Miguel Ángel llegó a decir que para pintar vírgenes así, a Fra Angelico se le tenían que haber aparecido. Y es que su pintura hace gala de una luminosidad casi celestial, donde la majestuosidad del dorado y la nobleza del azul marino cubren de divinidad los cuadros del pintor. La obra de este fraile que comenzó su carrera artística como miniaturista, es además uno de los mejores ejemplos para observar cómo la planicie del Gótico va dejando paso a la profundidad tridimensional del Renacimiento primitivo.
Esa luminosidad, empañada por casi seis siglos de antigüedad, es lo que ha tratado de recuperar el equipo de restauración de la Colección Thyssen con la restauración de La Virgen de la Humildad, una de las tres obras que se conservan en España del pintor del Quattrocento. Tras un año de exhaustivo trabajo y estudio para recuperar el color y la vivacidad de este cuadro, el Museo Thyssen ha decidido dedicar un espacio para la exposición del resultado.
"La sala invita al recogimiento, igual que la obra", explica Susana Pérez, responsable de Restauración del Museo Thyssen-Bornemisza. Además, esta sala 11 del museo, está ambientada con la música de la época y flanqueada en sus costados con un laúd y un órgano como los que portan los ángeles musicales del cuadro. La idea es que el espectador experimente la sensación de observar la obra al mismo tiempo que escucha los sonidos que envolvían a la Florencia de principios del siglo XV.
La exclusividad que dedica el Thyssen a la exposición de esta restauración, al estilo de lo que hicieron con El joven caballero de Carpaccio, ofrece una mirada distinta, detallista y pormenorizada de todo aquello que se puede esconder tras una obra de arte. "Evitando el exceso de información al que estamos acostumbrados, la idea es extraer una obra y mostrarla como una singularidad, con elementos que ayuden a su comprensión", explica Ubaldo Sedano, jefe de Restauración del museo.
Un cuadro "lleno de tensiones"
Además, en el caso de La Virgen de la Humildad, se trata de una oportunidad única para ver el cuadro en Madrid, ya que su ubicación habitual es el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), donde se encuentra en depósito. La particularidad de esta obra adquirida por el barón Thyssen a J.P. Morgan hijo en 1935, se encuentra en la tensión que guarda, tal y como explica Guillermo Solana, director artístico del Thyssen.
"Es un cuadro lleno de tensiones empezando por el motivo, ya que la Virgen de la humildad es un tema iconográfico que surge a finales del siglo trece, en contraposición con la Virgen Entronizada. Las primeras imágenes que exploran este motivo -desarrolla Solana- están sentadas en el campo, amamantando al niño como si fuese una campesina, para humanizar y "acercar" la imagen de la madre de Cristo a las clases más bajas". Sin embargo, aquí el artista florentino ennoblece a su protagonista ambientando en interior, sentando al niño encima de la madre y vistiendo a ambos con atuendos que guardan cierto lujo. "Formalmente es ambigua y paradójica, como una 'reina de la humildad'".
Fra Angelico concibe esta Virgen con el Niño con una mezcla entre la frontalidad gótica y la monumentalidad tridimensional de las figuras, gracias al modulado de la luz con innovaciones renacentistas.
Una restauración que durará un mínimo 40 años
A la hora de trabajar sobre el cuadro, la responsable de Restauración reconoce que el rostro de la Virgen ha sido lo más complicado de tratar, ya que ha sufrido muchos daños durante los casi seis siglos de vida del cuadro. Mientras que la parte que más ha sorprendido al equipo ha sido la del manto de la Virgen, por la riqueza y vivacidad cromática que han descubierto en él.
"Su técnica de aplicación del temple es compleja ya que, para aportar luminosidad, pinta rayas muy finas, en tonos más claros como blancos, amarillos y verdes, con las que modular la luz, como se puede apreciar en las mejillas sonrosadas de la Virgen y en las túnicas de los ángeles", explica. Además, los pigmentos empleados son de una gran calidad y resistencia al paso del tiempo. Un paso del tiempo que ha parecido detenerse para rejuvenecer a la Virgen y al Niño a los tiempos en los que fue pintada: hacia 1433 - 1435.
Según Susana Pérez, el trabajo que han realizado para restaurar el cuadro, además de ser completamente reversible, mantendrá al cuadro alejado de los talleres de restauración durante un mínimo de 40 años.
Este proyecto se encuentra dentro del programa Art Conservation Project de Bank of America, con el que se han restaurado también 19 obras de otros centros de arte como el Brooklyn Museum, los trabajos en la reconstrucción de Notre Dame, en el National Museum de Kyoto, el British Museum de Londres, o el Tamayo de México.
Tras su presentación en Madrid, el cuadro regresará al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), donde se expone habitualmente como parte del depósito de la colección Thyssen-Bornemisza en ese museo.
El Área de Restauración está trabajando en una publicación monográfica que recoja los resultados y conclusiones del estudio técnico y que se publicará a
mediados de 2023. Además, en el mes de octubre tendrá lugar en el museo
un concierto de Jordi Savall, uno de los más grandes intérpretes de viola da gamba, que interpretará un repertorio inspirado en Fra Angelico y su obra.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Muface: las novedades del contrato que ultima el Gobierno
- 2 Comprobar Lotería de Navidad 2024 - El Independiente
- 3 Imane Khelif contra el odio: “Represento a las mujeres del mundo”
- 4 Las revelaciones sobre el Fiscal General revolucionan a Ayuso
- 5 El teniente Lacalle salvó a 500 personas de la DANA en Chiva
- 6 Perdóname, Pedro, por haber desconfiado del fiscal y de tu palabra
- 7 Los claroscuros de la duquesa roja: lesbiana y cercana a ETA
- 8 La historia detrás del 'segundo Gordo' que se ha cantado por error
- 9 El extraño caso del teléfono vacío