En una ciudad sin monumentos, un letrero que iba a ser temporal cumple 100 años. Las nueve letras que conforman la palabra Hollywood celebran hoy su permanencia, el bautizo no solo de un barrio, sino de una industria, de una forma de vender el sueño americano al resto del mundo. El aniversario se cumple, sin embargo, en un mal momento para la ciudad de las estrellas, en el que sus protagonistas han dado comienzo a una huelga que paraliza la producción de la mayor fábrica de entretenimiento del mundo.
La historia de la señal de Hollywood no se explica sin la llegada de los productores de cine a la costa oeste de Estados Unidos, en busca de paisajes soleados y oportunidades para rodar en cualquier momento del año. Fue en 1923 cuando el entonces editor de Los Angeles Times, Harry Chandler, decidió invertir en la construcción de una zona residencial a la que llamaría “Hollywoodland”, en plena expansión de la ciudad. Para promocionarla, encargó a Thomas Fisk Goff, un pintor impresionista nacido en Londres y residente en California, un anuncio conformado por 14 letras de 15 metros de altura y 9 metros de anchura que encumbraría durante 18 meses el Monte Lee de la ciudad californiana de Los Ángeles.
No está clara la fecha en la que se pudo leer por primera vez Hollywoodland desde las avenidas de palmeras que conducen en la actualidad hasta el Observatorio Griffith. Sin embargo, la página oficial del letrero hace referencia a publicaciones en la prensa en junio de 1923 y otras indican que fue el 13 de julio del mismo año, el día exacto en el que se colocaron las letras en su ubicación actual. No obstante, la fundación encargada de preservar la señal niega que esta sea la fecha a celebrar. Tampoco está claro el origen del nombre, aunque algunas teorías apuestan por la traducción literal de la palabra “tierra de acebo”, por la cantidad de arbustos de acebo que había en la zona.
Los 21.000 dólares de la época que costó la estructura incluían unas bombillas que iluminaban las letras, pero pocos años después y tras varios anuncios en la prensa promocionando la zona, llegó la Gran Depresión. El crack del 29 no solo se produjo en la bolsa de Nueva York, también arrasó con el desarrollo inmobiliario y la industria del cine en la otra costa del país.
El letrero tenía un mantenimiento caro y su abandono dejó el decorado listo para la escena dramática que protagonizó en 1932. Fue ese año cuando la actriz Peg Entwistle se suicidó lanzándose al vacío desde la letra H del cartel. Entwistle, que tenía 24 años, se había mudado a Los Ángeles para probar suerte en el mundo del cine. En 1936 y debido a la falta de mantenimiento, las letras comenzaron a caerse, según recoge un documento de la asociación que actualmente se hace cargo del letrero.
En 1949, el cartel ya había sido donado a la ciudad de Los Ángeles y se restauró eliminando la última parte de la palabra, pasando de Hollywoodland al que se conserva actualmente y que reza únicamente: Hollywood. Pero los años 40 y 50 no fueron muy buenos para la ciudad californiana, que a menudo salía en las noticias por sucesos y que disparó su índice de criminalidad.
No fue hasta los 70 cuando la señal empezó a tener relevancia para los angelinos, que reclamaron a las autoridades que se restaurase. En 1973 fue reconocido como monumento para la ciudad. En la misma década, el letrero comenzó a aparecer en películas que se rodaban a solo unos kilómetros de su ubicación.
El cartel también ha sido noticia por otros menesteres distintos al cine. En 1976 un estudiante de bellas artes decidió convertir Hollywood en Hollyweed (weed significa marihuana en inglés), lo que le valió una multa pero también un sobresaliente, según la revista Smithsonian. En el 87, cuando Juan Pablo II visitó Los Ángeles, el cartel rezaba Holywood (holy -con una sola ‘l’- significa santo) y en 2021, alguien transformó la palabra en Hollyboob (boob significa pecho), para protestar contra la censura de los pezones femeninos en Instagram .
Para el centenario, se prevé una gala que siga recaudando fondos para el mantenimiento de la estructura, así como para la creación de un centro de visitantes, en la que los turistas y angelinos puedan conocer más sobre uno de los letreros más famosos del mundo. En la actualidad, no está permitido acceder a las letras, pero sí acercarse mediante una ruta senderista o avistarlo desde varios puntos de la ciudad.
Hollywood, en huelga
La celebración, sin embargo, quedará empañada por una industria que evoluciona de la mano de las plataformas de streaming, pero que no ha sido capaz de dar respuesta a las demandas de sus profesionales. Desde el pasado jueves, el Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA), que agrupa a más de 160.000 profesionales, está en huelga.
Como recoge Europa Press, tras más de cuatro semanas de tensas e infructuosas negociaciones con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), la entidad que representa a los principales estudios y transmisores, incluidos Amazon, Apple, Disney, NBCUniversal, Netflix, Paramount, Sony o Warner Bros. Discovery, los actores seguirán el mismo camino que los guionistas, que iniciaron en mayo una huelga para mejorar sus condiciones laborales.
La negociación por un nuevo convenio colectivo que mejore las condiciones laborales y salariales de los profesionales del entretenimiento no ha llegado a buen puerto. Mientras las letras de Hollywood que coronan el distrito cinematográfico de Los Ángeles permanecen congeladas en el tiempo, los protagonistas han decidido movilizarse.
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