Este miércoles 25 de enero los Reyes Felipe y Letizia han recibido en el Palacio Real al Cuerpo Diplomático acreditado en España, compuesto por 126 embajadas residentes en nuestro país y casi 800 Consulados, 153 de carrera y más de 600 honorarios. Una ceremonia que, como marca la tradición, siempre tiene lugar a principios de año.

Antes de que los Reyes y el resto de asistentes se acomodaran en las sillas dispuestas en el Salón del Trono, Don Felipe y Doña Letizia han saludado uno por uno a todos los jefes de misión de países extranjeros (un total de 104).

A las 12 comenzaba el besamanos por orden de antigüedad, empezando por el embajador de la República de Malta, junto a su mujer, y siguiendo el turno la República Gabonesa, Filipinas, Cabo Verde, República Libanesa, Jordania, Georgia e Irán, con su embajador, Hassan Ghashghavi, quien no ha pasado inadvertido.

Tras ser presentado, Ghashghavi entra, camina con paso firme hacia los soberanos, estrecha la mano del rey Felipe VI y, en el instante en que le toca saludar a la Reina, se lleva la mano al pecho, pasando de largo. Letizia, consciente de la situación mantiene la mirada hasta que el embajador abandona la sala e instantes después, la reina gira su cabeza para saludar a la embajadora de la República de Croacia.

La razón por la que se ha dado esta situación se remonta a los años posteriores a la revolución islámica de 1979, que supuso el exilio del Sha de Persia, Farah Diba y el resto de la familia imperial,. Desde entonces, lo hombres no pueden dar la mano a las mujeres en público, ni en Irán, ni fuera de Irán. Por lo que el gesto de Hassan Ghashghavi de llevarse la mano al pecho habría sido una señal de respeto.