Desde luego, Kate Middleton y el príncipe Guillermo de Inglaterra, los flamantes duques de Cambridge, no han empezado de la mejor manera su viaje oficial por el Caribe.
Siguiendo la tradición, este año en que se cumple el Jubileo de Platino de la reina Isabel II de Inglaterra (o, lo que es lo mismo, sus 70 años en el trono), la familia real se está embarcando en tours por todos los países de la Commonwealth. Desde el sábado, los duques de Cambridge están en Belize y en los próximos días los veremos en Jamaica y las Bahamas. Regresarán a Londres justo a tiempo para celebrar una gran misa en recuerdo del duque de Edimburgo, a la que asistirán miembros de las casas reales de toda Europa (Felipe y Letizia, entre otros muchos, ya están confirmados).
La misión política
El viaje de los duques de Cambridge al Caribe tiene una finalidad simbólica (reforzar los lazos de estos países de la Commonwealth con la corona) pero sobre todo política: hace cuatro meses aproximadamente, a finales de noviembre del 2021, Barbados decidió tras un referéndum convertirse en una república y dejar de tener a Isabel II como jefa oficial de estado. Muchos aún recordarán la imagen del príncipe de Gales atendiendo la ceremonia de traspaso de poder en Bridgetown, la capital de Barbados, un evento al que también asistió la cantante Rihanna, probablemente la ciudadana más famosa de la nueva república. En el acto, además, el príncipe Carlos pronunció un histórico discurso donde reconoció "la demencial atrocidad de la esclavitud" que sufrió durante siglos la pequeña isla caribeña (Barbados era el principal punto de encuentro entre Europa y Estados Unidos en cuanto a compraventa de esclavos se refería).
Todos fueron amabilidad y buenas palabras aquel día histórico --la reina Isabel II incluso envió una nota deseando "la mejor de las suertes" y "felicidad, paz y prosperidad para el futuro"--, pero no hay duda de que las alarmas se encendieron en Buckingham. La corte no quiere que el ejemplo de Barbados cunda y comience a haber un torbellino de nacimiento de repúblicas en las antiguas colonias británicas. Lo que significa que los tres estados caribeños donde Isabel II aún es la reina y jefa oficial del estado (Belize, Jamaica y Bahamas) tenían que resaltar su carácter monárquico y su unión a la corona. No es una tarea fácil, pero para eso han ido Kate y Guillermo precisamente.
No han empezado con buen pie
Pero no es que hayan empezado con buen pie. Los duques de Cambridge aterrizaron el sábado en Belize para dar comienzo a su viaje oficial, pero justo antes de que pusieran un pie en el país, las controversias ya habían comenzado. En principio, el primer día tendría que haber servido para reunirse con dignatarios internacionales, y entablar relaciones cordiales con el primer ministro John Briceno, pero lo que más destacaron los medios fue que un evento previsto para el domingo en un pequeño pueblo maya llamado Indian Creek tuvo que ser rápidamente descartado porque una docena de habitantes había protestado enérgicamente.
El origen del cabreo era que el helicóptero de los duques iba a aterrizar en un campo de fútbol cercano, una decisión que no había sido consultada con la población. Por lo que se pudo saber, los terrenos pertenecían oficialmente a Fauna & Flora Internacional, un grupo dedicado a la preservación del medio ambiente, pero los lugareños insisten en que son de su propiedad, que son territorios indígenas históricos, y no han dudado de hablar de imperialismo para referirse a las disputas. Viendo el tono que estaba adquiriendo la protesta, el palacio de Kensington, residencia oficial de los duques de Cambridge, hizo público un comunicado anunciando que la visita de los duques al lugar se había cancelado y que se estaba trabajando para sustituirla por otra actividad.
El príncipe Carlos está enfadado
No fue la única crítica que recibieron los duques. El mismísimo príncipe Carlos, príncipe de Gales y padre de Guillermo, cree que es un despropósito que los duques de Cambridge estén en el Caribe justo cuando él está a punto de comenzar un histórico viaje de estado por Irlanda. Parece que el palacio de Kensington y Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos, siguen con sus disputas de siempre a pesar de que en público todos intenten poner buena cara y dar muestras continuas de simpatía.
Quizás para olvidar todos los traspiés iniciales, Kate y Guillermo decidieron mostrar la mejor de sus sonrisas y se centraron en su agenda oficial. En cuanto aterrizaron, se enfundaron en trajes azules para homenajear a la bandera de Belize. Kate iba vestida con un traje chaqueta en azul cobalto forrado de encaje diseñado por Jenny Packham, una de sus diseñadoras de cabecera.
El primer día lo centraron en temas culturales y de sostenibilidad: fueron a visitar a un productor local de chocolate maya, pasaron unas horas conociendo la cultura Garifuna y luego se interesaron por los esfuerzos de conservación del fondo marino de Belize.
Jamaica y la sombra alargada de Harry
En los próximos días, los duques de Cambridge seguirán con la agenda repleta, aunque no hay duda de que muchos periodistas y analistas están esperando a que lleguen a Jamaica. No sólo porque, políticamente hablando, es la parte más complicada del viaje, sino porque el príncipe Enrique, Harry como lo llaman los ingleses, triunfó allí hace años, cuando fue en representación de su abuela durante los eventos de conmemoración del jubileo de diamante. Harry era por entonces una figura muy controvertida y muy pocos en Buckingham creían que pudiera sacar un viaje de estado adelante, pero el joven príncipe demostró que había heredado el carisma y la capacidad innata para entusiasmar a las masas de su madre, la princesa Diana. Harry bailó en una fiesta callejera, se abrazó a la viuda de Bob Marley y corrió una carrera con Usain Bolt. El resultado fueron fotos icónicas. Incluso Portia Simpson-Miller, entonces primera ministra y muy activista a a favor de que Gran Bretaña se disculpara por la esclavitud, fue todo sonrisas con el príncipe (incluso se abrazaron públicamente).
Es dudoso que los Cambridge se marquen puntos mediáticos a este nivel. Pero a lo mejor nos sorprenden. Tendremos que estar atentos.
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