Kate Middleton, la flamante duquesa de Cambridge, ha aterrizado este medio día en Copenhague para uno de sus viajes más interesantes de este año. Desde hace varios meses, y como ya detallamos en El Independiente, la duquesa de Cambridge está incrementando su agenda ejecutiva y, además de darnos agradables sorpresas - aún sonreímos al acordarnos de su concierto de Navidad donde tocó el piano-, está poniendo los cimientos de que será su proyecto estrella (y, probablemente, uno de sus grandes legados como royal): el Royal Foundation Center for Early Childhood, es decir, el Centro para la Primera Infancia de la Fundación Real.
Lo de la Royal Foundation es una fundación que comenzó su marido, el príncipe Guillermo, con su hermano Harry y que ahora pilotan Kate y Guillermo en solitario. Sirve para promover proyectos institucionales y sociales relevantes, como la lucha contra el estigma asociado a la salud mental o a las adicciones a las drogas. Kate ha aportado su granito de arena a la Fundación con un área específica dedicada a la primera infancia (0-3 años), algo en que está especialmente sensibilizada. En los últimos años ha desarrollado varios proyectos en este ámbito, pero en junio del 2021 anunció que iba a crear un centro de investigación específico.
Para coger ideas para su centro, Kate ha programado varias reuniones de alto voltaje y hoy ha viajado a Copenhague, la capital de Copenhague, porque el país es uno de los principales referentes en este área y la duquesa de Cambridge quería aprender y tomar notas. Hace días anunció el viaje con un simpático vídeo donde Kate construía una bandera danesa con piezas de Lego (Lego es una compañía danesa). Simpático y original.
Este medio día ha llegado a Copenhague en un avión regular de British Airways (que, por lo que ha publicado la prensa británica, siempre pendiente de la puntualidad, ha llegado con media hora de retraso por el mal tiempo). Kate Middleton ha sido recibida en el aeropuerto por el embajador británico, Dominic Schroeder. La duquesa de Cambridge iba impecablemente vestida con una chaqueta roja de tweed de Zara (que costaba unos sesenta euros), una blusa blanca de ME+EM, unos pantalones negros, un bolso de Aspinal of London y un collar y unos discretos pendientes de la marca danesa Maria Black. Lo de llevar una chaqueta roja con blusa blanca no ha sido casual: es un homenaje a la bandera de Dinamarca. Los royals británicos siempre hacen guiños a las banderas de los países que visitan con sus trajes.
El resultado, en el caso de Kate, ha sido perfecto: daba la perfecta imagen ejecutiva que se busca en estos casos. El maquillaje, además, era mínimo y muy discreto (¡bien!). Desde luego, Kate sabe comportarse con una verdadera royal.
Reunión profesional
En el aeropuerto, Kate se ha montado en un coche y ha puesto rumbo a la universidad de Copenhague para su primer evento: una reunión con investigadores del 'Proyecto de Salud Mental Infantil', entre ellos Mette Skovgaard Kaever, director del Centro para Intervención Temprana y Estudios Familiares.
No sabemos el contenido exacto de la reunión, pero la puesta en escena ha sido buenísima. Mesa sencilla, sin abalorios, con dossieres encima de la mesa. Perfecto. Reunión de pocas personas. Genial. No hacen falta esas mesas inmensas e impersonales con un montón de gente que nos sabes quiénes son a los que nos tiene tan acostumbrada nuestra familia real. En las imágenes se ha visto a Kate charlar e interactuar activamente con las personas que había en la mesa. Normalmente, cuando Letizia va a actos parecidos, se pone a mirar el dossier y a pasar páginas. O mira a la cámara para que le hagan fotografías. Y no comparemos los vídeos de una y otra Casas Reales: los británicos han hecho un vídeo corto, agradable y muy bien editado. Aquí tenemos imágenes interminables de Letizia saludando y diciendo "¡Hola!" mientras se escuchan multitud de ruidos de fondo.
Kate ha visitado luego el Museo Infantil en Frederiksberg, donde ha mantenido otra reunión. De nuevo reunión sencilla, con pocas personas (todas mujeres, por cierto) y en donde hemos visto a Kate muy atenta siguiendo las explicaciones. Bien, muy bien.
Se ha tirado por un tobogán
Han leído bien. Kate Middleton se ha tirado por un tobogán. Ha sido en la Fundación Lego en donde, por lo que hemos podido comprobar, tienen un tobogán gigante y cubierto de esos que parecen escaleras de caracol. Y sí, Kate se ha tirado por él. Ha sido una imagen divertida y simpática. Al aterrizar ha estado a punto de derrapar y de cometer un faux pas, pero ha parado a tiempo y ha acabado partiéndose de la risa.
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