Dermatóloga, médica adjunta del Hospital Universitario Ramón y Cajal y coordinadora científica del Máster Internacional de Dermatología Estética de la Universidad de Alcalá. Esta pamplonesa de 37 años, desde su juventud, supo que quería especializarse en la medicina estética. Y así lo hizo, hasta consolidar su carrera y lanzar como espejo público un libro donde Natalia Jiménez (Pamplona, 1985) enseñaría los conocimientos básicos sobre el actualmente llamado skincare.

Las dudas de sus pacientes sobre el cuidado de la piel y las compras de cremas innecesarias le pusieron la miel en los labios para crear una guía sencilla que aclarara dudas comunes sobre el cuidado de la piel. Y, como hemos dicho, la terminó estableciendo bajo el nombre Ponte en tu piel. En ella, cuenta con lujo de detalles los errores y soluciones que tenemos para ayudar a lucir una piel bonita. "Todos envejecemos, pero es posible hacerlo de forma sana y natural", narra la tapa trasera del libro que ha realizado junto a Penguin Random House.

La melanina que formamos en la exposición al sol es un mecanismo de defensa de nuestra piel

La piel es el órgano más grande y visible del cuerpo y sin embargo, no es al que más cuidamos, aunque Natalia tiene la sensación de que "cada vez la población está más formada, más informada sobre los productos que funcionan, sobre cómo poner una crema solar. Desde hace diez años para acá, cada vez tenemos un mayor conocimiento", opina. Aun así, podríamos decir que nos queda mucho por aprender.

Explicación de los diferentes fototipos de nuestra piel. Por Natalia Jiménez

Lo básico para empezar con el cuidado es saber la limpieza que necesita tu piel y protegerla de la radiación solar. "El bronceado nunca debe ser sinónimo de algo saludable" cuenta, y añade que "el bronceado depende del fototipo y hay personas que tienen una capacidad muy alta para formar melanina, por lo tanto se broncean con mucha facilidad. Hablamos de fototipos IV, V... y luego hay otros, por ejemplo el fototipo I y II, que por más que se expongan al sol no se van a broncear. Hay que saber que la melanina que formamos en la exposición al sol, es un mecanismo de defensa de nuestra piel, indica que hemos estado al sol más de lo debido y por eso se forma la melanina, por lo tanto decimos que el bronceado por ese mecanismo nunca es saludable. El hecho de tumbarnos al sol para broncearnos nunca es saludable", insiste.

"Cuando tú te bronceas mucho, aunque sea una piel oscura, quiere decir que no te has protegido bien del sol. Aquí lo ideal es buscar un fotoprotector de amplio espectro, que quiere decir que sea aquel que nos protege no solo frente a los rayos ultravioleta de tipo B (UVB). Esa protección contra el ultravioleta B es la que aparece en el envase reflejada con un número, que puede ser el 50, 30, 20, pero luego eso se queda corto, es decir, eso solo indica una protección frente a un tipo de radiación. Lo ideal es que nuestra crema de sol tenga también protección frente a los ultravioleta de tipo A (UVA), frente a los infrarrojos y luz visible". Por eso los dermatólogos siempre suelen recomendar los índices de fotoprotector más altos posibles.

La importancia del medio asiático en la protección solar es algo que en España deberíamos adaptar

Natalia aboga por los bronceadores y maquillajes corporales. Aunque sabe que no es lo mismo. Pero eso tiene una razón: "Aún en la sociedad está muy instaurado el concepto de que bronceado es igual a 'has tenido unas buenas vacaciones, te lo has pasado bien', pero realmente saludable no es. Incluso en los anuncios de fotoprotectores, muchas veces el modelo que lo anuncia está bronceado. Es contradictorio. En cambio, el mercado asiático es totalmente opuesto, el bronceado para nada se sociabiliza, todo lo contrario". Esto es precisamente lo que narra de forma detallada en su libro. En nuestra cultura occidental suele identificarse el estar bronceado con un estado saludable o incluso como sinónimo de belleza, todo lo contrario a la cultura oriental.

