A veces, muchas, puede vérsele en fotos históricas junto a músicos como Stevie Wonder o David Bisbal. O más bien detrás. Porque el artista es lo importante, pero él ha ayudado mucho a que lo fuera. Domingo García no es cantante, ni tiene un grupo, pero durante 43 años ha promocionado la música y a quienes la hacen. Acaba de salir de una de las discográficas más importantes, Universal Music, en la que tenía el cargo de director de Marketing Estratégico. Se conoce poco o nada de la labor de esas personas que dedican su vida a conseguir que los artistas musicales formen parte de las nuestras.

El maestro Joaquín Luqui fue quien le introdujo en el negocio de la música, aunque le advirtió que lo complicado sería mantenerse. Durante más de cuatro décadas ha trabajado para lanzar canciones de nombres como Alejandro Sanz, Sting, U2, Juanes, Paco de Lucía, Elton John, Eros Ramazzotti, Bon Jovi, Bryan Adams, Lady Gaga, José Luis Perales, Isabel Pantoja, Rosario o Antonio Orozco, entre muchos otros.

Pregunta.- Domingo, has pasado de llevar a Raphael al 'Un, dos, tres' a lanzar a artistas como J Balvin en digital. ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo?

Respuesta.- Antes llevabas a un artista a la tele y conseguías que de repente se plantara el disco en el top 5 de los más vendidos esa semana. Ahora no existe esa concentración y en el mundo digital hay que atender a todos los medios, por pequeños que sean. En cualquier publicación puede haber alguien que se enamore de una canción. Ahora todo va mucho más rápido. Antes te daba tiempo a construir el fenómeno. Ahora, sobre todo los jóvenes, consumen la música sin fijarse demasiado en quién la canta. La devoran con los móviles, porque no tienen que ahorrar para comprar un vinilo. Por cierto, los que peinamos canas, volvemos a comprarlos. Ya vende más que cualquier otro soporte físico. Es todo un ritual usar un tocadiscos.

P.- ¿Qué es lo más gratificante de tu trabajo?

R.- Ver cómo pasamos de 15 personas en un concierto de presentación, a que ese artista llene el Wizink Center, con más de 15.000. Miras al público y no te lo crees.

P.- ¿Y lo más difícil?

La gente no es tonta. Un número uno no se puede comprar

Domingo García

R.- Los músicos no son robots. Tienen, además, una sensibilidad especial. Cuando son importantes, la soledad y las inseguridades siempre aparecen. Y las personas que estamos a su alrededor tenemos que estar preparados para apoyarles.

P.- Durante décadas, uno de los momentos decisivos para que una canción se convirtiera en éxito era que sonase mucho en Los 40. En argot, los llamábamos “discos rojos”. Recuerdo verte entrar cada martes por la mañana a la radio a vendernos tus propuestas. ¿Esas reuniones se preparaban mucho?

R.- Yo tenía pase VIP en la radio y entraba cada semana a contaros sobre cada artista. Lanzar un tema, grupo o solista es siempre cuestión de ser perseverante. Muchas veces veníamos de empalmada. La noche anterior recibíamos a los delegados de cada provincia y nos íbamos de cena, copas… 

P.- ¿Qué contestas a los que te preguntan si los éxitos se compraban?

R.- Es verdad que la promoción movía mucho dinero y eso ayudaba a que sonara más una canción, pero al final la gente no es tonta. Un número uno no se puede comprar. O lo eres, o por mucho dinero que inviertas, no llegarás muy lejos.

P.- ¿Cuántas canciones has podido promocionar?

R.- Buena pregunta. Seguro que han sido más de dos mil. Lo más bonito es ver que cada una de esas melodías ahora forma parte de la vida de las personas. La música es tan poderosa, que te cambia el ánimo. Es la mejor medicina.