Con el tráfico animado, en pleno despegue de la segunda fase del verano y despidiendo la segunda ola de calor del 2022, no hay mejor momento para averiguar cuáles son los pueblos más bonitos para visitar en España. Los adultos eligen, sí, pero también los niños. Es importante que el destino elegido tenga también actividades donde los más pequeños puedan disfrutar del viaje tanto como los adultos, y la Asociación Los Pueblos más Bonitos de España ha hecho lo propio, ofreciendo una lista de los cinco destinos que más enamoran a niños y adultos.
Lastres (Asturias), para los amantes de la aventura
De norte a sur, el primer pueblo que nos encontramos digno de visitar es Lastres, Asturias, un pueblo pesquero de montes y palacios con el puerto como uno de sus grandes atractivos. Allí podemos encontrar embarcaciones de recreo que nos permiten pasar el día en el mar disfrutando de la belleza del Cantábrico, así como para los que quieran pasar el día en la playa disfrutando del mar y jugando con los niños.
También hay hueco para los más aventureros. En Lastres se sitúa el Museo Jurásico Asturias, un viaje en el tiempo hacia más 100 millones de años atrás en el que los pequeños podrán divertirse descubriendo esa época histórica. El Museo también organiza talleres para que padres e hijos aprendan juntos sobre los dinosaurios. Y para los que se hayan quedado con ganas de saber más sobre estas fascinantes criaturas está la Costa de los Dinosaurios, unas playas que van desde Gijón hasta Ribadesella (Lastres incluido), caracterizadas por la abundancia de huellas y restos óseos de dinosaurios y otros reptiles jurásicos.
Para lo más aventureros Lastres ofrece un viaje al pasado, a 100 millones de años atrás en el tiempo. En el pueblo de Lastres podemos encontrar el Museo Jurásico de Asturias, en el que los pequeños podrán descubrir esa época histórica. Podrán contemplar los restos fósiles de aquellos enormes animales y dejarse asombrar por el tamaño de los dinosaurios a través de sus réplicas. Además, el Museo organiza talleres para que padre e hijos aprendan más sobre estás fascinantes criaturas.
Laguardia (Álava), la España medieval
La peculiaridad de la localidad Laguardia, pequeña capital de la Rioja alavesa radica en ser la cuna de los descubrimientos arqueológicos y seguir manteniendo el urbanismo típico de los pueblos medievales en sus calles. Pero además ofrece una amplia gastronomía y cómodos paseos para disfrutar en familia.
Pero para los más pequeños la opción elegida es, sin duda, las cuevas subterráneas. Su historia se remonta a hace cinco siglos atrás. Una vez unificada España en el siglo XVI, Laguardia empieza a perder importancia como plaza militar y deja de ser escenario de confrontaciones guerreras. Entonces llega la época de paz y con ella el engrandecimiento y riqueza de la villa, gracias al comercio del vino y a familias importantes. Precisamente las cuevas o bodegas familiares fueron construidas en ese siglo, con la función principal de guardar y conservar el vino en las condiciones que este precisa. Aunque en determinados momentos de la historia han llegado a ser utilizadas como refugios, o 'cuarteles' donde se conspiraba y se trazaban planos de guerra.
A día de hoy la única de estas cuevas que está abierta al público es la de la Casa Garcetas, pero durante la visita los pequeños se podrán hacer una idea de la historia de estos lugares.
Albarracín (Teruel), para lo que buscan la naturaleza
Si tu destino perfecto es la búsqueda del aire libre, la naturaleza y la tranquilidad, Albarracín es el lugar idóneo. Además, para los más pequeños de la casa, el pueblo de la España centro-oriental ofrece un Museo de Juguetes, situado en una antigua casa. Ahí se oferta una amplia colección de juguetes y multitud de objetos relacionados con la infancia, como cocinitas, trenes o juegos de construcción o también soldaditos de plomo y material escolar.
Pero este museo no es lo único que hay en Albarracín. La naturaleza es la protagonista de este pueblo. Su sierra ofrece la opción de hacer largas caminatas y para los niños, cuevas donde vivió el dragón goloso, el más original del mundo. Una criatura que a diferencia de sus hermanos no comía humanos, sino que disfrutaba comiendo dulces.
Además de este museo Albarracín nos ofrece la opción de hacer caminatas en la naturaleza gracias a su sierra. Y para lo más pequeños está Sierra esconde un pequeño secreto, en una de sus cuevas vivió el dragón más original del mundo, el dragón goloso. Pero este no es el único secreto: los árboles de la sierra esconden hombres lobos.
Peñíscola (Castellón), el pueblo del sol y la playa
Y para los más sureños, el idílico pueblo de Peñíscola, en la Comunidad Valenciana. Una combinación entre sol, playa y alternativas de ocio familiares que hacen de esta ciudad medieval "la ciudad que no defrauda a nadie", dando cobijo tanto al viajero que quiere aprovechar las largas jornadas de sol como para el que desea pasear por la historia intrínseca de la ciudad.
A los más pequeños les encanará descubrir -además del Castillo de Peñíscola, donde se encontró el refugio de el Papa Benedicto XIII- los 5 kilómetros del paseo marítimo desde el tren turístico, el cual ofrece rutas tanto diurnas como nocturnas.
La Asociación Los Pueblos más Bonitos de España recomienda la Playa Norte (que cuenta con Certificados de Calidad ISO y AENOR, la Q de Calidad Turística y la Bandera Azul), o la Playa Sur, desde donde se imparten cursos de kayak para adultos y niños, hasta la tranquila Playa de las Viudas.
Las playas de Peñíscola destacan por sus zonas deportivas y lúdicas para niños, con instalaciones como la telaraña tridimensional, pirámides, unidades de voley o campos de basket-playa.
Mojácar (Almería)
Almería esconde una joya de casitas blancas y ambiente calmado llamada Mojácar. Esta localidad de caminos estrechos, flores en los balcones y castillos de varias épocas tiene un encanto especial que la ha convertido en uno de los lugares más visitados de la región, cuenta Asociación Los Pueblos más Bonitos de España.
Esta ciudad ofrece una amplia variedad de deportes acuáticos y todo tipo de actividades marítimas. Una razón de peso para que los niños (y los mayores) disfruten de paseos en kayak y rutas en catamarán o hidropedales. Las playas de Mojácar, como las de Peñíscola, también ofrecen áreas de juego para los niños, señalización de peligros, zonas para niños en restaurantes, menús infantiles, y muy cerca encontramos el Parque Acuático, que promete entretener a los más pequeños durante horas con sus piscinas y toboganes.
Estas son algunas opciones que nos trasladan desde La Asociación Los Pueblos más Bonitos de España para pasar el verano disfrutando en familia de alguno de los pueblos más bonitos de España. La opción ideal para desconectar a la vez que conocemos los rincones que esconden nuestro país.
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