La Gioconda, uno de los principales reclamos del Museo del Louvre, fue objeto este domingo de un ataque por parte de un visitante que lanzó una tarta contra el cristal que protege la obra de Leonardo da Vinci al grito de "piensen en la Tierra, hay gente que está destruyendo la Tierra. Todos los artistas piensen en la Tierra". El atacante, camuflado con una peluca negra y en silla de ruedas, fue reducido inmediatamente por la seguridad de la pinacoteca y expulsado del lugar. La obra no ha sufrido ningún daño.

La mancha blanca de tarta sobre el cristal fue recogida por los numerosos visitantes que rodeaban el cuadro en una imagen difundida en las redes sociales, que ya supera el millar de reproducciones. "Un hombre vestido como una anciana acaba de levantarse de una silla de ruedas para intentar romper el cristal a prueba de balas que protege a la Mona Lisa y lanzar un pastel al óleo, untándolo y tirando también a su alrededor pétalos de rosa hasta que ha sido abordado por los agentes de seguridad del museo".

Pero este no es el primer ataque que sufre la obra. En 1956, un hombre atacó el cuadro con ácido, dañando su parte inferior, y ese mismo año, la obra del polímata florentino del Renacimiento italiano, volvió a ser atacada por un pintor boliviano que lanzó una piedra contra el óleo. Antes, en 1911, París se convirtió en el escenario del robo que cambiaría -posiblemente- la historia del arte. La Mona Lisa desapareció, a plena luz del día y estuvo oculta durante dos años en un armario.

En 1974, una mujer uso un spray de pintura roja contra la pintura mientras se exponía en el Museo Nacional de Tokyo. Este altercado condujo a los responsables del Louvre a decidir que la obra nunca más saliera del museo parisino, y a proteger el lienzo con un cristal blindado a prueba de balas. Sin embargo, los ataques al 'tesoro' Da Vinci no cesan. En agosto de 2009, una turista le lanzó una taza de té.