En la semana del Orgullo LGTB hay un mensaje que permanece: aunque haya mucho que celebrar sigue siendo el momento de la reivindicación. Una de las primera pruebas que demuestran que hay mucho trabajo por hacer es que seguimos llamándolo Orgullo Gay, cuando hay muchos más colectivos implicados que muchas veces se pasan por alto.
Por eso, desde El Independiente nos reunimos en la Taberna La Berenjena con el artista Marcus Massalami y Sara Rodríguez, responsable de la plataforma Drag King España. A través de su trabajo pretenden dar a conocer un arte olvidado o pasado por alto en la cultura española. En los últimos años las drag queens han ido ganando relevancia en el panorama nacional (e internacional), incluso fuera del mundo LGTB. Forman parte de la cultura pop: las vemos en videoclips, desfiles de moda, series de televisión y cine. Pero, ¿y los drag kings?
El drag king es un género dentro del transformismo en donde una persona (que no tiene por qué ser mujer; puede ser un hombre o alguien no binario) se traviste de hombre. Es un arte donde se busca el humor, la interpretación y, en ocasiones, la crítica de los roles de género establecidos.
Así se conocieron Marcus Massalami y Sara Rodríguez
Marcus Massalami es uno de los drag kings más importantes de nuestro país. Detrás de este personaje está Mel, una enfermera que lleva toda la vida explorando el transformismo a través del arte. Con su impresionante talento para la expresión corporal, la música y la interpretación ha conseguido extraer los clichés que definen la masculinidad para hacer comedia.
Por su parte, Sara empezó a interesarse por el lado más académico del mundo del drag cuando estaba preparando el proyecto de fin de carrera. Juntes hicieron un trabajo de investigación, de referencias, de historia del arte drag para impregnarse de lo que había de este género en España e internacionalmente.
Pregunta: ¿Quiénes son Marcus y Sara y cómo se cruzan vuestros caminos?
Marcus Massalami: Yo soy Marcus Massalami, soy drag king.
Sara Rodríguez: Y yo soy Sara Rodríguez, soy la creadora de Drag King España de una plataforma para visibilizar todo el arte drag king. Hace cuatro años empezamos a trabajar juntes porque yo creé la plataforma y Marcus ya estaba en un proceso artístico.
Marcus: Fue todo al mismo tiempo en realidad, y por eso ha sido muy gratificante también. Yo estaba en un proceso teatral y descubrí el drag king. Ya había hecho travestismo en obras clásicas y me travesía cuando era pequeña. Llevaba toda una vida marcada por esta performance de género. Y fue justo cuando conocí a Sara.
Sara: Yo estaba haciendo mi proyecto de fin de carrera, una herramienta de comunicación para generar redes para que el drag king se conociese en España y también generar eventos relacionados con ello. En ese momento prácticamente no había nada, publicaciones muy básicas. Era necesario decir qué es el drag king, generar una plataforma donde se pudiese ver y también entender que era una herramienta artística. En ese momento nos empezamos a seguir y yo le dije "ay, eres drag king en Madrid" y me dijo "sí, tal, estoy investigando..."
"Yo llevaba toda una vida marcada por esta performance de género"
Marcus Massalami
Marcus: Al principio era como "yo estoy haciendo esto, pero no tengo ni idea de lo que es". No había casi referentes, casi todos son de fuera, salvo Niko Elsker, en Vigo. Desde el principio nos preguntamos por qué aquí no había. Porque claro, tu idea era hacer un evento y no se podía.
Una imagen de Niko Elsker
Sara: No había gente que lo conociese ni que lo hiciese. Quitando a Niko, que para mí fue el referente absoluto. Había un par de drag kings más que ahora no están en activo. Pero él fue nuestra guía, nuestro mentor absoluto, y es muy guay porque ahora estamos trabajando con él. Nos centramos en poner esto en el mapa, por un lado en el mundo del plano artístico, también en el mundo de Chueca.
Marcus: Desde el inicio fue decir, ¿cómo se puede desarrollar esta herramienta artísticamente? ¿Qué es lo que está funcionando fuera? También inspirarnos en movimientos que ya estaban un poco más asentados, porque fuera de España ya había una escena un poco más consolidada. Hubo un trabajo de investigación previo, de ir todas las noches a ver espectáculos de drag queens, porque era nuestra referencia de espectáculo drag aquí. Fueron momentos de no dormir, de pasárnoslo muy bien, de conocer a toda la escena. Las compis empezaron a ayudarnos, nos acogieron muy bien... yo me presenté a un concurso.
Sara: Sí, me escribieron a mí para preguntarme si conocía algún drag king, se lo pasé y se presentó a un concurso. Hemos ido construyendo algo profesional, una amistad muy chula.