La cosmética coreana vs. el tiempo

La cosmética coreana es la reina del skincare por excelencia. Los beneficios antienvejecimiento que utilizan en una rutina que practican como si de un ritual se tratara han traspasado la frontera hasta llegar a diferentes partes del mundo e imitar el cuidado facial como lo hacen allí. Sin embargo, Natalia Jiménez da un golpe de realidad hacia esas rutinas: "Invertir tanto tiempo en el cuidado de la piel es muy difícil de seguir. Es difícil ser muy constante, imaginemos, seguir diez pasos de rutina del cuidado facial por la mañana y diez por la noche. Fallas, lo acabas abandonando... Por eso, yo como médico, me pongo en la realidad de los pacientes y el poco tiempo que a veces tienen, no lo veo muy fácil de llevar a la práctica. Yo opto por rutinas más minimalistas". Aunque no descarta que la importancia del medio asiático en la protección solar es algo que en España deberíamos copiar o adaptar.

Pero es difícil. España tiene unas 2.500 horas de sol anuales. Este nivel de insolación hace que nuestro país sea un lugar perfecto para que podamos generar nuestra propia energía gracias a la instalación de placas solares, pero no tan idóneo como para seguir a raja tabla el cuidado de la piel. La solución está en "echarse protector cada dos o tres horas". Aunque en invierno no es tan importante "salvo en personas que tengan algún tipo de mancha, que llamamos melasma, que si que ahí es muy importante la fotoprotección y reaplicarlo también en invierno para evitar que esa marcha se marque".

En su libro narra que las manchas de la piel no sólo aparecen con el sol, sino que también son producidas por diversos factores como el estrés, la falta de sueño y la contaminación: "La contaminación actúa en la piel por el contacto. Ahí la clave es la limpieza de la piel mañana y noche y emplear productos antioxidantes, que evitan la oxidación de la piel". ¿Cuáles son esos productos? "La vitamina C o el ácido ferúlico". Aunque sin duda, como explica ella, "dormir ocho horas sí es un buen truco de belleza".

Usar obligatoriamente crema después de un sérum es un mito muy extendido"

Natalia además nos revela los principales errores que cometemos en el cuidado de la piel. Uno de ellos es "no limpiar la piel por la mañana". "Consideramos que la piel como hemos estado durmiendo está limpia y no hace falta ese paso de limpieza, y la verdad es que sí que es necesario porque durante la noche nuestras células, las glándulas sebáceas producen grasa y eso hay que eliminarlo de la superficie de la piel y también las cremas que nos hemos puesto por la noche. Otro fallo importante es no usar la protección solar o usarla de manera irregular, y un tercer fallo quizá sería usar productos que no nos hacen falta, llenar nuestro día a día de productos que no tienen un ingrediente de interés muy claro y que no va a tener un efecto muy claro en nuestra piel". Natalia cuenta que hay un mito muy extendido que es que después de usar un sérum, hay que usar obligatoriamente una crema. En ese caso estás añadiendo un producto que en algunas pieles no hace falta. También ocurre con la percepción de tener que usar un tónico después del jabón de limpieza y no, tampoco es estrictamente necesario.

Fumar: dos años y medio mayor

La dermatóloga también resuelve en su libro múltiples dudas sobre si fumar envejece la piel. Existe una evidencia sólida que asocia el hábito de fumar con la presencia de una piel apagada. En 'Ponte en tu piel' narra un estudio a unos gemelos donde uno fumaba y otro no. "En esos estudios se estimó que diez años siendo fumador, te hacía aparentar dos años y medio mayor". Un hecho reversible con la suspensión del tabaco.

También aclara que la inhalación del humo produce un reducción de sangre que llega a la piel, máxima a los dos minutos tras el consumo y que esa es la razón que explica por qué cuando nos sometemos a alguna cirugía que cuente con puntos de sutura, el médico recomienda evitar fumar, "para que la cicatrización sea lo mejor posible". Además, el tabaco es un factor que induce oxidación y, como consecuencia, envejecimiento.

¿Para los hombres es igual que para las mujeres?

La respuesta es sí. Pero no tanto por diferencia de género sino por tipo de piel. Nuestra dermatóloga explica que esa diferencia no la tiene muy en cuenta en su consulta. "A veces hay hombres que pueden tener una piel más sensible o con menos capacidad de aguantar ingredientes activos fuertes como el retinol, entonces, yo me baso en el tipo de piel y en ver qué ingredientes necesita, más que en que sea hombre o mujer".

¿Un producto más caro quiere decir que es mejor?

