'Aline', el surrealista biopic de Céline Dion que cuenta con la aprobación del público pero no de la cantante

Que a la directora francesa, Valérie Lemercier, la cantante no le diera su aprobación no le importó. Ella se guardó las espaldas, indagó e investigó y sus ansias por contar la vida de Céline Dion al mundo no le pararon para sacar una película sobre su vida. ¿Cómo lo hizo? Muy fácil, sustituyendo el nombre de Céline Dion por una tal Aline Dieu que le daría el cuerpo y alma al recorrido de la canadiense frente a la pantalla. Quizá esa sea la razón de que la película no tenga forzadas ataduras y se distancie y se acerque libremente por la vida de la artista, sin rendirle pleitesía y con una ironía poco común.

Excepto el pequeño detalle, el resto del film es todo igual, desde su infancia hasta su historia de amor, sus éxitos y sus tragedias, incluidas las canciones. Sí, Céline no ha autorizado el rodaje pero sus canciones aparecen tal y como las hemos escuchado. El truco está en que la cantante no compuso esas canciones, y por esa razón, la directora francesa ha podido conseguir los derechos para introducirlas en la película, usando la voz de Victoria Sio que es escalofriantemente similar a la de la canadiense.

En el film se combinan verdaderos pasajes de la vida de Céline Dion con otros que sólo existían en la mente de la directora y ahora en la de todos los espectadores. La cantante canadiense fue la pequeña de una numerosa familia de 14 hermanos, es un dato verídico. Y también que actuaba con ellos en fiestas y ferias hasta que comenzó a cantar profesionalmente en solitario gracias ale empeño de su madre.

Por supuesto, no podía faltar el desarrollo de aquella mujer que empezó a triunfar en Quebec y el resto de Canadá y rápidamente saltaría a los países francófonos, donde ganó el Festival de Eurovisión representando a Suiza en el año 1988 con su Ne Partez Pas Sans Moi. Así, se fue ganando al mercado anglosajón hasta convertirse en una de las cantantes más populares del mundo, con más discos vendidos.

La responsable de todo este surrealismo es Valérie Lemercier, cómica, actriz y una ‘Penélope’ en Francia después de que protagonizara la exitosa saga de Los Visitantes. Deambulando en un difícil equilibrio entre la ironía y la ingenuidad, Lemercier se empeña en ser Céline durante toda la película. Y lo hace literalmente, porque gracias a la tecnología, mediante efectos especiales y una reducción de cuerpo digital, la directora interpreta a la artista hasta cuando empieza a dar sus primeros pasos como cantante. Además, su visión cómica realza las escenas románticas, puntualizando una en concreto, cuando Aline se atraganta con un anillo de compromiso que le colocan en un helado. Sin embargo, Lemercier se explica en que el film está centrado en la relación romántica que tuvo con el que la canadiense consideraba el amor de su vida, su marido René Angélil, sin considerarlo parodia.

"No, no, es una película que hay que tomarla en serio. No es mi tono habitual, y aunque sí que hay humor no hay burla y no hay parodia. Hay cosas que son divertidas, porque eso está bien, pero hay que ser sinceros y los personajes quería que fueran sinceros y verídicos, por eso busqué a actores de Quebec, porque ellos son de allí y eso les daba un aspecto más verídico y estoy orgullosa de ello", cuenta Lemercier, ganadora del Cesar (el Goya francés) por este papel a Mejor actriz protagonista.

Mientras que la respuesta del público ha sido extraordinaria, convirtiéndose en número 1 y recaudando más de 10 millones de euros desde su estreno el pasado miércoles 13 de abril, la familia de Céline Dion no ha dado su beneplácito, mostrándose totalmente reticente al film. “No reconozco el lenguaje, no reconozco a mi familia, no reconozco mis raíces”, dijo Claudette Dion -hermana de Céline- en una radio de Quebec junto a su hermano Michel. Los dos se mostraron disgustados con el tono humorístico que le dio la directora y afirmaron que “varias escenas van demasiado lejos”, apuntando que “mi madre nunca le habló así a René. Nos retrata como a una panda de cascarrabias sin clase”.

Pero es que a Valérie le encanta mostrar la intimidad de los famosos, y enseñar otros aspectos de su vida desconocidos para la sociedad común. Ya lo había hecho en Palacio Real, donde hablaba de la vida íntima de la princesa Diana, y no quería dejar pasar la oportunidad de hacerlo con Céline, querida en Francia desde pequeña. "Estoy muy contenta porque Céline tiene un club de fans enorme y los fans han entendido que yo iba a favor de Céline, no en contra. Los fans lo han entendido perfectamente. La gente no conocía su historia de amor, y esta al fin y al cabo es una película de amor y también de admiración, es importante saber admirar".

Aunque no contaba con la respuesta afirmativa de la familia Dion, sí lo hacía de la asistente de la cantante: "Le encantó y me dijo que había sentido que había mucho amor en el proyecto pero Céline no leyó el guion y, al menos hasta el momento, no ha visto la película. Tampoco se interesó por saber qué actores interpretarían a las personas de su entorno ni ha querido conocer más detalles", aseguraba.

Lo que le animó a la francesa a realizar la película fue el fallecimiento de René, y verla dar sus primeros pasos sin su marido: "Empecé a pensar en ella como mujer y no como cantante. He querido hablar de lo que supone ser mujer y artista, y de cómo no todo el mundo está tan bien acompañado como estuvo ella. Muchos artistas desearían alguien como René a su lado, porque muchos han tenido relaciones tóxicas, y creo que la fuerza de Céline Dion radica en esas personas que la rodean, su marido y su madre", expresaba manteniendo que la película es más bien un homenaje a la artista y esperando que esta lo pueda entender y no lo vea desde la perspectiva de parodia o sarcasmo.