Ver las películas con una sincronización confiable entre el sonido y la imagen pasó de ser algo sumamente inalcanzable a convertirse en una relidad cinematográfica, comercialmente práctica, y un fénomeno global nunca antes visto. Aunque en Europa se introdujo de la mano de la desconfianza y el miedo a que centrarse en los diálogos trastornaría la principal virtud estética del cine mudo, con Estados Unidos pasaría precisamente lo contrario, catapultando a Hollywood a uno de los sistemas culturales y comerciales más potentes del mundo. 122 años después será la industria cinematográfica más mencionada mundialmente quien, con la ayuda del director Damien Chazelle, contará la historia de cómo “el padre del cine moderno” lidió con la transición del cine mudo, con Chaplin como icono, al cine sonoro que podemos ver y escuchar todos hoy.
Damien, director de las galardonadas La La Land y Whiplash viajará junto con Justin Hurwitz como responsable de la música, a los orígenes de Hollywood en los que una estrella cinematográfica es incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos. Para nadie fue fácil pasar de actuar a través de la mímica a tener que hacerlo proyectando la voz, y mucho menos para Charles Chaplin (Londres, 1889) después de treinta y cinco cortometrajes sin sonido, pero entonces llegó El Gran Dictador (1940). Su primera película hablada resultaba un desafío contra el nazismo y, casualmente, filmada y lanzada un año antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un acto de valentía. Fue prohibida en España por su contenido y no se estrenó hasta 36 años después, en 1976, cuando Francisco Franco ya había fallecido. Ese papel será interpretado por Toby Maguire, quien dejará a un lado a su Spiderman para protagonizar la película que promete darle su primer Oscar, Babylon, que prevé estrenarse el próximo 25 de diciembre.
Maguire podrá sumirse en el mismo personaje que el propio Charlot se creó. Símbolo del humor y el cine mudo, uno de los hombres más reconocidos de la cinematografía mundial. Su debut, en Ganándose el pan y su retirada, tras El vagabundo caballero, donde hace una reaparición desde su casa de Suiza después de haberse exiliado por una serie de problemas políticos que lo involucraban con el comunismo y con la realización de actividades estadounidenses. Allí pasó el resto de sus años. A lo largo de su vida recibió multitud de reconocimientos y nominaciones. Entre ellos el Oscar Honorífico en 1928 y 1972, caballero de la Orden del Imperio Británico en 1975 y su correspondiente estrella en el Paseo de la Fama en 1970. Charles Spencer Chaplin falleció el Día de Navidad de 1977.
Chaplin fue precedido por John Gilbert (Utah, 1987), aunque no llegó a alcanzar los logros del londinense en el cine sonoro, no solo debido a su temprano fallecimiento sino por ser la época que marcó el declive de su carrera. Brad Pitt será el John Gilbert del siglo XXI en la nueva película, donde se ensimismará en la fracasada vida del conocido como "el gran amante" que rivalizó contra el Rodolfo Valentino más taquillero.
John Cecil Pringle, como señala su partida de nacimiento, siempre vivió rodeado con el aroma hollywoodiense. Sus padres eran actores de una compañía teatral y durante su infancia tuvo que luchas contra el abuso y la negligencia, hasta que siendo adolescente llegó a Hollywood. En Metro-Goldwyn-Mayer (compañía estadounidense de producción y distribución de películas de cine) se convirtió en una gran estrella, donde protagonizaría éxitos como His Hour, He Who Gets Slapped y The Merry Widow. Pero la misma productora que lo llevó a la cumbre, le llevaría también al declive Gilbert chocaba con frecuencia con el jefe del estudio Louis B. Mayer por asuntos creativos, sociales y financieros, llegando incluso a tener un pelea a puñetazos. Pero aunque muchos pensaban que esa lucha había sido el comienzo de su caída, todo señala a que la verdadera razón fue la llegada del sonido. El actor habló por primera vez en el musical sonoro Hollywood Revue of 1929. Los críticos no notaban problemas con su voz, e incluso algunos lo elogiaban, pero sí les chirriaba su voz tenor con la imagen gallarda en la pantalla.