Su respuesta es rotunda: "En absoluto"."Desde mi punto de vista, el factor que menos ha de hacer decidirte sobre la compra o no de un cosmético es el precio. El precio más alto no implica necesariamente que el producto sea mejor. Es verdad que hay productos que tienen un coste elevado y que tienen una muy buena formulación y otros de coste elevado que no tienen un activo de interés. Entonces el precio nunca debe ser un factor determinante". Natalia aconseja mirar más la composición, concentración de activos y ser constante. "La clave del éxito en una rutina de cuidado facial está en la constancia", sentencia.

¿Y las Gua Sha o 'rollers'?

Gua Sha y 'roller'

La doctora confiesa que la realidad es que las Gua Sha y los rollers "no tienen estudios científicos que hablen realmente de esos beneficios o que se hayan contrastado en un estudio". "Me parece que es un accesorio que si a ti te produce bienestar el usarlo o para esas personas que tengan inflamación o retención de líquidos para bajarlo y que se vean mejor... Pero de ahí a que sea un paso imprescindible como la clave en la mejora de la piel, no estoy de acuerdo, básicamente, porque científicamente esto no tiene ninguna base y no se ha documentado."

Y en cambio, es una herramienta que prácticamente todas las celebrities usan y recomiendan en su rutina facial, aunque reconocen no saber si les funcionará. Es el caso de Phoebe Dynevor, protagonista de Los Bridgerton. Vogue lleva desde hace más de tres años subiendo vídeos donde personas famosas enseñan su rutina facial, aconsejan y desaconsejan en función de los productos que a ellos les va bien. Pero Natalia discrepa.

La dermatóloga cree que siempre que se acerque a la población el cuidado de la piel, es beneficioso, "se pone en valor un hábito que te ayuda a tener una piel saludable. Pero es cierto que imitar rutinas de cuidado facial de otras personas puede ser peligroso, porque por ejemplo yo, uso retinoles muy potentes, si yo salgo diciéndolo y la gente me imita, podemos tener un problema porque al final yo uso productos que son capaces de irritar, y yo los he ido usando durante años y mi piel se ha acostumbrado. El cuidado de la piel tiene que ser valorado por un profesional. No digo que siempre tenga que ser el dermatólogo porque hay muchos más profesionales como el farmacéutico o los cosmetólogos, pero siempre hay que tener asesoramiento y no copiar las rutinas del vecino, porque igual no te viene bien y en vez de mejorar, empeora".

Retinol para mayores de 50, ¿es posible salvar la piel?

La mayoría de personas que sobrepasan los 50 desisten en el cuidado de su piel, o bien porque no están acostumbrados o porque no creen que puedan salvarla y lo asocian con algo natural del cuerpo como es el envejecimiento. Pero Natalia cuenta que "siempre estamos a tiempo de mejorar". "Es verdad que cuando has empezado pronto, si empiezas a los 30 a usar retinol, no va a ser igual que si empiezas a los 50, pero desde luego que siempre hay margen para la mejora, y yo animaría a que cualquiera que sea la edad, siempre puedes mejorar. Tanto sea para aclarar manchas, dar un poco de luminosidad a la piel, sabiendo la edad que tenemos cada uno" relata. "Y también resaltar que las cremas llegan hasta donde llegan. Ninguna crema es milagrosa. Los milagros en cosmética no existen. Y como hablo en el libro, el envejecimiento es un proceso que no solo afecta a la superficie de la piel que es la que vemos, sino que hay cambios más profundos, entonces, va a haber cambios con el envejecimiento que las cremas no van a ser capaces de corregir".

'Ponte en tu piel'

Mi objetivo a lo largo de este libro es dar un enfoque diferente sobre el cuidado de la piel y el proceso de envejecimiento: veremos cómo funciona cada tratamiento, qué es efectivo y en qué no merece la pena invertir. Además, intentaré sustituir el concepto antiaging, que tiene claras connotaciones negativas, por el de better aging: porque envejecer de una forma saludable es posible. La filosofía better aging está ganando terreno en la actualidad, como forma más coherente y respetuosa de cuidarnos con el paso de los años. Mi libro busca ser un manifiesto de esta corriente y acercar al lector todos los secretos del cuidado de la piel, basados en los estudios científicos y en mi experiencia personal en la consulta.»