Malik Oussekine era un chico francés de origen argelino, estudiante de la Escuela de Graduados en Profesiones Inmobiliarias (ESPI), pero con unas ansias imparables de convertirse en sacerdote. Tenía 22 años y era extremadamente familiar, el más cercano, sin duda, en un hogar construido por una madre y sus cuatro hermanos. Su constante lucha por demostrar que era francés y sus muchas cualidades no combatieron el suceso que la familia tuvo que vivir aquella fatídica noche de 1986. El intento de justificación de un asesinato policial desentraña la vida de Malik y la gestión de las autoridades francesas en una serie de cuatro episodios que se puede encontrar entre las producciones de Star+ (Disney+).
El caso Oussekine se remonta a la Francia de François Mitterrand, la de la inmigración empobrecida, la de la lucha económica. El republicano francés tuvo que lidiar por primera vez con las fuerzas del Frente Popular, presidido por Jacques Chirac, para afrontar los graves problemas que se le venían. La decisión de elegir a la extrema derecha conllevó a una recesión económica que dificultó el asentamiento de migrantes argelinos -principal comunidad migrante de Francia tras su independencia-. Para Chirac no fue suficiente y endureció aún más las medidas migratorias, creando un sentimiento de rechazo en los argelinos que llevó a llamarles Français de papier (francés de papel). Pero además, paralelamente, la situación en Argelia debido al descenso del petróleo, la pobreza, y la expansión demográfica, se entorpecía cada vez más.
Los problemas se agravaron con una manifestación provocada por estudiantes franceses en protesta contra la Ley Devaquet, un proyecto introducido por el Ministro de Educación Superior e Investigación de Chirac que pretendía reformar la Universidad, seleccionando estudiantes a la entrada de las universidades y poniéndolos en competencia. Ahí entra en juego Malik Oussekine.
La serie muestra la noche de esa manifestación en la que miles de estudiantes que desaprobaban la ley de Alan Devaquet fueron perseguidos por las autoridades francesas. Malik era estudiante, pero no participaba en la concentración, ni siquiera sabía qué ocurría. Él solo salía de un club de jazz que frecuentaba habitualmente, localizado en la misma calle. Esa misma noche, dos policías lo mataron a porrazos.
Su muerte se convierte en el clímax de la producción de Disney, que continúa con el dibujo de una línea de tiempo con flashbacks adecuadamente colocados que enseñan el trasfondo de los Oussekine.
El proyecto de la ley Devaquet fue retirado el 8 de diciembre de 1986.
"No importa lo que hagan, siempre serán ciudadanos de segunda"
Los padres de Malik migraron desde Argelia a la capital francesa. Allí se formaron como lo que creerían que sería una familia feliz. El padre de Malik murió de un infarto tras no encontrar solución a sus problemas económicos, después de descubrir que su primo le había estafado. Entonces la madre, Aïcha (Hiam Abbas), junto a su padrastro Miloud (Slimane Dazi), hicieron todo lo posible para cuidar de Malik -el más pequeño-, Ben Amar (Malek Lamraoui), Mohamed (Tewfik Jallab), Fatna (Naidra Ayadi) y Sarah (Mouna Soualem).
El pequeño de la familia llegó a renunciar a muchos aspectos de sus raíces para sentirse más integrado en Francia. Incluso, quería convertirse al cristianismo por tener una religión en la que pudiera rezar en su idioma. Al final fue una de esas víctimas que dan significado a la afirmación "no importa lo que hagan, porque siempre serán 'ciudadanos de segunda'".
"Mis hijos creen que son franceses. Es culpa nuestra por hacerles creer que esto era posible", expresa Aïcha en la serie, haciendo una demostración más de esa desoladora y extendida relación entre brutalidad policial y xenofobia.
Pero sobre todo, hace hincapié en la gestión política y judicial, quienes se esforzaron por buscar cualquier excusa para evadir responsabilidades y justificar el asesinato, para no culpar al cuerpo que le había matado. La justicia de Francia evidenció ser una absoluta broma, después de intentar amañar todo de una manera casi psicópata. El jefe de policía nombra en el juicio que "si condenan a aquellos que nos protegen, entonces dejarán de hacerlo" -en referencia a sus acusados-. Una amenaza que se queda a medio camino después de que la hermana de Malik le responda que le protegen a él, "pero no a nosotros".
En la serie dejan ver cómo el hermano de Malik, Ben Amar, cuando acude a testificar, revela que su hermano tiene una insuficiencia cardíaca y la policía hace uso de ese alegato para argumentar la muerte del joven.
Muerte de Malik y dimisión de Alan Devaquet
La noche del 5 al 6 de diciembre la CRS (Policía Nacional de Francia) estaba evacuando a los grupos de estudiantes que dormían dentro de la Sorbona, mientras realizaban rondas para buscar a los supuestos breakers. Entonces encuentran a Malik Oussekine, que sale del club de jazz y comienzan a perseguirle. En la persecución el joven encuentra a Paul Bayzelon, de 26 años, un funcionario del Ministerio de Finanzas, que regresa a casa, en el número 20. Malik le pide por favor que abra la puerta, con intención de salvarle de los policías. Paul lo hace. Pero uno de los policías logra colarse dentro y comienza, junto a su compañero, a patear y dar porrazos a Malik en el estómago y en la espalda -los detalles se recogen en el testimonio declarado por Bayzelon en el juicio- y entonces cae al suelo, donde siguen golpeándole. Paul Bayzelon intenta ayudarle, pero también recibe porras. A Malik le transportan inconsciente al Hospital de Cochin, donde muere a causa de sus heridas.
A la mañana siguiente, un sábado, Jean-Louis Bianco, secretario general del Elíseo, informó a Jean-Christophe Cambadélis , ex presidente de UNEF-ID de la muerte de Malik Oussekine. Encuentran una manera de contactar a los responsables del comité de huelga de Dauphine y decirles que el estudiante es de Dauphine, para que puedan reaccionar. De inmediato deciden organizar una marcha silenciosa. Esa misma mañana, 6 de diciembre, Alain Devaquet , conmocionado por la violencia policial, dimite. Hubo hasta dos marchas más.
La familia de Malik estuvo luchando durante toda la etapa judicial por resolver el caso y protestar por él. Pero lo más destacable es cómo lleva su hermana, Sarah Outssekine, esa rebelión dentro de un núcleo familiar donde los hombres siempre habían llevado la voz cantante, a pesar de haberse criado en una cultura más cristiana.
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