Traballa duro, pero en silencio. Deixa que o éxito se encargue de facer todo o ruido. La frase está estampada en una escultura de piedra en la Praza dos Olímpicos de Aldán, la capital de una ría gallega pequeña y para muchos desconocida, pero llena de calas de arena fina y de bateas.
En esas aguas cristalinas suele fondear en verano un yate de 30 millones de euros llamado Valoria B y propiedad de Amancio Ortega. Y el resto del año palean sin descanso algunos de los mejores piragüistas del mundo. Es ahí, en Aldán, en el Concello de Cangas, donde crecieron deportistas como David Cal o Teresa Portela. Nueve medallas olímpicas han salido de la ría desde 2004, tres de ellas en los Juegos de Tokio 2020, una cosecha tremenda para una población tan pequeña (2.500 en Aldán y unos 26.000 en todo el Concello).
Con un oro y cuatro platas, el piragüista David Cal es el más famoso de todos. Es junto a Saúl Craviotto el deportista español con más medallas olímpicas, fue el abanderado en la ceremonia de inauguración de Pekín 2008 y es posiblemente la persona más conocida del municipio. Su apellido da nombre también a la panadería familiar donde venden unas empanadas superiores.
La escultura con la inscripción Traballa duro, pero en silencio. Deixa que o éxito se encargue de facer todo o ruido está dedicada a Teresa Portela, una piragüista que tuvo que esperar a los 39 años y sus sextos Juegos para conseguir su primera medalla olímpica, una plata el K1-200 de Tokio.
A unos pocos metros de esa escultura, en el puerto de Aldán, se levanta otro monumento a los deportistas de la ría con los aros olímpicos y los nombres de todos los piragüistas que han competido en unos Juegos. Ahí están Carlos Pérez Perucho, oro en Pekín 2008 en el K2-500, Rodrigo Germade, plata en Tokio 2020 en el K4-500, y Sonia Molanés, diploma en el K4-500 de Pekín 2008.
Sumando las cinco medallas de David Cal y las de Teresa Portela, Perucho y Germade dan ocho. Pero hay que sumar una más que no viene del agua, sino del fútbol. Y es que el portero Iván Villar conquistó en Tokio 2020 la plata con la selección de Luis de la Fuente.
Uno de los lugares preferidos de Amancio Ortega
La ría de Aldán no sólo destaca por sus deportistas, sino también por sus playas. Ubicada en las Rías Baixas, entre la ría de Vigo y la de Pontevedra, tiene algunas de las mejores de la zona. Pequeñas, de arena blanca, algunas de difícil acceso, son un lujo desde que la niebla levanta a media mañana. Las sinuosas carreteras que recorren la zona están salpicadas de restaurantes y tascas. Es difícil comer mal. Calamares, almejas, pulpo, xoubas, mejillones...
Quien no suele degustar en tierra de esos manjares es Amancio Ortega, el visitante más ilustre de la ría cada verano. El dueño de Zara suele elegir estas aguas para fondear los 47 metros de eslora del Valoria B. Inconfundible por su tamaño, la embarcación se ve casi desde cualquier lugar de la ría.
Fue diseñado por el astillero holandés Feadship y su construcción terminó en 2018. Según la página web yachtcharterfleet.com, el yate tiene cinco habitaciones de lujo para un total de diez personas. Además, hay espacio para nueve tripulantes. Puede alcanzar una velocidad máxima de 14,5 nudos.
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