Después llegó His Glorious Night (1929), lo que incentivó las risas de los espectadores por el personaje interpretado por Gilbert. En una escena, Gilbert besa a la protagonista mientras repite una y otra vez "I love you". Esta escena fue posteriormente parodiada en el musical de la MGM Cantando bajo la lluvia. Y aunque en sus películas posteriores Gilbert consiguió mejores papeles, su carrera nunca se recuperó de este desastre. La situación se sumo a su adicción al alcohol, la cual había dañado seriamente su salud. Así, John Gilbert terminó muriendo de un infarto agudo de miocardio sin haber conseguido reavivar su carrera.
Clara Bow (Brooklyn, 1905) llegó un poco más tarde, aunque no se quedó atrás. Ella también aparecerá en Babylon, interpretada por Margot Robbie. La arquetipo de flapper y It Girl original, poseedora de uno de los rostros más bellos de su época, fue incapaz, a diferencia de sus compañeros, de adaptarse al cine sonoro.
La actriz hizo su primera aparición en el cine mudo con Down to the Sea in Ships, y a partir de ese momento aparecería en multitud de papeles secundarios en películas mudas. Entonces, decidió probar suerte en Hollywood, donde gracias al productor B. P. Schulberg consiguió varios pequeños papeles por los que fue elegida una de las WAMPAS Baby Stars en 1924. Llegó a la cima 3 años más más tarde con Ello, It en inglés, pero su inestabilidad emocional, fruto de tantos sucesos horribles en su infancia, comenzó a mermar las fuerzas de Bow, que además tuvo que soportar la humillación de que los estudios Paramount cancelaran sus películas y le reclamaran el dinero de los vestidos que se quedara de los rodajes, acabó con su carrera. Altamente reconocida además por protagonizar la película Alas, que ganó el primer Oscar de la historia a la mejor película.
La llegada del mundo sonoro al cine
Probablemente, la etapa de mayor intensidad creatividad e inventiva de la historia del cine se produjo en el período 1927-1933, en el traumático tránsito del cine mudo al cine sonoro. A finales de los años veinte del pasado siglo el cine mudo había alcanzado su máxima perfección estética.
Por un lado, el arte de la fotogenia y el lenguaje de las luces, las sombras y los claroscuros habían convertido al cine en una arte plástica de gran madurez. Por otro, la agilidad en la combinación de los planos había adquirido una gran sofisticación.
Después de multitud de ensayos poco fructíferos y debido en parte a la gran competencia comercial de la radio, Warner Bros. consiguió imponer el éxito del cine sonoro con la película musical El cantor de jazz, estrenada en Nueva York en octubre de 1927 con acompañamiento de discos de gramófono sincrónicos con la imagen. Este éxito comercial supuso una revolución para la industria, el comercio y el arte cinematográficos, acompañada de bastante desconcierto. Los estudios tuvieron que insonorizar sus paredes y equiparse con nueva tecnología acústica, las salas de exhibición tuvieron que añadir amplificadores sonoros y altavoces; y Hollywood se enfrentó al reto que suponía que en la mayor parte de sus mercados el público no entendía el inglés, al mismo tiempo que actores con voz poco “fonogénica” tuvieron que abandonar los estudios.
Estos cambios, traumáticos para muchos, supusieron una grave regresión estética -perfectamente reflejada en Cantando bajo la lluvia-, ya que la cámara tuvo que encerrarse en un pesado blindaje insonoro que impidió su movilidad y la anterior libertad del montaje de los planos tuvo que subordinarse a la longitud de los diálogos. El resultado de todo ello se tradujo en la predominancia de un paralítico teatro. Pero algunos directores, como René Clair, King Vidor, Fritz Lang, Josef von Sternberg, Carl Dreyer, supieron descubrir la “poesía del sonido”, más que como acompañamiento a la ilustración de las imágenes. Estos, descubrieron el dramatismo o la poesía de los ruidos -el chirriar de los neumáticos en una persecución, el chapoteo de los pies en el agua, el cantar de las gaviotas y, en el plano humano, desvelaron el dramatismo de unos sonidos que no existían en el teatro: el suspiro, el susurro y el gemido-. También se descubrió, por contraste, el dramatismo del silencio.
Sobre la película, aún no se han visto vídeos ni trailer al respecto, lo único que se sabe es que saldrá a las pantallas el día de Navidad y a Brad Pitt, Margot Robbie y Toby Maguire les acompañarán Katherine Waterston, Li Jun Li, Olivia Wilde, Max Minghella, Samara Weaving, Eric Roberts, Lukas Haas, Rory Scovel, Jovan Adepo, Damon Gupton, entre otros.
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