Beyoncé ya se ha convertido en sinónimo de reivindicación. Sus motivacionales letras y su gran poder de influencia han logrado que la cantante impulse a la población a aquello que ellos jamás se hubiesen atrevido a hacer.

Después de una pausa de seis martirizantes años para la 'BeyHive' (un juego de palabras creado por sus fans entre el nombre de la artista y hive, que significa colmena), ahora se está gestando una tormenta en la que Beyoncé, como protagonista, está lista para marcar el comienzo de su época renacentista con un esperado álbum de estudio de 16 canciones que se espera que nazca el 29 de julio -Renaissance-. Aunque ya va dando las primeras pinceladas. Después del anuncio de su próximo álbum, la cantante ha sorprendido con un sencillo titulado Break My Soul, una crítica mordaz del capitalismo y las culturas de trabajo explotadoras de todo el mundo que ha convertido a Beyoncé en viral durante todo el fin de semana.

La canción tiene letras que, sin duda, iban a resonar en aquellos que trabajan sin cesar y luchan por llegar a fin de mes, muy a menudo, a costa de su bienestar mental, físico y emocional. Esa es la razón por la que después de que el sencillo cayera en las plataformas streaming, Internet se inundó de comentarios sobre la dimisión en el trabajo, como "había planeado esperar hasta finales de mes, pero entonces escuché Break My Soul y me dio el empujón necesario para enviar el correo de dimisión". Su ejército de fans elogió a Beyoncé por esa crítica al capitalismo y el surgimiento de la "cultura del ajetreo". Aunque esta no es la primera vez que la cantante utiliza su música como canal conductor para dar su opinión sobre temas polémicos que aquejan a la humanidad. Así, ha hecho uso de su arte para subvertir la misoginia, el racismo y el capitalismo.

Mucho antes de que fuera genial ser feminista, Beyoncé dirigía el auge de la música centrada en la mujer. Desde 2003, ya los lanzamientos de su famoso Baby Boy, seguido de Crazy in Love, debilitaban la mirada masculina, representando un deseo sexual femenino desenfrenado que era empoderador y muy progresista. Pero la política de género de Beyoncé entró plenamente en vigor cuando desencadenó un debate sobre el privilegio masculino por encima de la mujer a través de su indudable éxito If I Were A Boy (2008).

Ese mismo año, la cantante también publicó el éxito masivamente popular en el mundo, Single Ladies, como una celebración a la feminidad y a la hermandad. Como si Beyoncé tuviera la misión de legitimar la vida y existencia de cada una de las mujeres: las casadas, las que tienen hijos y las solteras. Su música empezaba a resplandecer de forma paralela a la inclusión. Atendía a un público femenino diverso de una manera que no se había visto antes.

Después volvería a esa figura de la feminidad lanzando una canción convertida casi en himno, Run The World (girls), donde la cantante habla sobre aplastar el patriarcado y destruir las normas de género. El himno se transmutó a su vez en un grito de guerra que defendía el empoderamiento de la mujer. Y lo confirmó en 2014 cuando en los premios VMA apareció frente a la pantalla con la palabra “feminista” escrita en mayúsculas, una manera poco sutil de dar referencia al movimiento que Beyoncé lleva defendiendo desde el principio de su carrera.

Beyoncé en los VMA 2014 con la palabra Feminist en la pantalla

Pero su defensa no se limita únicamente al feminismo. Su objetivo no solo es revolucionar la misoginia o el patriarcado, también el racismo metódico y la codicia capitalista. Y así pasó con el movimiento Black Lives Matter

Como mujer afroamericana, 'Queen B' emergió para darle voz al movimiento con el vídeo musical de Formation, perteneciente a su polémico y último álbum Lemonade (2016). En el vídeo, que además se compone en su totalidad de actores y bailarines afroamericanos, se puede ver a la cantante de pie en un vehículo de Policía, que se interpreta como señal de protesta contra la actuación policial estadounidense hacia las personas negras.

El álbum, además, fue blanco de celebración, por ser totalmente reivindicativo en diversos ámbitos de la vida. Uno de ellos, #BlackLivesMatter, pero también aborda temas sobre la libertad o la infidelidad. Jay-Z traicionó a Beyoncé con Rachel Roy -exesposa del productor Damon Dash, quien fue socio del cantante-, un hecho que se reveló precisamente en el disco con la canción Sorry y se confirmó con Hold Up y que para lamento del rapero, tuvo que confirmar dos años después, acompañado de un vídeo donde Solange Knowles, hermana de Beyoncé, pegaba a su cuñado en un ascensor con signos de reclamo.

Y si seguimos añadiendo momentos que han marcado la vida de Beyoncé y la han consagrado como la artista femenina más escuchada de los últimos años, en la Super Bowl de 2016, mismo año del lanzamiento de su último disco y de la elección de Donald Trump como presidente, la cantante aprovechó su actuación para aparecer con un atuendo inspirado en las Panteras Negras -grupo que defendía el orgullo negro y la unidad por los derechos de las minorías raciales- , un acto que revolucionó a muchos afroamericanos. 

Desde 2003, la evolución política de Beyoncé no ha dejado de dar vueltas de campana. Empezó con una delicada crítica a las desigualdades económicas hasta el último grito de guerra en cuanto a las condiciones laborales. La cantante ha recorrido un largo camino al compás que lo ha hecho el mundo.

El efecto Beyoncé

Cuando Beyoncé habla, el mundo escucha, rezan los BeyHive. Y es que cuando Queen B pronuncia sus pensamientos con melodías crea una fuerza indeleble que provoca que todos la sigan. Los expertos lo llaman “el efecto Beyoncé”.

La profesora Adrienne Trier-Bieniek, editora del libro de 2016 El efecto Beyoncé: Ensayos sobre sexualidad, raza y feminismo, opinó sobre por qué los mensajes de la cantante golpean más fuerte que los de cualquier otra persona famosa, o que los de cualquier otra persona, sin más.

Su inteligencia y astucia están aprovechando la realidad de que las personas se estén replanteando sus vidas tras años de Covid. Según la profesora, “está diciendo: 'Está bien si te sientes así, tienes derecho a estos sentimientos’. Eso es lo que la convierte en una artista poderosa. Le dice a la gente, en especial a las mujeres negras, que son maravillosas tal y como son, que no tienen que cambiar". Lo mismo ha ocurrido en esta última canción con las personas cansadas de sus trabajos. Su influencia es tanta que, gracias a Break My Soul, muchas personas han reconocido que habían dejado sus trabajos.

A Temitayo, una joven de 27 años que trabajaba en el comercio electrónico, el primer sencillo de Renaissance le sirvió de impulso para abandonar su hasta ahora actual vida laboral. "Había planeado esperar hasta finales de mes, pero entonces escuché Break My Soul y me dio el empujón necesario para enviar el correo de dimisión", cuenta para la revista Glamour, "estaba realmente quemada por el estrés del trabajo y ni siquiera me pagaban lo suficiente. El hecho de que Beyoncé lanzara esa canción me hizo recordar ¿quién coño soy?".