Marcus: Y así fuimos sobreviviendo a lo que nos venía, pero sin una expectativa a futuro. Sobre todo al principio. Este año ya puedo sentir que sé de lo que estoy hablando, cuando llevamos desarrollando cuatro años esta disciplina artística. Y también ver cómo eso impacta en la comunidad.
"Mamá, creo que he descubierto algo que me va a cambiar la vida"
Sara Rodríguez, a su madre
Sara: Fue una llamada de verdad. Yo llamé a mi madre y le dije "Mamá, creo que he descubierto algo que me va a cambiar la vida". Y así ha sido.
Marcus: Me acuerdo que en una de esas crisis que te suelen ocurrir en Navidad o en Año Nuevo, cogí una agenda nueva (que yo no uso agenda) y escribí: "Quiero ser drag king". Eso fue el 1 de enero de 2019.
Pregunta: ¿La pandemia os ha beneficiado o perjudicado?
Marcus: Yo creo que sinceramente nos ha beneficiado. Porque hubo mucho movimiento online. Hicimos eventos a nivel internacional con otros drag kings, y yo aprendí muchísimo de drag kings, por ejemplo, de Chile. Nos conectábamos, veíamos tutoriales... eso en la vida diaria no tienes casi tiempo de consumirlo realmente. A mí se me juntó con que soy enfermera, y el drag fue para mí un ancla vital. Porque yo llegaba de esa locura y decía: "Bueno, pues voy a maquillarme, voy a practicar".
Sara: Fue un momento chulo de muchas entrevistas y también de investigación. Ya estábamos haciendo planes y la pandemia fue un punto de inflexión de plantearnos también ciertas cosas. La importancia de la colectividad, de hacerlo con otra gente de fuera de España, también unirnos entre nosotres y entender qué era el drag en sí mismo para cada une. Porque cada persona te puede decir lo que es el drag para él, ella o elle. Nos permitió pararnos, observar, algo de lo que no hemos tenido tanto tiempo después. Porque ya entramos en una vorágine absoluta.
"Antes de la pandemia la gente ni te miraba, era bastante hostil, no se tenía en cuenta a la persona"
Marcus Massalami
Marcus: De hecho, en el mundo del espectáculo también hubo una incidencia a través del covid. Porque yo empecé antes y me he quedado, pero es que antes de la pandemia la gente ni te miraba, era bastante hostil, no se tenía en cuenta a la persona que estaba ahí exponiendo su arte o animando, lo que hiciese la drag queen. Y yo al principio entré ahí y "uf, Dios mío".
Pero después en la pandemia la gente tenía que estar sentada mirando. Entonces podías cambiar tu propuesta, podías realmente empezar a contar cosas. En una discoteca a las dos de la mañana, con gente borracha, era más difícil. De repente, los espectáculos eran a las cuatro de la tarde. Cambió tanto el horario como la distribución: la gente tenía que estar sentada, escuchando. Al final se consideraba que eras el reclamo para que la gente entrara. Se convirtió en una propuesta de ocio.
Sara: Sí, era una propuesta de ocio, absoluta. Era una de las pocas vías que tenías de obtener cultura dentro del mundo de la noche. Fue muy chulo; por un lado dramático, obviamente, y por otro lado ver cómo el drag podía estar de esa manera, en esos espacios, con la gente viéndote y respetándote.
Marcus: En otro formato.
Pregunta: ¿Es por eso por lo que pretendéis salir de la noche y hacer más espectáculos de teatro?
Marcus: La intención de salir hacia el teatro es inicial. Yo vengo del teatro, y lo primero que viste tú [se gira hacia Sara] fue también en un marco teatral. Lo que pasa es que sí que entendimos que ahí estaba el meollo, que había también que empaparse de eso. Teníamos que saber qué pasaba en la escena drag, y si la escena drag estaba en la noche pues había que hacer toda la investigación. Yo he aprendido muchísimo. Ahora me siento capaz de hacer cualquier cosa en un escenario. Y alinear tu propuesta con lo que quieres hacer, mostrar y decir y que funcione en el contexto en el que estás trabajando.
Hablando sobre los prejuicios que rodean al drag
Pregunta: ¿Cómo os afectan los prejuicios negativos que rodean al drag?
Marcus: El drag de por sí tiene mucho prejuicio.
Sara: Y hay mucha gente que a lo mejor no entiende lo que es. El otro día, por ejemplo, yo le dije a alguien que estaba fuera del armario. Entonces me decía "Claro, pero fuera de qué armario". Porque entendía que drag y trans eran lo mismo. Y no es lo mismo, el drag es una propuesta artística, hay personas trans que hacen drag, claro, son dos cosas diferentes.
