"El niño estadounidense duro, con una voluntad y una astucia sorprendentes para desviar todos los vientos a su favor" que consiguió hacerse rey y dueño del arte pop, conquistando museos, y ciudadanos. Andrew Warhola (Pittsburgh, 1928) dejó su carrera como ilustrador de revistas y publicista para traspasar los límites del arte e introducirse en un nuevo movimiento que haría de él el mayor exponente del pop art. La inspiración, traducida en 'causante', vino de un pequeño dibujo de Jasper Johns de una bombilla que compró en la galería de Leo Castelli donde, sumado al lienzo de Roy Lichtenstein, se pintaba publicidad estereotipada. Entonces, pensó que se merecía su propio reconocimiento, y así lo hizo en el debut del pop art, en la galería californiana Ferusel, un 9 de julio de 1961, con la presentación de su primera galería individual. Hoy se cumplen 35 años de su muerte.
El artista estadounidense está presente en cada gran subasta de arte contemporáneo que se celebra en Nueva York, donde se ponen en venta cientos de obras por un valor de hasta 300 millones de dólares. La casa Sotheby's fue la última en vender el conocido díptico de dos metros y medio por cuatro, Silver Car Crash (1963) bajo el considerado precio de 105,4 millones de dólares (77,6 millones de euros), muy por encima de los 53,2 millones de euros pagados en el 2007 por la obra Green Car Crash en Christie's y de los 87,5 millones de dólares con la venta de todas las obras subastadas en 2005.
Entre 2003 y 2005, el valor de las obras de Warhol ya se había duplicado y aunque actualmente sus precios no se encuentran visibles por ser datos sensibles, la última obra datada (Self Portrait) está valorada en 21.877.472 euros ocupando el primer puesto en el top 10 de obras subastadas del artista. El segundo puesto se lo llevaría Lenin y la medalla de bronce otro Self Portrait, según la página de subastas artprice.com.
Su valoración monetaria en sus obras no se corresponde a la fama que ejecutó en la década de los 60. Junto a Richard Hamilton, Roy Lichtenstein o Tom Wesselman, su obra traspasó los límites del expresionismo abstracto albergando otras concepciones artísticas y un contenido cargado de significado social, y así inauguró en 1962 The Factory, un estudio de arte que mantuvo hasta 1984 y la factoría de creaciones tan emblemáticas como Campbell’s Soup Cans, Death and Disasters, Botellas de Coca-Cola Verdes, Marilyn Monroe o Stars, refugiadas ahora en la exposición organizada por Juan Rozas (Next Exhibition) en Madrid.
También desarrolló unas imágenes personales a partir de objetos completamente impersonales como billetes de dólar, imágenes propias de los periódicos, carteles, nuevos productos de moda y la televisión para definir su Olimpo particular, compuesto por símbolos de la cultura estadounidense.
Una cola es una cola, y ningún dinero del mundo puede hacer que encuentres una cola mejor que la que está bebiéndose el mendigo de la esquina
Sus obras empezaron a ser muy conocidas y desataron ciertas polémicas sobre el papel del artista y la finalidad del arte: "Lo que es genial de este país es que Estados Unidos ha iniciado una tradición en la que los consumidores más ricos compran esencialmente las mismas cosas que los más pobres. Puedes estar viendo la tele, ver un anuncio de Coca-Cola y sabes que el Presidente bebe Coca-Cola, Liz Taylor bebe Coca-Cola y piensas que tú también puedes beber Coca-Cola. Una cola es una cola, y ningún dinero del mundo puede hacer que encuentres una cola mejor que la que está bebiéndose el mendigo de la esquina. Todas las colas son la misma y todas las colas son buenas. Liz Taylor lo sabe, el Presidente lo sabe, el mendigo lo sabe, y tú lo sabes", declaró sobre una polémica que desató su obra de la Coca-Cola como un tema pictórico.
La pistola que no disparó a Andy Warhol
Obsesionado por la muerte, Andy Warhol sobrevivió a un atentado en 1968, cuyas heridas plasmó en una serie de fotografías, usadas después como base para la película I Shot Andy Warhol. Fue Valerie Solanas quien disparó a Warhol junto al crítico de arte y comisario Mario Amaya a la entrada del estudio del artista, debido a un desequilibrio mental y emocional que sufría en ese momento. La pistola que no le mató colgaba del Caixaforum de Madrid hace 4 años.
Siempre sospeché que estaba viendo la tele en vez de vivir la vida
A raíz del atentado, Warhol declaró que "antes de que me disparasen, siempre pensé que estaba un poco más para allá que para acá. Siempre sospeché que estaba viendo la tele en vez de vivir la vida".
Finalmente, falleció inesperadamente en Nueva York el 22 de febrero de 1987, tras sufrir un ataque al corazón durante una operación rutinaria de vesícula biliar. Ese mismo año, de acuerdo a la última voluntad de Warhol, se constituyó la Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, una fundación que además de servir como representante legal de Andy, defiende su misión de espolear la innovación en la expresión artística y el proceso creativo y apoyar el trabajo de un valor experimental o rompedor.
35 años después de su muerte, Andy Warhol sigue siendo uno de los artistas fallecidos más rentables de la historia. Incluso, a raíz de su muerte, fue objeto de numerosas exposiciones, análisis, estudios, retrospectivas, libros, documentales e inspiración para la moda, como ocurrió con la colección textil de Pull&Bear, quien considera al artista como uno de los más influyentes del siglo XX.
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