"Al crecer rodeada de grandes músicos, no pude evitarlo. Me identifiqué del todo con ello. Fue algo tan natural para mí que cuando comencé a cantar, era casi como hablar", confesaba Whitney Houston (Nueva Jersey, 1963 – California, 2012) en una entrevista. Porque la voz se forma pero el talento no. Con el paso del tiempo ha quedado demostrado que la gran Houston guardaba una de las carreras musicales más fascinantes que ha dado la historia de la música. Hoy, una década después de su adiós, sus canciones siguen sonando, su música sigue transmitiendo y su legado sigue presente.
"Entre notas y partituras", la infancia de Whitney estuvo relacionada con la música desde sus inicios. Hija de Soul Cissy Houston, integrante en The Sweet Inspiration (grupo que en ocasiones participó con artistas de la talla de Aretha Franklin o Elvis Presley) y sobrina de la estrella Dionne Warwick. La joven Houston veía en su familia una gran fuente de conocimiento musical por lo que su pasión por el canto no tardó en desarrollarse.
Participó en grupos de góspel, grabó coros para artistas como Chaka Khan e incluso formo dúo con Teddy Pendergrass aunque sin mucha transcendencia. Estas colaboraciones permitieron a la artista adquirir la experiencia necesaria para que en 1983 accediera a firmar su primer contrato profesional con el sello Artista Records. Junto a ellos, dos años después, publicó su primer disco superando los diez millones de copias vendidas. Un éxito que ni ella misma esperaba y que demostraba que Whitney iba a dar mucho que hablar en la industria musical. Fueron los últimos años de la década de los 80 los que consagraron a la artista: presentó canciones como I Wanna Dance With Somebody o Saving All My Love for You, consiguiendo dos premios Grammy y logrando vender más de 25 millones de copias con sus dos primeros álbumes. Récords que solo estaban al alcance de alguien como ella; considerada ya por aquel entonces como la cantante de color más importante del mundo.
El guardaespaldas, su mayor éxito
Y llegó noviembre de 1992 y con él el estreno de la película que cambiaría por completo la vida de Houston, elevándola hasta el éxito más glorioso. Protagonizó El guardaespaldas de Mick Jackson, junto a Kevin Costner y creó la banda sonora de la misma, interpretando uno de los hitos más importantes de su carrera, I Will Always Love You.
Consiguiendo un total de 45 millones de copias se ha convertido en la banda sonora más taquillera de la historia del cine. Y es que, aunque no era una canción creada para el film ya que las grabaciones elegidas eran las de de Dolly Parton, la versión de Houston fue la que ha hizo que El guardaespaldas alcanzara éxito en la década de los 90.
Años de giras, conciertos, baños de masas y reconocimientos que ensalzaban la carrera musical de Whitney hasta lo más alto. Discos que le brindaron varios premios Grammy, American Music Awards, Emis, Soul Train Fame y numerosos People’s Choice. Publicaciones que en días se convertían en las más escuchadas como Waiting To Exhale, Step By Step, You were loved o It’s Not Right But IT’s Okay.
Los excesos: el principio del fin
Pero con el cambio de siglo la vida de Houston pareció dar un giro de 180º. Cada vez sonaba con más fuerza en la prensa que la cantante no pasaba por su mejor momento. Sus adicciones a la cocaína y al alcohol, la obligaron a ingresar en dos ocasiones en centros de rehabilitación. Rumores de separación y titulares que afirmaban que sufría malos tratos; escándalos que empañaban su vida profesional pero que no borraban de la memoria musical mundial la gran artista que era Whitney.
Finalmente en 2006 se separó y con ello pareció poner un punto y aparte en las idas y venidas de su vida privada. Con sensaciones renovadas y prácticamente recuperada, en 2007 lanzó un nuevo recopilatorio titulado Whitney Houston: The Ultimate Colection, que fue acompañado de una gran gira por todo el mundo. Conciertos, promociones y el calor de sus fans para retomar su trayectoria profesional y volver a ser la que era. Cuando todo indicaba que la normalidad había vuelto, la trágica noticia de su fallecimiento enmudecía al mundo entero. La voz de Whitney se apagaba, su cuerpo era hallado sin vida en la bañera de su casa.
Canciones para el recuerdo
Tras la publicación de seis discos, muchas son las canciones que han pasado a la historia. Además la estadounidense se convirtió en la primera artista de color en conseguir tres discos de diamante después de que su segundo álbum Whitney (1987) superara las 10 millones de copias. En El Independiente recordamos diez de sus mejores creaciones.
Saving All My Love For You (1985)
I Have Nothing (1992)
How Will I Know (1985)
I Wanna Dance With Somebody (1987)
One Moment In Time (1988)
I'm Every Woman (1992)
I Will Always Love You (1992)
You Give Good Love (1985)
My Love Is Your Love (1998)
So Emotional (1987)
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