A pesar de que no hay duda de que queda mucho, muchísimo por hacer en lo referente a los derechos de las mujeres en Qatar, al menos las primeras damas del país se esfuerzan por romper moldes y reclamar una presencia pública y un protagonismo propio que no suele ser habitual en otras familias reales de Oriente Medio. Ya lo vimos hace año con la (glamurosa) jequesa Mozah bint Nasser Al-Missned y lo estamos viendo ahora con su nuera y actual primera dama del país, la jequesa Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani, de viaje oficial por España junto a su marido.
Es bastante poco lo que sabíamos de ésta última y, de hecho, no la habíamos visto apenas hasta que no ha bajado del coche esta mañana en el Patio de Armas del Palacio Real de Madrid para la bienvenida oficial de los jeques de Qatar, que comienzan hoy su visita oficial. Una visita que a nadie se le escapa que es de alto voltaje político o, cuando menos, energético. En un momento en que la guerra de Ucrania ha reventado todos los precios de la electricidad y además, como ha explicado detalladamente nuestro compañero Francisco Carrión, estamos en medio de una gran crisis diplomática con Argelia (hasta ahora nuestro principal socio gasístico), en medio de esta coyuntura, insisto, hemos de recordar que Qatar es, casualmente, el mayor exportador de gas licuado del mundo.
De hecho, ya son muchos los países europeos que están comenzando a cortejar al jeque y su esposa: además de España, está previsto que visiten Reino Unido y Alemania los próximos días. Y este mismo lunes, el presidente de Eslovenia, muy preocupado por el corte de gas ruso, ha hecho público que: "consideramos muy importante tener a Qatar como un amigo que puede ayudarnos a satisfacer nuestras necesidades de petróleo y gas".
No extraña, por tanto, que se haya deslizado la mejor de las alfombras rojas para recibir a la pareja. Aunque también hay que apuntar que el interés, hasta cierto punto, es mutuo: no hay duda de que hay muchos intereses energéticos en juego, pero también es verdad que Qatar lleva mucho intentando consolidar su posición como nuevo líder de la región del Golfo Pérsico, y no sólo en cuanto a poderío económico se refiere. También quieren proyectar una imagen de modernidad, lujo, sofisticación, multiculturalidad y tolerancia religiosa. En una palabra, progreso.
No olvidemos, por ejemplo, que a finales de este año, Qatar será el anfitrión del Mundial de Fútbol. También que Qatar Airways está considerada la mejor aerolínea del mundo y que la cadena Al Jazeera, el mayor conglomerado mediático del mundo árabe, tiene su sede en Doha. Por no decir que Harrods, el famoso gran almacén de Londres, pertenece al gobierno de Catar desde el 2010 y que la familia real qatarí compró en el 2012 la firma de moda Valentino. Los intentos por explicar en todo el mundo que Qatar es un país moderno --o que, al menos, se está modernizando a toda prisa-- son intensos. Y en este punto, el papel de las jequesas es clave.
Primer acto internacional de la jequesa de Qatar
Lo hemos visto hoy cuando la joven jequesa de Qatar ha participado en la bienvenida oficial del Palacio Real. Nada de velos cubriéndole la cabeza, aunque como manda la tradición islámica, no ha enseñado ni un trozo de brazo ni de pierna y ha llevado puesto un largo abrigo ancho. La jequesa llevaba una camisa y unos pantalones de lentejuelas blancos; el abrigo, de tweed blanco, lo firmaba Chanel. Portaba también pendientes de diamantes y un bolso de Hermès (el famoso modelo Kelly, pero en su versión pequeña).
