El año pasado, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid tuvo la desgraciada coincidencia de comenzar al mismo tiempo que el estallido de la guerra en Ucrania. Un conflicto que, 365 días después, parece seguir sin vistas de concluir. Aunque en su 42ª edición, ARCO ha prescindido del carácter más político que se recuerda en años anteriores, los efectos de la guerra han favorecido la presencia de un espacio para Voloshyn, la primera galería ucraniana que expone en ARCO.
Conscientes del escaparate que supone una ocasión como esta, Voloshyn ha aprovechado su exposición para denunciar la situación que vive su país a través de la obra de Nikita Kadan y Mykola Ridnyi.
Este proyecto llama la atención por la oscura y sobria exploración que hace sobre el conflicto ucraniano. Los artistas indagan en algunos acontecimientos históricos que la precedieron, al tiempo que hablan de fenómenos ajenos a ella. En sus obras, relacionan la vanguardia artística de los años veinte y el establecimiento de la cultura soviética ideologizada en los años sesenta y setenta con la guerra actual.
Julia Voloshyna, responsable del stand, destaca y agradece el interés mediático que su galería está teniendo e incide en que, aunque la guerra estallara en 2022, para ellos todo comenzó en 2014 con la invasión de Crimea y que por eso podemos ver en su espacio obras que van desde 2015 hasta el año pasado.
Una galería utilizada como búnker
La galería, situada en el centro cultural e histórico de Kiev, ocupa el sótano de un un edificio histórico que perteneció al famoso empresario y filántropo N.A. Tereshchenko. Durante la Segunda Guerra Mundial, el semisótano se utilizó como refugio antiaéreo y cuando estalló la invasión actual, la Galería Voloshyn sirvió de búnker a su personal y a varios artistas, entre ellos Nikita Kadan.
Kadan empleó aquellos días en plasmar su rabia y frustración en una serie de cuadros con cera negra en los que se puede leer “Stop buying gas from fascist” (Dejad de comprar gas a fascistas), “Decolonize Rusia” (Descolonizad Rusia) y “Gas embargo on Rusia” (Embargo de gas a Rusia), entre otras consignas.
Esta parte de la obra fue pintada en la galería-refugio y evacuada a Austria. Por otro lado, la obra de Ridnyi está compuesta por una escayola pintada en negro, donde ha recreado a pequeña escala edificios públicos de su país. El Parlamento y otros espacios aparecen representados en una oscura maqueta, todos ellos coronados por una bandera también negra que simboliza la "resistencia y la no violencia". El precio de estas piezas oscila entre 5.000 y 7.000 euros.
La galería Voloshyn abrió en el año 2016 y la guerra interrumpió su trayectoriacen febrero del año pasado, aunque la intención de sus propietarios es reabrir ya en el próximo mes de marzo.
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