"El drag de por sí tiene mucho prejuicio"
Marcus Massalami
Eso para nosotres es algo que está superinteriorizado, pero igual para una amiga de mi madre no lo está. Por tanto, lo que intentamos es divulgar para que la gente del tipo mi madre, tu padre, gente del trabajo, los lectores de este periódico... puedan entender lo que hacemos desde una perspectiva muy amigable. Y pueda decir "ay, qué guay, pues igual a mí también me gustaría hacer drag, pintarme un bigote o ponerme una peluca". Es una manera de explorar artísticamente otra cosa.
Marcus: Y la palabra travesti se ha utilizado como insulto mucho tiempo y creo que de ahí puede venir un poco también esa confusión. A la vez hay dicotomías todo el rato, de si eres drag ¿eres bollera? ¿Eres gay? Está todo supermezclado. Para nosotres es una investigación sobre la construcción de lo femenino y de lo masculino para evidenciar cómo funciona. Y eso lo puede hacer cualquier persona que sienta que quiere investigar por ese lado.
Pregunta: ¿Cómo se encajan estas ideas dentro del Orgullo?
Sara: Nos hemos dado cuenta de que todavía somos un cupo. Mucha gente se quiere poner la medallita. Decir, mira qué molón soy, que tengo un drag king. Nos parece estupendo que la gente quiera ser molona, y nuestro trabajo nos encanta y nos gusta compartirlo con todo el mundo. Pero llega un momento en el que tú estás profesionalizando algo que ni siquiera existía y te das cuenta de que la gente que quiere contar contigo lo hace de una forma un poco extraña. Nos hemos encontrado experiencias curiosas.
Marcus: Hay de todo. Hay gente que apoya muchísimo el movimiento, y que apuesta y siempre quiere drag kings en sus escenarios. Y por otro lado, efectivamente, nos encontramos con gente que ha escuchado hablar del tema pero no están valorándote artísticamente. Existe esa sensación de que les da igual la propuesta. Y ahí es donde está la precarización. Porque viene de este estigma, de un mundo muy precarizado en el que a veces te pagan con copas, o no te pagan, o te pagan 20 euros.
Sara: Y dicen que te dan visibilización.
Marcus: Te moviliza una cosa muy profunda y quieres mostrarlo. Ese escenario, esa visibilidad para que tú puedas hacer tu activismo, es una cosa muy atractiva. Efectivamente hay que luchar por contar eso, separarlo, y decir: "Igual que pagas a cualquier artista tendrías que valorar esta propuesta artística y si encima tiene ese impacto social que estás buscando deberías valorarlo más aún". Me peta la cabeza con que esté menos valorado.
Ese escenario, esa visibilidad para que tú puedas hacer tu activismo, es una cosa muy atractiva
Marcus Massalami, sobre los espectáculos en los que no pagan
Pregunta: Cuéntanos, Marcus, qué requiere un espectáculo como el tuyo.
Marcus: La propuesta artística es muy variada, yo voy a hablar de mi caso. Requiere de vestuario, tiempo de maquillaje, productos de calidad para que aguanten todas esas horas, todos esos focos, y requiere de tiempo de preparación de espectáculo. También tocó el violín en directo, y eso requiere una inversión en instrumentos, en mantenimiento del material, cableado, todo. Tienes que ir ahí a hacer la prueba de sonido, ensayar todas las horas que requiere, y después efectivamente adaptarlo al contexto, porque no es una cosa cerrada. Tienes que tener mucha improvisación, manejarte en el escenario, en el espacio con lo que te encuentres, y eso es mucha experiencia y mucha preparación. No es solo que te paguen por salir: me tendrían que pagar como si fuera la de vestuario, la de peluquería, la de maquillaje, la de dirección artística… son por lo menos cinco sueldos de convenio. Es un one man show. Me pongo a pensarlo y lloro.
Los artistas que actúan gratis en el Orgullo
Pregunta: Precisamente en la rueda de prensa del Orgullo dieron las gracias porque los artistas no cobraban o cobraban cachés mínimos.
Sara: Es indignante.
Marcus: Al final nos tienen como un "o lo tomas o lo dejas".
Sara: Y si no lo tomas tú lo tomará otra persona.
Marcus: Juegan con esa ilusión, esas ganas de reivindicar porque lo que haces es un acto político. También es artístico y es político, es reivindicativo. Entonces entras en conflicto: tú valoras tu arte, sientes que es útil en ese contexto y lo que falta es la valoración económica. Es imposible salir de ese margen cuando no tienes los medios para hacerlo. Nosotras somos muy privilegiadas y por eso podemos hacerlo. Es una apuesta económica, de tiempo. También las redes sociales. Es una carrera de fondo y no tienes rédito económico ni de primeras, ni de segundas, ni de terceras.
Sara: También, por otro lado, nos estamos dando cuenta de que hay ciertos formatos, ciertos programas, que lo que hacen es precarizar a las artistas para que después salgan al mercado y tengan que coger trabajos de una manera totalmente injusta y precaria.
