadas de otras especies, las llenan de tonalidades, formas y contrastes», definía la escritora en un viaje de imaginación que acabó en el cine.
La casa de la tía Engrasi en el barrio de Txocoto y el puente de Muniartea, hasta la plaza de los Fueros de Elizondo, su cementerio o el Infernujo Errota o Camino del Infierno que bordea el río y donde es fácil imaginarse tiradas a las víctimas de los asesinos en serie.
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