Curiosamente, éste es el primer acto internacional donde participa la jequesa y también el primer acto fuera de Catar donde acompaña a su marido, el emir. Es, por tanto, la mejor oportunidad de conocer a esta mujer hasta ahora prácticamente desconocida y de la que seguimos teniendo pocos datos. Sabemos tan solo que Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani es la primera de las tres esposas del emir y que es hija del jeque Hamad bin Suhaim Al Thani, un antiguo ministro de Estado, y de su primera esposa, la jequesa Hessa bint Ahmad Al Thani. Sabemos también que en el 2005 se casó con Tamim, su primo segundo y por entonces heredero. Ambos tienen cuatro hijos: Almayassa, Hamad, Aisha y Jassim. Las otras dos esposas del emir son Anoud bint Mana Al Hajri (la boda fue en el 2009 y tienen tres hijos) y Noora bin Hatahl Al Dosari (con quien se casó en el 2014 y con quien tiene cuatro hijos más).
La suegra y anterior primera dama
Si a Jawaher no la conocíamos apenas, a su suegra y madre de Tamim, Moza bint Nasser, tuvimos ocasión de verla en un brillante viaje de estado que el entonces emir de Qatar Hamad bin Khalifa Al Thani hizo a España en el 2011. La jequesa aprovechó para lucir trajes de ensueño y dejar claro que era una de las mujeres más glamurosas y elegantes del mundo. Además, por lo que pudimos saber entonces, la entonces jequesa Moza desarrollaba --y sigue haciendo-- un gran papel para impulsar la educación en las mujeres de su país (ella misma había estudiado sociología en la universidad de Qatar).
La jequesa Moza nació el 8 de agosto de 1959 en la ciudad costera de Al Khor y, según las malas lenguas, su familia era rival del emir o, al menos se decía que su padre era oponente al régimen del jeque Khalifa bin Hamad bin Abdullah Al-Thani, abuelo del actual emir. Sea como fuere, la verdad es que las diferencias no debieron ser tan irreconciliables cuando Moza se acabó casando en 1977 con el entonces príncipe heredero Hamad. En aquel momento era la segunda de las tres esposas del príncipe. Juntos tendrían siete hijos. El actual emir de Qatar, Tamim bin Hamad bin Khalifa Al-Thani, es su primer hijo varón (antes que él había tenido a una niña, la jequesa Jasim bin Hamad bin Khalifa Al-Thani).
Dos décadas más tarde, cuando Hamad bin Khalifa Al-Thani se convirtió en el nuevo emir, ella comenzó a adquirir más presencia internacional, algo poco frecuente entre mujeres de Oriente Próximo. Incluso acudía con su marido a reuniones de líderes del Golfo Pérsico, un movimiento que tenía pocos precedentes. Muchos analistas consideran que, de hecho, fue ella quien más ayudó a que Qatar se abriera al mundo y se modernizara y atrajera inversores y turismo internacionales.
Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que fue ella quien, en 1995, creó la Fundación Qatarí para la Educación, la Ciencia y el Desarrollo Comunitario, y quien presidió la Fundación para la Democracia Árabe. Fue ella quien se empeñó en que Qatar tuviera las mejores clínicas e inauguró en el 2002 la Escuela Universitaria de Medicina Weill Cornell (en colaboración con la ultraprestigiosa universidad Cornell de Estados Unidos). También es presidenta de honor del Centro de Investigación Sidra, centrado en la salud de las mujeres y los niños.
Los esfuerzos de la jequesa de Qatar en favor de la educación son de sobras conocidos y le valieron el nombramiento en el 2003 de Enviada Especial de la UNESCO para la Educación Superior. También fue ella quien impulsó el canal infantil de Al Jazeera y Education City, un gran campus universitario en Doha que incluye sedes de ocho universidades internacionales, entre ellos el University College London, el HEC Paris, Georgetown y Carnegie Mellon.
También dicen que fue ella quien estuvo detrás de las maniobras para que su marido abdicase en su hijo, aunque no hay ni una sola prueba y puede que se le acuse a ella por pura misoginia. Lo que sí que es cierto es que el anterior emir abdicó casi por sorpresa y Tamim se convirtió en emir en el 2013, cuando tan sólo tenía 23 años.
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