"Es un mundo muy precarizado en el que a veces te pagan con copas, o no te pagan, o te pagan 20 euros"
Marcus Massalami
Marcus: Peor casi que antes, porque estás endeudada, claro. La rueda precariza también a la gente que está diseñando, confeccionando, apoyando desde otros sectores las propuestas artísticas. Y al final estás como atrapada. Es guay que se visibilice y que llegue a otra gente, tiene su parte positiva, y en el día a día se sufre de manera profesional. Ves que no sales de ahí. Siguen sin la valoración, sin que se vea que es arte. Y se sorprenden hasta los productores. “Hay talento”, dicen. Pues claro.
Sara: Nosotres estamos intentando salir de eso. Es supercomplicado. Y jugamos con que aún no es muy conocido, podemos decirle a los compañeros: "Chiquis, si alguien os ofrece algo sin cobrar ahí no es". Porque estás perjudicando al resto.
Marcus: Aunque el mundo artístico es muy precario de por sí.
Aún hay machismo en el colectivo LGTBQ+
Pregunta: ¿Incomoda más aún que una mujer o una persona no binaria haga drag?
Marcus: Hay que ocupar el espacio que nunca te han dejado y que supuestamente no te pertenece. Ahí hay una lucha más.
Sara: Incomoda nuestra presencia. Cuando vamos a eventos en los que hay mucha gente y vamos por ejemplo con un pantalón corto sin depilar. No hace falta que vayas en drag. Parece que esos espacios no te corresponden.
Marcus: Nosotras tenemos muy pocos espacios queer y de lesbianas. Y yo he visto en Twitter que les molesta que haya gente no normativa, gente disidente.
Pregunta: Porque hay locales en el ambiente LGTB de Madrid que no permiten la entrada de mujeres.
Sara: El otro día en el Orgullo Crítico no había gente de esos perfiles que no nos dejan entrar en sus sitios, que quieren que siga siendo un espacio cerrado. En cambio había muchísima gente diversa y superguay. Queremos un colectivo diverso, inclusivo, en el que quepamos todes y seamos bienvenides y no nos miren mal porque "este sitio no es tu sitio".
Un sitio LGTBI que no sea tu sitio es raro, ¿no? Hay una parte de privilegios que se nota mucho también. Cuando vas a hablar con ciertas empresas donde hay una persona cis gay [cisgénero, alguien cuya identidad de género y sexo asignado concuerdan], que está hablando sobre feminismo y sobre la importancia de las mujeres dentro de las empresas, de las lesbianas, de la peña trans... y dices "¡Ostras! Es que en la charla esa que estás haciendo sois tres hombres cis gay llenandoos la boca". Quizás no es esa la manera.
Pregunta: Ahora contadnos, para quien quiera veros en acción, ¿cuándo es vuestro próximo show?
Marcus: Pues vamos a hacer un cabaret de aquí con seis drag kings y se llama Seduction Gym. Es un gimnasio muy divertido, es una crítica a todo esto de la seducción, del macho, de los espacios seguros... vamos a meterle caña a todos los temas. Es en el DT Espacio escénico [en Chueca], que ya estuvimos el año pasado y repetimos, como parte del ciclo Más bonita que ninguna. Estamos revisando la obra y cambiando cositas y tenemos dos pases al día: el 6 y 7 de julio a las 20 y a las 22:30.
Te puede interesar
1 Comentarios
Normas ›Comentarios cerrados para este artículo.
Lo más visto
- 1 “¿Se te está pasando el arroz?”
- 2 Cayetana de Alba, la duquesa que sacaba a Franco de sus casillas
- 3 El entramado de los socios del 'narcopolicía': frutas, inmobiliarias y ropa
- 4 La narcolancha que mató a dos británicos en Murcia venía del taller y pertenece a marroquíes
- 5 Quién es quién de la prole Jolie-Pitt y quién cambió su nombre
- 6 La verdad sobre el robo en el castillo de Windsor
- 7 El PSOE y el PP se comprometen a dar luz verde a la "profesión de riesgo" en Policía y Guardia Civil
- 8 “Tenemos deuda con saharauis por mostrar pillaje de Marruecos”
- 9 José Luis Rodríguez Zapatero no existe, no es y no aparece
hace 1 año
Me parece muy interesante el definir este concepto.
Es que el mundo del teatro, la farándula, la representación infinita fe expresiones, nada tiene que ver con los sentimientos hacia otra persona.
El amar a una persona, nada tiene que ver con subirse a una carroza para ser respetado en todo lo que se te pase por la cabeza.
Totalmente deacuerdo con este modelo de expresión teatral.
Yo cuando amo, quiero, respeto a otra persona, no tengo que tener ningún día de orgullo. Para mi todos los días son un orgullo, el querer a otra persona.
El subirme a una carroza, es una expresión teatral.