El mundo de rock ha sufrido uno de sus golpes más duros e inesperados la noche del viernes. Taylor Hawkins, batería de los Foo Fighters, considerado uno de los músicos más brillantes de la generación, ha muerto en Bogotá a los 50 años, horas antes de que la banda actuara en el Estereo Picnic, un festival de música que se celebra a las afueras de la ciudad y donde la banda era cabeza principal del cartel.
"La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro querido Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre. "Nuestros corazones están con su esposa, hijos y familia, y pedimos que su privacidad sea tratada con el máximo respeto en este momento inimaginablemente difícil", ha comunicado la propia banda a través de su red social Twitter.
El artista fue encontrado muerto en el hotel Casa Medina, de la cadena Four Seasons, donde se hospedaba la banda. La prueba toxicológica que le practicaron mediante la orina, que ha hecho pública la Fiscalía 24 horas después, revela que Hawkins consumió 10 tipos de sustancias, entre ellas marihuana, antidepresivos, benzodiacepinas y opiáceos. Sin embargo, los médicos forenses continuan trabajando para esclarecer completamente los hechos que le llevaron a la muerte.
El público, que esperaba frente al escenario a que la banda estadounidense saliera a tocar, ha quedado asolado. Fue la organización del festival quien comunicó por las pantallas del recinto que por “situación médica de mucha gravedad” los Foo Fighters no iban a actuar, a la vez que el concierto de Black Pumas, programado en uno de los escenarios contiguos, empezaba con retraso. Fue este último grupo quien, al salir a actuar, anunciaron lo ocurrido y pidieron un minutos de silencio.
Poco antes de morir, el batería de 50 años se quejó de un "dolor en el pecho", tras lo cual pidió ayuda en su hotel. El establecimiento llamó a la ambulancia. Cuando esta llegó, el artista estaba inconsciente. Intentaron reanimarlo, pero ya era demasiado tarde.
En la hora establecida para el concierto de Foo Fighters, se comenzaron a encender velas y cinco minutos antes de la medianoche el festival homenajeó al músico mientras sonaba My Hero.
Taylor Hawkins sufrió una sobredosis en 2001
Taylor Hawins ya había sufrido una sobredosis en Londres en 2001 que le llevó a estar varios días en coma. Por entonces, reconoció que había llevado su adicción demasiado lejos. Confesó haber fantaseado con la idea de vivir rápido, morir joven y dejar un cadáver bonito como el propio Kurt Cobain. Además en una entrevista para una revista londinense, Hawkins dijo que no iba a predicar sobre el consumo de drogas porque el lo hacía a menudo y lo disfrutaba.
El batería deja una esposa, quien siempre le intentó ayudar con su adicción, y tres hijos.
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